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Bom dia, Lula

Fuentes: Nuestras Voces (Argentina)

Todas las mañanas un grito hecho por muchas voces viaja en Curitiba desde el campamento petista hasta la sede de la Policía Federal: «Bom dia, Lula». Con ese mimo diario el Comité Popular en Defensa de la Democracia carga de mística una campaña multidimensional que se desplegará en varios frentes. El MST prometió un «abril […]

Todas las mañanas un grito hecho por muchas voces viaja en Curitiba desde el campamento petista hasta la sede de la Policía Federal: «Bom dia, Lula». Con ese mimo diario el Comité Popular en Defensa de la Democracia carga de mística una campaña multidimensional que se desplegará en varios frentes. El MST prometió un «abril rojo» e intensificar la ocupación de haciendas improductivas. La continúa presentación de acciones legales para revocar la prisión preventiva y el desarrollo de hechos simbólicos sorprendentes, como la toma momentánea de su supuesto triplex, será reforzada por la visita de personalidades internacionales al líder del PT en Curitiba, caso el Premio Nobel Adolfo Pérez Esquivel, que llega mañana.

Van a quedar con un hilo de voz para el resto de la jornada pero no parece importarles. La primera acción del día de la militancia panlulista congregada en el barrio curitibano Santa Cándida consiste en amucharse en un punto común del campamento e hilar entre todos un fuerte vozarrón: «¡¡¡Bom dia, Lula!!!». La gimnasia matutina de los petistas tiene algo de proeza olímpica: inflan un tanque de aire en sus pulmones y, luego sí, vociferan al unísono la oración de tres palabras que el presidente brasileño no podría escuchar de otra manera en la soledad de su celda. La meta fijada por el Comité Popular en Defensa de la Democracia es que el mensaje pueda recorrer de forma nítida la distancia de doscientos metros que separan las carpas de la Vigilia por #LulaLivre con el cuarto piso de la Superintendencia de la Policía Federal, donde el preso político más famoso del mundo pasa sus días y noches.

El Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel también será parte mañana de esa ceremonia. Además, el arquitecto y escultor argentino llegará a la celda de Lula -sí es que la jueza Carolina Lebbos autoriza antes su ingreso; la magistrada permitió esta semana la visita de once Senadores brasileños pero antes negó una solicitud similar elevada por gobernadores cercanos al PT- con un regalo especial al líder trabalhista: un petitorio respaldado por 230 mil firmas de ciudadanos de todo el mundo donde se pide a la Academia sueca que la famosa distinción humanitaria honre próximamente a Lula.

«Lo merece porque trabajó para los más necesitados y sacó de la pobreza extrema a más de 30 millones de brasileños y brasileñas. Ningún Presidente en el mundo logró eso. Es un caso único», justificó Pérez Esquivel ayer en declaraciones al portal Brasil de Fato durante un acto en defensa de la Constitución brasileña desarrollado en Curitiba por el colectivo Fórum Abogados por la Democracia. El referente de la agrupación Servicio de Paz y Justicia adelantó que la campaña liderada por él mismo recorrerá varios países europeos hasta la presentación oficial de la candidatura de Lula al Nobel, proyectada para septiembre.

¿Qué llevará a Curitiba la ex presidenta Cristina Fernández? La presencia de la líder de Unidad Ciudadana en la ciudad paulista no está confirmada, pero la invitación ya está cursada. La semana pasada, durante su corta pero eléctrica visita al país, la primera acción de la precandidata presidencial por el PCdoB (Partido Comunista) Manuela D´Avila fue llegar al Instituto Patria para decirle en persona a la dos veces Jefa de Estado argentina que el Comité en Defensa de Lula necesitaba su presencia en Brasil. Ella, una joven periodista y ex diputada por el estado Río Grande do Sul, el también precandidato a dirigir el Palacio Planalto Gilherme Boulos, por el partido de izquierda PSOL, y la ex mandataria trabalhista Dilma Rousseff son los encargados de ponerle la cara y el cuerpo a la internacionalización de la campaña para exigir la libertad de Lula.

Dilma, ayer en el Centro de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Berkeley; Boulos, días atrás en el parlamento portugués, y Manuela en la sede porteña del sindicato de docentes privados SADOP -en un acto compartido con el diputado nacional Máximo Kirchner- coincidieron en señalar centralmente dos cosas: que al irregular proceso judicial llevado adelante por el Juez Sergio Moro contra Lula le sigue una detención también plagada de cuestiones lesivas con el Estado de derecho y, segundo, que la candidatura presidencial de Lula no se toca, sí se mira, pero no se toca.

Dilma fue, en su momento, la dirigente nominada por el propio Lula para relevarlo en el Ejecutivo. Pero, Boulos y Manuela son los actuales sucesores, tanto electorales como políticos, elegidos por el ex tornero nordestiño para seguir plantando con firmeza una referencia progresista en Brasil. No fue casual que Lula haya dado su discurso final en la central sindical paulista alabando constantemente a Guillerme, referente de los Sin Techo -un movimiento social en ascenso-, y a D’Avila, un cuadro sub 40 con muchas millas de rodaje por delante.

Manuela es flaca y alta, tiene un pelo oscuro y corto que encuadra con simpleza un rostro donde destellan sus ojos negros. Tiene el garbo de una actriz de telenovela; pero es, como se ha dicho, la cara visible del comunismo brasileño. En diálogo con Nuestras Voces, luego de cerrar su discurso en SADOP, D’Avila lanzó fuertes declaraciones políticas pimentadas con algo de humor: «Los compañeros del MST (Movimiento Sin Tierra) me dijeron anda a la Argentina y convence a Cristina (Fernández) y Hebe (de Bonafini) para que vengan a Curitiba. Sí es necesario habla con Maradona. Lula necesita a sus amigos, hay que romper el cerco».

Además, la precandidata del PcdoB bromeó sobre el hecho de que, hasta el momento, ella es objetivamente un escollo electoral para el también precandidato del PT: «Ojo, que tengo la autoestima de los argentinos. Sí me pongo las pilas le ganó la elección a Lula (risas)». Acto seguido, Manuela aclara que su partido acompañó y fue parte de las coaliciones oficialistas de las presidencias de Lula y Dilma y que, en todo caso, su precandidatura, la de Gilherme, y la de Lula, por qué no, podrían armar una sola boleta, un solo puño, un solo grito, como esas bataholas que despiertan todos los días al hombre que vive, deambula, y pernocta en el cuarto piso de la sede de la Policía Federal de Curitiba.

Lectura, visitas y TV

Las pocas personas que han podido visitar a Lula describen el mismo cuadro: el ex presidente tiene el temple de acero, pero padece una brava tirria con su encarcelamiento. Desde que el Juez Moro lo procesó, Lula insiste en que la situación ha mellado su orgullo. Como todo dirigente político de fuste, durante su larga carrera sindical y partidaria, el referente trabalhista sufrió muchos reveses: recibió furibundas críticas, sufrió la deserción de compañeros, e intentó hacer pie como pudo en el vértigo de coyunturas inesperadas. Pero, nunca lo habían tratado de ladrón. «Voy a probar mi verdad, voy a salir con cabeza bien en alto, tan erguido como entre», dicen, qué dijo, la gente que pudo hablar con él: sus hijos y nietos, los once legisladores de la Cámara Alta ya mencionados.

El Partido de los Trabajadores y sus principales aliados han decidido encarar una activa campaña en defensa de la libertad de Lula. El plan es jugar en todos los frentes, un ataque en sincronía y por todos los ángulos posibles, picante y encendido, como la delantera de la selección de fútbol verdeamarelha. El Movimiento Sin Tierra ayer inició su «abril rojo» ocupando una hacienda del empresario Oscar Maroni ubicada en Araçatuba, en la periferia de San Pablo. Maroni, acusado de manejar el mercado de la prostitución paulista, organizó, apenas notificado el pedido de detención a Lula, una fiesta multitudinaria, donde no faltó la cerveza gratis, ni los retratos que homenajeaban al Juez Moro como «héroe de la Patria».

Las acciones del MST serán preparatorias de una acción callejera en Curitiba que, prometen los organizadores, será tan portentosa como proletaria. «Representantes de las centrales sindicales -CUT, Forca Sindical, CTB, Nova Central, UGT, CSB estuvieron hoy (por ayer) en la Vigilia Democrática #LulaLivre para iniciar los preparativos del 1 de mayo unitario por la liberación del ex presidente. Las centrales sindicales pretenden reunir en Curitiba de 30 mil a 50 mil trabajadores, en un acto donde también estará presente la cultura popular del país gracias a los cantantes Chico Buarque, Chico César, y otros», advirtieron ayer desde el Comité Popular en Defensa de la Democracia.

Lula se puso metafísico. Está leyendo un libro de un historiador israelí llamado Yuval Harari, «Homo Deus», donde el autor ironiza sobre la humanidad y la construcción narrativa sobre la idea de Dios. Lula escucha el flamígero «Bom día!!!», deambula por los quince metros cuadrados de su sala- celda, mira un poco de televisión, lee las cientos de cartas que le llegan de todas partes del mundo, recibe a su abogado, apaga la luz, y así. Ya lo dijo su ex canciller Celso Amorin en una entrevista realizada por el recomendable programa radial Un mundo de sensaciones, que se emite los domingos por Futurock: «Está va a ser una lucha larga, vamos a triunfar, pero tengamos paciencia».

Emiliano Guido. Periodista especializado en política internacional. Forma parte del Programa de Integración Regional y Financiamiento para el Desarrollo en Fundación SES (Argentina). Ganador del Premio José Martí (2006) otorgado por la agencia Prensa Latina.

Fuente: http://www.nuestrasvoces.com.ar/entendiendo-las-noticias/bom-dia-lula/