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Bonanza de dividendos podría ser un mal presagio para la economía de EE.UU

Fuentes: The Wall Street Journal

Las compañías estadounidenses, con sus bolsillos repletos de efectivo, están repartiendo dividendos récord a sus accionistas y, en el proceso, generando inquietud sobre el futuro crecimiento de la economía del país. Este año, las compañías que componen el índice Standard & Poor’s 500 van camino a pagar más de US$500.000 millones a sus accionistas en […]

Las compañías estadounidenses, con sus bolsillos repletos de efectivo, están repartiendo dividendos récord a sus accionistas y, en el proceso, generando inquietud sobre el futuro crecimiento de la economía del país.

Este año, las compañías que componen el índice Standard & Poor’s 500 van camino a pagar más de US$500.000 millones a sus accionistas en la forma de dividendos y recompra de acciones, de acuerdo a S&P. La cifra representa un alza de 30% frente al récord del año pasado, el equivalente a cerca de US$1.700 por habitante en EE.UU.

Esta inundación de efectivo, resultado directo de las grandes ganancias de las empresas, es una buena noticia para los accionistas en EE.UU. en un año en el que los precios de las acciones han obtenido ganancias modestas. En lo que va del año, el Promedio Industrial Dow Jones ha subido apenas un 1,4%.

En noviembre solamente, 23 integrantes del S&P 500 han elevado sus dividendos, incluyendo al conglomerado industrial y financiero General Electric Co. y la fabricante de juguetes Mattel Inc., los que también ampliaron sus planes de recompra de acciones. En lo que va del año, 275 empresas del S&P 500 han aumentado sus dividendos y sólo ocho los han recortado.

La tendencia podría tener amplias ramificaciones para los inversionistas, las empresas y la economía estadounidense, dependiendo de cómo se utilice ese dinero. «Esta es una enorme cantidad de dinero que se está pagando, hasta cierto punto, al unísono», dice Howard Silverblatt, analista de renta variable para S&P, en Nueva York.

En algunos casos, los dividendos más altos y las recompras están siendo estimulados por los inversionistas institucionales, incluyendo los fondos de cobertura. Este año, por ejemplo, el inversionista neoyorquino Carl Icahn ha presionado públicamente a Blockbuster Inc. y Time Warner Inc. En Blockbuster ha hecho lobby para obtener dividendos más altos al paso que en Time Warner ha pedido un plan de recompra de acciones más agresivo. El fondo de cobertura de Icahn tiene participaciones importantes en ambas compañías.

Todo esto marca una transformación en la forma en la que las compañías estadounidenses utilizan sus ganancias -compartiendo más con los inversionistas en vez de reinvertirlas. Si este movimiento perdura, marcaría un retorno a las normas históricas de inversión en acciones, en donde los dividendos representaban una gran parte de los retornos.

Sin embargo, el exceso de efectivo podría tener un lado negativo. El hecho de que las compañías estén sentadas sobre tanto dinero es, en cierta forma, un voto de desconfianza en las perspectivas de la economía estadounidense: las compañías están sugiriendo que no pueden encontrar suficientes formas rentables de reinvertir sus ganancias, así que simplemente están devolviendo dinero a sus accionistas.

Actualmente, las compañías industriales del S&P 500 (que al no estar en el sector financiero no tienen que contar con grandes reservas) tienen más de US$631.000 millones en efectivo en sus balances, según S&P. Este monto representa más del 7% del valor de mercado de estas compañías, el valor más alto desde 1988.

Algunos economistas consideran que el reparto de dividendos este año puede ser un ave de mal agüero, que podría estar quitándole fuerza al crecimiento económico futuro, debido a que los pagos sugieren que las compañías tienen problemas para detectar nuevos productos, proyectos o servicios que estimulen su crecimiento.

«Estos pagos mantienen a la economía creciendo a un ritmo más lento porque ese dinero no está fluyendo hacia los gastos de capital», dice Milton Ezrati, economista jefe de Lord Abbett Funds, en Jersey City, Nueva Jersey. «Si las empresas dejan de lado la innovación, tendremos problemas».

Uno de los grandes motores de estas ganancias excepcionales no es el auge económico, sino los recortes de costos de los últimos años. En lugar de realizar adquisiciones, muchas empresas han preferido refinanciar su deuda para aprovechar las bajas tasas de interés y reducir los costos que se acumularon durante épocas de vacas gordas.

El gasto de capital de las empresas del S&P 500, por ejemplo, ha registrado un alza modesta en los últimos dos años después de dos años de declive, según datos de S&P.

Las compañías están gastando una buena parte de ese dinero en sus acciones. En lo que va del año, cerca de 60 comp