Este término polisémico es percibido de distinta manera según personas y circunstancias. Así, para unos será meramente un tipo de calzado; para otros, los más, querrá decir aquello de lo que se apoderan un grupo de ciudadanos que va, roba un banco y se reparten la «cosecha»; y para otros, cada vez más, será lo […]
Este término polisémico es percibido de distinta manera según personas y circunstancias.
Así, para unos será meramente un tipo de calzado; para otros, los más, querrá decir aquello de lo que se apoderan un grupo de ciudadanos que va, roba un banco y se reparten la «cosecha»; y para otros, cada vez más, será lo contrario de lo anterior, aquello que un banco se apodera de sus ciudadanos cuando van a pedir sus servicios y luego se reparte los beneficios.
Curiosamente este término, visto desde sus orígenes, sabemos que proviene del francés butin y ésta, a su vez del alemán medieval bûte. Casualidades de la vida.
Lo que sí podemos sospechar que la última acepción es la que se está imponiendo en el imaginario colectivo. Y no es que crean en la teoría de la conspiración o en otras cosas raras, es que todo el mundo sabe ya que han sido los bancos los que han recibido todos los dineros públicos (de los ciudadanos) para su rescate; ellos, que han sido los que han provocado el desastre. Por ejemplo, se calcula en más de 7.7 billones de dólares [1] lo que la Reserva Federal de EEUU ha aportado en el salvataje de los bancos (más de la mitad de su PIB), y que la banca europea ha recibido en los dos últimos años ayudas por valor de 1.6 billones de euros, frente a la economía real que solo las ha recibido por valor de 11.700 millones de euros, cien veces menos.
Mientras, las gentes pierden sus casas porque no puede pagar sus hipotecas y no reciben ni la menor ayuda, ni siquiera se legisla la modesta proposición de «dación en pago» para no tener que, a la vez que pierden su casa, ser perseguidos por el banco de por vida. La sacrosanta Constitución se puede cambiar en un rato, pero hacerla cumplir resulta imposible. Los artículos de derechos que reconocen el del trabajo y el de la vivienda provocan una carcajada siniestra, son papel mojado.
Por esto, el significado inverso, la acepción que define a «botín» como aquel atropello que perpetran los bancos sobre los ciudadanos de forma institucional, es la que merece ocupar el lugar de honor en los diccionarios, que es la que va ocupando en la mente del pueblo. La lengua es el habla democrática no la norma impuesta.
Resulta sorprendente que hasta la OCDE, entidad que agrupa a los 34 países más ricos del mundo y que tiene un carácter consultivo, denuncie en el día de hoy que la brecha entre ricos y pobres se ha ensanchado y ha alcanzado la mayor de las diferencias de los últimos 30 años, eso en 2008. O sea que la crisis ha beneficiado a los ricos. Por eso el 15 M dice con toda razón: «no es una crisis es una estafa». Y Warren Buffet, unos de los magnates mayores del mundo, afirma que «claro que hay lucha de clases. Pero es mi clase, la de los ricos, la que ha empezado esta lucha. Y vamos ganando».
Pero, ¿puede haber ricos buenos? No, porque su riqueza es a costa de la pobreza, explotación, saqueo, hambre y miseria de los muchos. Si no hubiese maquilas no existiría Zara. Si no se hubiese sometido durante cien años a los trabajadores al genocidio del amianto no habría Holcim, ni el magnate Schmidheiny, ni AVINA. Y sí, puede haber ricos buenos, porque no pueden evitar que el sistema capitalista los impulse inexorablemente a la explotación y miseria de los más. O sea, que muchos de los beneficios que les reporta el sistema no los pueden evitar. Por ello, para ser buenos de verdad han de dejar de ser ricos, resarciendo a sus damnificados.
El sistema, es, pues, mucho peor que la avaricia de los ricos, tipo Madoff, o que sus justificaciones calvinistas. La moralina (o la responsabilidad social corporativa) no puede arreglar el desaguisado a que nos ha abocado el capitalismo. Éste es intrínsecamente crísico y desigualitario. La crisis es culpa de un sistema que de forma inexorable está regido por leyes y mecanismos que lo llevan a un crecimiento exponencial que choca con la finitud del planeta, y a una sobreproducción en el mercado, también exponencial, que hace que abunden los alimentos, por ejemplo, en medio del hambre atroz. La desigualdad depende del estado de la lucha de clases, como bien saben los ricos.
Cuenta José Luis Sampedro, en sus conversaciones con Carlos Taibo [2] , que allá por el año 1959, en pleno Plan de Estabilización, bajó la renta nacional, lo que no impidió que los bancos, a pesar de la crisis, siguieran ganando. Un periodista preguntó a un banquero del Banco Español de Crédito: «Pero bueno don Pablo, ¿cómo es posible que cuando el país produce menos, los bancos, en cambio, ganen más?». Don Pablo Garnica, con la verdad más honesta, respondió candorosamente: «No hemos podido evitarlo».
Por todo ello, el diagnóstico del historiador americano J. Gora da en el clavo. Dice, «mientras nuestra historia actual se nos aparece llena de medidas políticas estúpidas, de financieros codiciosos, charlatanes del libre mercado, ladrones de cuello blanco y políticos que cuidan de sus propios intereses, y mientras los bancos embargan las viviendas de millones de familias, los trabajadores pierden sus empleos y desaparecen los ahorros de toda una vida, entendemos por qué la carrera salvaje del forajido Dillinger fascinó de ese modo a Norteamérica en los años 30».
La plutocracia
Por si cabían dudas, los grandes bancos además de apoderarse de los dineros y el patrimonio colectivos, se están haciendo con el gobierno de los países. Obama obtuvo uno de los mayores aportes para su campaña de la Goldman Sachs, banca que vio recompensadas sus larguezas con colocar a relevantes ejecutivos suyos en los puestos claves de la economía norteamericana. Asimismo, hoy asistimos a cómo esta gran banca coloca a sus ex directivos en las primeras filas de los gobiernos de Grecia e Italia y en la cabeza del todopoderoso Banco Central Europeo, sin inmutarse. Según muchos analistas esto ha equivalido a un golpe de estado encubierto [3] . Marc Roche, un prestigioso periodista y corresponsal en Londres del diario francés Le Monde publicó en 2010 un libro con el significativo título de El Banco: Como Goldman Sachs dirige el mundo, por el cual, ha recibido el premio concedido por los periodistas franceses al mejor ensayo económico del año. Para más abundancia, hoy sabemos que en catorce países europeos los responsables de las finanzas provienen del sistema bancario. La plutocracia bancaria sin ambages gobierna el mundo.
Pero bajemos de escala al hablar de «botín» y pongamos que hablamos del Banco Santander, para no andarnos por las ramas. Lo primero que habrá que advertir es que el conocido como Emilio Botín, la cara pública del banco, que sigue siendo muy rico y poderoso, apenas si tiene el 1.7% de las acciones del citado banco; cerca del 50% de ellas lo tienen en la actualidad grandes grupos de inversión norteamericanos. Botín es más bien un testaferro de lujo de esos otros intereses. Por eso se ha dado en llamar a «su» entidad «Banco americano de Santander».
Aún así, como decíamos tiene un enorme poder. Por ejemplo, como ha documentado con precisión Alberto Montero en su magnífico artículo [4] » Un peligro público anda suelto», para el consejero delegado del Banco Santander, Alfredo Sáenz, el moribundo gobierno socialista, en un último suspiro, ha generado un indulto para semejante personaje, que propone acabar en unos años con el Estado de Bienestar, y que en marzo de 2011 el Tribunal Supremo, aunque rebajando la pena, lo condenó a tres meses de prisión y de inhabilitación para ejercer funciones en banca, por el delito de acusación falsa. A cambio tendrá que pagar una multa de 144.000 euros. Sáenz cobra al año nueve millones de euros más otras gabelas, por lo que la multa le resultará irrisoria.
Pero nada como el siguiente asunto doméstico explica el poder inmenso del dinero y de sus poseedores. En el libro de Juan Torres [5] titulado La crisis financiera, podemos leer : «Quien tiene dinero tiene poder. Poder de satisfacción y poder de decisión. Valga un ejemplo. Según informaba la web El Confidencial el 21 de septiembre de 2006 durante los años 1988 y 1989, el Santander manejó cerca de medio billón de pesetas de dinero negro que provenía de fuentes de financiación más o menos inconfesables… El Banco entregó al fisco información falsa de 9.566 operaciones por valor de 145.120 millones de pesetas. A tal efecto, no dudó en declarar como titulares a personas fallecidas, emigrantes no residentes, ancianos desvalidos, etc.». Como consecuencia del descubrimiento de estas irregularidades la acusación solicitó para el presidente del Santander, Emilio Botín, «un total de 170 años de prisión y una multa de 7,6 billones de pesetas (46,2 millones de euros) y una responsabilidad civil de 14,1 billones de pesetas (84,9 millones de euros), que es perjuicio causado a la hacienda pública». Pues bien, el diario El País informaba el 27 de mayo de 2008 que el ex ministro de Economía, Rodrigo Rato, para defenderse de las acusaciones de supuestos favores, presentó un escrito de la ex-secretaria de Estado de Justicia y ahora vicepresidenta, María Teresa Fernández de la Vega, el 25 de abril de 1996, por la que ésta pidió que se cursaran instrucciones a la Abogacía del Estado para que no se dirigiera acción penal alguna contra la citada entidad bancaria. Gracias a lo cual su presidente ni siquiera fue juzgado por esas actuaciones». Sin comentarios.
La plutocracia en España asoma también de la mano de otro gran banco, el JP Morgan & Chase [6] , entidad que según la revista Forbes es la mayor empresa del mundo. De las acciones del Banco Santander, al menos el 20% está en manos de filiales de esta JP Morgan que las manejan como fondos de inversión de grupos de accionistas e inversores. Además, poseen acciones en 14 empresas del Ibex 35, o sea que esta banca tiene grandes intereses en nuestro país y presiona para imponer políticas favorables a sus intereses. Pero no aparece por parte alguna, y es que como dice Roberto Mazorra [7] en el periódico Diagonal así como «en Grecia, Irlanda y Portugal lo han hecho de forma notoria, en España es más sutil y deja que sus aliados españoles (BBVA, Banco Santander, PP y PSOE) se ocupen del trabajo sucio»
El plan B del capital
El capitalismo utiliza al menos cuatro estrategias distintas en su propósito maximizador de beneficios, que describimos como sigue:
Plan A : Seguir con los negocios como de costumbre (business as usual): que consiste de forma sucinta en lo siguiente: c omprar barato y vender caro; explotación y maquila; desposesión y saqueo de los bienes comunes; lobbies; cooptación de políticos; leyes favorables; destrozo de la naturaleza y privatizaciones…
Plan C : La trampa de la deuda y la doctrina del shock: que es aquello que se infligió al llamado Tercer Mundo [8] décadas pasadas y lo es lo que se hace ahora en Europa: es el llamado «ajuste estructural, donde manda dictatorial y visiblemente el gran capital (multinacionales y finanzas)
Plan D : Emplear la fuerza bruta. Práctica ésta bien conocida y relatada con todo detalle por uno que dice de sí mismo que fue un gángster económico, John Perkins [9] , que consiste: o en e nviar sicarios y que desaparezca el resistente (Torrijos), o en hacer boicot (Cuba), o en dar un golpe (Chile) o en invadir el país (Vietnam, Irak o Libia)
Y el Plan B: que es la posición del capitalismo verde y «amable»
Este último método se concreta en dos tácticas: una, la llamada «responsabilidad social corporativa» (RSC) de las grandes empresas. La despacharemos rápidamente con una frase dicha por uno de sus calificados representantes. Se trata del director de Responsabilidad Social Corporativa de Mapfre [10] . Ha dejado dicho en un acto de sinceridad que se le agradece: «en el fondo buena parte de lo que se oye en RSC tiene su raíz en ese propósito cosmético que siempre nos acompaña en la empresa». Pura fachada.
La otra táctica es la de la filantropía legitimadora : que es la suma de maniobras destinadas a ganar consenso, legitimar y legalizar toda forma de enriquecerse, lograr obediencia y complicidad, publicitar sus objetivos como si fueran idénticos a la sociedad y, en muchas ocasiones, a los movimientos de base y desacreditar las alternativas como ataques o como utópicas. Porque «no hay alternativas» al mercado y al capital, se ha llegado al fin de la historia, según dicen.
Pero quizá, cuando se infiltran en los movimientos sociales de resistencia, el objetivo es mucho más sutil. Como dice Michel Chossudvsky [11] : «La compleja red de ONG -incluidos segmentos de medios alternativos- son utilizadas por la élites corporativas para moldear y manipular el movimiento de protesta (…) el propósito no es reprimir la disidencia, sino, por el contrario, dar forma y moldear el movimiento de resistencia, para establecer los límites de la disidencia»
Por ello, hoy día, uno de los retos que tienen los propios movimientos sociales de resistencia es desenmascarar y protegerse de estas filtraciones del gran capital, disfrazadas de verde, en su seno. Trazar una clara línea roja. Como sostienen Galafassi y Dimitriu [12] : «Sin lugar a dudas que estos planes B empresariales, abonados por técnicos, intelectuales y ciertas ONG (algunos a sueldo y otros solo por vocación) son el mayor desafío a vencer por parte de la resistencia civil, dado que de noche todos los gatos son pardos»
El lobby oculto [13]
De todo esto se deduce que la penetración que el gran capital realiza en los movimientos sociales responde a un plan premeditado. En efecto, dos fundaciones de manera relevante se reparten la tarea en España y Latinoamérica, se llaman AVINA y Ashoka. La primera vinculada al genocida negocio del amianto en el mundo durante todo el siglo XX, la segunda, entre otras entidades del capitalismo, especialmente ligada a la banca JP Morgan, que ya vimos cómo sutilmente se estaba implantando en España. Para mejorar su productividad a favor del gran capital, ambas entidades tienen un acuerdo estratégico desde hace más de 16 años: comparten ideología, finanzas, socios, planes, etc. Vienen a ser lo mismo. Por ello al tándem, vinculado al amianto por lo demás, se ha dado en llamar «La triple A: Amianto, AVINA, Ashoka», con ese nombre a nadie se le olvidan sus orígenes ni sus vínculos.
Que Ashoka está vinculada a la JP Morgan, viene recogido en el BOE [14] . Allí se puede leer que el Presidente de la fundación en España es Carl F. Muñana. De este señor hemos podido saber que e s un banquero de inversión internacional, cuya atención se centra actualmente en el área de estrategias innovadoras de inversión social, y que g ran parte de su carrera transcurrió como Director Gerente de JP Morgan & Co al frente de la cartera de América Latina de riesgo. Además de estos vínculos tan estrechos con la JPMorgan, Ashoka tiene buenas relaciones con la Goldman Sachs [15] . En efecto en 2005, fecha en que la filantrópica empezó a trabajar en Europa Occidental, obtuvo una aportación de esta otra gran banca de unos 10 millones de dólares, y en 2007 la Goldman aportó 1.1 millón de dólares más para que Ashoka empezara sus emprendedurías en el reino Unido.
Se entiende así que, estando operando en España desde solo hace seis años, al fundador de Ashoka le hayan premiado con el Príncipe de Asturias de la presente edición. Todo bastante coherente.
Veamos cómo están trabajando estas fundaciones en varios sectores elegidos entre muchos otros.
Un caso relevante es el intento de penetración en el sistema educativo y, en general de la enseñanza. El pasado 29 de noviembre Rosa Cañadell, portavoz del sindicato USTEC. STEs, denunciada en Rebelión, en un artículo titulado «La empresa dentro de la escuela», que se intentaba realizar «la introducción del espíritu empresarial en nuestro sistema educativo» con el programa «Cataluña, escuela de emprendedores», por el que se pretende inculcar el espíritu empresarial en todas las etapas educativas. También denunciaba que se había firmado un convenio entre el departamento de Enseñanza de la Generalitat y la fundación privada «Empieza por Educar».
En esta infiltración en la enseñanza también participa Ashoka. En efecto, dos de sus socios, o emprendedores sociales, Raúl Contreras y Roser Batlle han establecido una alianza con la entidad Fiare, una incipiente banca ética, para llevar en los colegios, institutos y universidad «la educación financiera a nuestros niños y jóvenes», para «empoderar ante el sistema financiero a los estudiantes y a sus entornos de influencia» y «para difundir la realidad del proyecto Fiare», según cuentan ellos mismos. El objetivo final de estas propuestas es «incluir en el currículo del sistema educativo (…) de forma continua elementos de educación financiera».
La fundación «Empieza por Educar», según el sindicato mencionado, «está presidida por Patricia Botín y avalada por el Banco Santander. (…) La fundación es una filial de la multinacional «Teach for All» (entidad) en la que participan bancos como JP Morgan» y que está apadrinada por multinacionales como Wal-Mart y la Fundación Bill y Melinda Gates. Con estos mimbres no es extraño saber que es una entidad ultraliberal. El convenio firmado le permite a la fundación, con sus propios profesionales, hacerse cargo de la docencia directa en horario lectivo del alumnado de la ESO, «en condiciones desfavorecidas y con dificultades de aprendizaje», en los centros públicos. La docencia la impartirán profesionales elegidos y pagados por la fundación, con derecho a permanencia en el centro y a la participación en la evaluación de los alumnos. Primer paso para la privatización y desvaloración del profesorado público.
Hay que hacer notar que en Madrid, las luchas del profesorado han logrado frenar la puesta en práctica, en los institutos públicos, de un convenio con la fundación privada «Empieza por Educar» firmado por parte de la Comunidad de Madrid, similar al concertado en Cataluña.
Estas iniciativas están siendo denominadas «el botín de la enseñanza secundaria».
En cuanto a otras enseñanzas, Ashoka ha entrado en la entidad privada denominada Universidad Rural Paulo Freire, seleccionando y contratando a uno de sus fundadores como emprendedor social con todos los derechos y obligaciones correspondientes, con el objetivo de que desarrollase la citada Universidad con la financiación que ha aportado durante los tres últimos años. A través de esta operación la citada Universidad ha quedado vinculada a Ashoka, y así como a los emprendedores sociales les debe resultar difícil desprenderse de este compromiso contractual, pues Ashoka trata de hacer contratos personales vitalicios, entidades como la Universidad Rural mencionada bien pueden desprenderse de los lazos contraídos denunciando el contrato, una vez concluida la financiación.
En este capítulo de la enseñanza y desde la perspectiva de la infiltración del gran capital en ella, hay que destacar la alianza fructífera entre la fundación Avina y la entidad educativa Entreculturas-Fe y Alegría vinculada a los jesuitas. Avina ha financiado de forma importante a esta entidad, según reconocen los propios subvencionados. Nunca se debe de olvidar la procedencia de la acumulación originaria del capital de Avina que procede del genocidio del amianto, por lo que es razonable esperar que entidades serias financiadas por estas fundaciones sedicentes filantrópicas no solo dejen de ser beneficiadas, sino que devuelvan las cantidades recibidas, una vez conocida su fuente, para resarcir a las cientos de miles de víctimas del negocio del amianto en el mundo. Independientemente de las indemnizaciones que la vía penal irá imponiendo al magnate Schmidheiny.
Parece que nos hemos desviado del asunto «botín», pero nada más lejos de la realidad. Por una parte han quedado bien establecidas las relaciones mutuas entre la JP Morgan, el Banco de Santander y Ashoka y de ésta con Avina y el amianto («La triple A»); por otra La Fundación Botín (que no es la misma que la que dirige Patricia Botín, anteriormente mencionada) ha llegado a un acuerdo con Ashoka en su programa de búsqueda de «talentos solidarios» como les llaman. En esta operación invertirán, dicen, cinco millones de euros hasta 2015. Las entidades aspirantes a acoger a los profesionales elegidos y a beneficiarse de este programa deberán estar avaladas por la organización Ashoka, como pone como condición la citada Fundación Botín. Nada más normal habida cuenta de las buenas relaciones de JP Morgan con el Santander y con Ashoka: son casi la misma cosa.
El Santander, igualmente, mantiene buenas relaciones con Avina. Por ejemplo, en el Encuentro Iberoamericano de Desarrollo Sostenible (EIMA), organizado por la Fundación Conama, en Sao Paulo, el pasado octubre, el taller de Economía verde tenía como anfitrión al Banco de Santander y a Ecodes como a uno de los coordinadores. Esta fundación estuvo representada por su director Víctor Viñuales en cuyo currículo podemos observar que es miembro del Consejo de Greenpeace, miembro del
Consejo Social de INDITEX y miembro del Consejo Asesor de Puentes Internacionales de la Fundación Avina, entre otros títulos. Ya tenemos al Santander y a Avina de la mano.
Por último, y sin pretender ser exhaustivo (para muestra un «botín»), hemos de hacer referencia a las relaciones y alianzas de entidades alternativas con estos conglomerados de poder y dinero. A modo de nueva advertencia.
Se trata de la aparición de la Fundación Botín junto a la Plataforma Rural y al pueblo de Amayuelas en la realización del proyecto denominando Campo Adentro, en el capítulo que llaman «encuentro preparatorio», dentro del programa de la fundación titulada «talento solidario». Dicho proyecto cuenta, además, con apoyos generosos de los Ministerios de Cultura y Medio Rural hasta 2013 (BOE Núm. 186, Jueves 4 de agosto de 2011 Sec. III. Pág. 89530) , así como de entidades como el Museo Reina Sofía y la Casa Encendida. Claro, que teniendo en cuenta las condiciones de la Fundación Botín en su programa de «talento solidario», la Plataforma Rural haya tenido que ser avalada por Ashoka, cosa por otra parte coherente pues el Presidente de la citada Plataforma, hasta hace unas semanas, es un emprendedor de Ashoka, y eso a pesar de que la citada Plataforma pretende ser claramente alternativa. Estas incoherencias prueban lo consolidado que está aún, en nuestro país, la infiltración del filantrocapitalismo en los movimientos sociales alternativos, y la falta de democracia interna de los mismos que toleran ese tipo de representaciones dualistas.
Esperemos que todas estas demostraciones y advertencias hagan que los movimiento sociales recobren sus independencia radical e impidan en el futuro pasar la raya roja a las instituciones del gran capital, especialmente a las que se sintetizan lo que hemos denominado «La triple A».
… Todo ello exige una regeneración de todas las entidades alternativas que han pactado con estas fundaciones y sus vinculaciones (Banco Santander, JP Morgan, Fundación Botín, etc.), y una postura pública explícita de rechazo a Avina y Ashoka, tal como se ha realizado ya en varias organizaciones alternativas Latinoamericanas. En el caso de Avina el dinero recibido pertenece a las innumerables víctimas del amianto y a sus familias, víctimas habidas y las que están por venir en los próximos treinta años. La justicia exige su resarcimiento.
La lucha contra «la triple A» por muy desproporcionada que nos parezca se puede ganar. Esperar esto está justificado, máxime un día como hoy, que nos invita a pensar que torres y hoteles más grandes han caído.
Si no rechazamos públicamente a la «Triple A» y no regeneramos los movimientos alternativos, no somos creíbles.
Nota final:
El que Billy Wilder, en su memorable película «Con faldas y a lo loco», realizada en 1959, diera al gángster del film el nombre de «Botines» es mera coincidencia…, pero para aquellos que creen en las resonancias mórficas puede resultar muy significativo.
Nada es perfecto.
Notas y referencias
[1] Gelman, J. (2001) «Los que cortan la pizza», en Rebelión, 9 de diciembre
[2] Sampedro, J.L. y Taibo, C. (2006), Conversaciones sobre política, mercado y convivencia, La Catarata
[3] Ma rio Monti , nombrado apresuradamente senador vitalicio para que pudiese tomar el puesto como Primer Ministro italiano, ha co-dirigido la Comisión Trilateral, siendo un miembro destacado del exclusivo Billderberg Group de economistas y asesor de Goldman Sachs y Coca Cola. Mario Draghi, gobernador del Banco Central Europeo es un ex-ejecutivo de Goldman Sachs. Lucas Papademo, primer ministro griego, es ex-vicepresidente del BCE y dirigió el Banco Central de Grecia, trabajando con Goldman Sachs para idear complejos instrumentos derivados que disimulasen el tamaño de la deuda de su gobierno y permitirle así entrar en el euro.
[4] Montero, A. (2011), » Un peligro anda suelto, El Obsevador, 5 de diciembre
[5] Torres, J. (2009), La crisis financiera guía para entenderla y explicarla, Attac 2009
[6] JP Morgan & Chase es la enorme corporación bancaria resultante de la fusión de los bancos fundados por John Pierpont Morgan y la familia Rockefeller (Chase Manhattan Bank). A pesar de su enorme poder, no ha podido evitar que el pasado mes de febrero fuera acusada por la Corte estadounidense por presunta complicidad en el fraude de Bernard Madoff
[7] Mazorra, R (2011), » El Banco americano de Santander», en Diagonal, 17 de mayo
[8] Relatado espléndidamente por Naomi Klein (2007) en: La doctrina del shock. El auge del capitalismo del desastre. Paidos.
[9] Perkins, J. (2005): Yo fui un gángster económico. La cara oculta del imperialismo americano Tendencias.
[10] Mapfre (2008), El nuevo lunes, 16 de junio
[11] Chossudovsky, M. (2010), » Globalistas y élites controlan los movimientos populares», en http://www.forumdesalternatives.org/ES/print.php?type=A&item_id=23786
[12] Galafassi, G. Dimitriu, A. (2007), «El Plan «B» de los capitales mineros», en Revista Theomai, nº15, primer semestre, p.1
[13] Puche, P. (2011), «El lobby oculto», El Observador, 13 de octubre
[14] BOE núm. 256 , Sábado 25 octubre 2003, 38226
[15] Web: http://www.philanthropyuk.org/quarterly/articles/goldman-sachs-funds-ashokas-eu ropean-expansion visitada el 6 de diciembre de 2011
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.