Los tres Estados del Benelux (Bélgica, Holanda y Luxemburgo) van a nacionalizar en parte el banco-aseguradora Fortis con una aportación de 11.200 millones de euros para tratar de salvar de la quiebra a la entidad. Bélgica invertirá 4.700 millones a cambio de una participación del 49% en la filial bancaria belga del grupo. Holanda inyectará […]
Los tres Estados del Benelux (Bélgica, Holanda y Luxemburgo) van a nacionalizar en parte el banco-aseguradora Fortis con una aportación de 11.200 millones de euros para tratar de salvar de la quiebra a la entidad.
Bélgica invertirá 4.700 millones a cambio de una participación del 49% en la filial bancaria belga del grupo. Holanda inyectará 4.000 millones por el 49% de la filial holandesa y Luxemburgo desembolsará 2.500 millones por el mismo porcentaje de la filial luxemburguesa, según un comunicado publicado la noche del domingo por todas las partes al término de una reunión de crisis en Bruselas.
Las acciones de Fortis, primera entidad bancaria en Bélgica y segunda en Holanda, perdieron más de dos tercios de su valor en las dos últimas semanas por las dudas de los mercados sobre su solvencia y su capacidad para encontrar fondos y absorber la compra de su ex rival, el banco holandés ABN Amro.
«He mantenido numerosos contactos con mis colegas luxemburgués, holandés o francés, por ejemplo, pero también con el Banco Central Europeo (BCE) para ver exactamente la situación, y cuáles son también las dificultades en otros países», admitía este domingo el ministro belga de Finanzas, Didier Reynders.
Francia ocupa la presidencia de turno de la Unión Europea (UE) y el luxemburgués Jean Claude Juncker es el jefe de filas de los ministros de Finanzas de la zona euro.
El primer ministro belga, Yves Leterme, se reunió este domingo por la mañana en Bruselas con el presidente del BCE, Jean Claude Trichet, para tratar de hallar una solución para Fortis.
Los europeos, que desde hace meses hacen llamamientos para reforzar su coordinación en materia de supervisión financiera, logrando hasta ahora sólo avances modestos, se enfrentan por primera vez a un caso concreto de un banco afectado directamente por la crisis.
Las autoridades belgas y holandesas se movilizaron a lo largo de todo el fin de semana, con varias reuniones en ambos países, para tratar de salvar a Fortis.
La crisis de los créditos hipotecarios de riesgo (las llamadas «subprime»), nacida en Estados Unidos en verano de 2007, ha costado a Fortis casi 2.100 millones de euros desde entonces.
Las dificultades actuales coinciden con la compra de una parte del banco holandés ABN Ambro. Fortis aún busca la fórmula para financiar esta operación de 24.000 millones de euros.
El director ejecutivo de Fortis, Herman Verwilst, fue reemplazado el viernes por el director de la división bancaria, Filip Dierckx, y fue el segundo patrón del banco que lo abandona en menos de tres meses.
Se teme que Fortis sea la primera ficha del dominó en caer y que la crisis financiera estadounidense contamine a toda Europa.
El viernes Jean Claude Juncker exhortó a Estados Unidos a ponerse de acuerdo rápidamente sobre su plan de rescate porque «los bancos europeos, que comienzan a navegar en aguas turbias, sufren de esa incertidumbre».
Antes que Fortis, varias entidades financieras europeas han rozado la quiebra, especialmente algunos bancos regionales alemanes o el británico Northern Rock.
Como ocurrió con este último banco a finales de 2007, el gobierno británico está decidido a nacionalizar los préstamos del banco Bradford & Bingley (B&B), especializado en los créditos inmobiliarios y, por lo tanto, afectado directamente por la crisis de las «subprime».
El Banco Santander anunció este lunes que comprará las sucursales y cuentas de los clientes de Bradford & Bingley a través de su banco británico Abbey, propiedad del grupo español.