Bolivia, el país más pobre de América del Sur, que ha padecido desde tiempos remotos explotación colonial primero y saqueo neocolonial después, ha encaminado sus pasos a desarrollar una política económica independiente en beneficio de las grandes masas desposeídas, desde la llegada al poder del presidente Evo Morales en enero de 2006. Uno tras otro, […]
Bolivia, el país más pobre de América del Sur, que ha padecido desde tiempos remotos explotación colonial primero y saqueo neocolonial después, ha encaminado sus pasos a desarrollar una política económica independiente en beneficio de las grandes masas desposeídas, desde la llegada al poder del presidente Evo Morales en enero de 2006.
Uno tras otro, el gobierno de Morales ha firmado convenios en diferentes ramas de la economía y la cultura con varios países de América como son Venezuela, Cuba, Brasil y Argentina, por citar los más importantes.
Cuba y Venezuela ayudan a la nación andina, con la aplicación del método cubano Yo Si Puedo, a disminuir y eliminar en un futuro cercano el analfabetismo que alcanza a más de dos millones de personas. Asimismo se realizan amplios programas de salud en todo ese territorio con la participación de cientos de galenos de la Isla del Caribe que también han construido más de una decena de modernos hospitales en varias localidades bolivianas.
En Cuba se han graduado y estudian cientos de jóvenes bolivianos en las universidades de medicina y otros han iniciado sus estudios en Venezuela.
Los presidentes Fidel Castro y Hugo Chávez han llevado a la práctica sus compromisos de cooperar con la nación andina en todos los campos, principalmente en los sectores económicos y sociales.
En esta unión latinoamericana que se abre camino cada vez con más fuerza por el hemisferio, resultó muy favorable la reciente firma entre los presidente Evo Morales, y Néstor Kirchner, de Argentina, del Acuerdo Estratégico de Energía que incrementará la exportación boliviana de gas natural hacia su vecino del sur desde los actuales 7,7 millones de metros cúbicos diarios hasta 27 millones en los próximos años, una vez construido el Gasoducto del Noreste Argentino (GNA).
La visita de Kirchner a la localidad de Santa Cruz de la Sierra también significó un fuerte espaldarazo al proceso boliviano en momentos en que los sectores de derecha y más adinerados del país tratan de desestabilizar al gobierno del Movimiento al Socialismo (MAS). Kirchner incluyó entre los acuerdos un crédito por 70 millones de dólares destinado a la adquisición de maquinaria, equipos, implementos agrícolas y de riego argentinos.
Estos equipos respaldarán la política de modernización y tecnificación agrícola dentro de los cambios en la agricultura que está impulsando el gobierno boliviano, afirmó el ministro de Desarrollo Agropecuario, Rural y Medio Ambiente, Hugo Salvatierra.
En cuanto al convenio gasífero, las petroleras estatales Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) y Energía Argentina SA (ENARSA) se encargarán de llevarlos a buen término, para lo cual se requieren inversiones por más de 1000 millones de dólares.
De los 34 millones de metros cúbicos de gas natural que Bolivia produce diariamente, envía 26 millones a Brasil que es su mayor cliente y deberá incrementar su producción hasta cerca de los 55 millones para cumplir con Argentina.
En los próximos días se realizará una licitación para atraer a compañías interesadas en invertir en el proyecto aunque Kirchner adelantó que su país hará todos los esfuerzos financieros para que se concrete lo pactado, como son la construcción de una planta separadora de líquidos del gas en Bolivia y un gasoducto desde la localidad fronteriza de Pocitos hasta la ciudad de Santa Fe.
Las reservas de gas boliviano son las segunda de Sudamérica, después de las venezolanas, pero requieren de sustanciales inversiones para que pueda ser explotado. Morales también llamó a participar a sus homólogos Luiz Inacio Lula da Silva y Hugo Chávez al puntualizar que Petrobras de Brasil y PDVSA, de Venezuela, están convocadas para avanzar juntas en ese proceso.
Los cambios y modificaciones realizadas a la Ley de Hidrocarburos a partir del ascenso de Morales al gobierno han determinado halagüeños resultados para las finanzas del empobrecido país
Según el mandatario, antes de esas medidas, «los ingresos económicos no alcanzaban los 250 millones de dólares y luego de ese cambio llegan a los 500 millones de dólares. Ahora gracias a la nacionalización de los hidrocarburos los ingresos pasan de los 1 000 millones de dólares por año».
La historia reciente de Bolivia es muy semejante a las de muchas naciones latinoamericanas a las que se le impusieron drásticas políticas de mercado. En 1985, luego de una hiperinflación, se introdujo el modelo neoliberal con amplias facilidades a la entrada del capital foráneo al país, el desmontaje de empresas estatales desde los ferrocarriles, servicios de agua, electricidad, telefónicos, hasta el petróleo y el gas, y se fijaron los precios acorde a la economía de mercado.
Con todas las condiciones a su haber, las compañías transnacionales reforzaron el saqueo del país y en especial de sus principales productos exportables: los hidrocarburos.
Los impuestos que debían pagar las empresas extranjeras se redujeron a solo el 18% de las enormes ganancias que obtenían compañías como la Repsol, Total Fina ELF, British Energy Gas, Panamerican Energy, Enron.
Mientras esto sucedía, el 70% de la población boliviana vivía por debajo del índice de pobreza y en las zonas rurales alcanzaba el 80%. Hambre, miseria e insalubridad eran los principales índices que mostraba Bolivia a la llegada de Movimiento al Socialismo al poder.
La desigualdad incrementaba los estragos al recibir el 10% de los habitantes ricos el 34% de los ingresos, fundamentalmente los descendientes de emigrantes europeos que viven en la zona oriental, en el departamento de Santa Cruz donde se ubican los principales yacimientos de petróleo y gas.
Como era de esperar, esos grupos adinerados son los que han intentado desde los primeros momentos bloquear las acciones económicas de Evo Morales y hasta sacarlo del poder por diferentes vías.
Ante esas amenazas, resultan más relevantes los acuerdos suscritos por Bolivia en los últimos meses con diferentes gobiernos de la región pues son pasos que refuerzan la anhelada integración latinoamericana que se extiende, poco a poco, por el hemisferio sur.