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Brasil acepta pagarle más a Bolivia por el gas

Fuentes: Telam

Lo acordaron los presidentes Evo Morales y Lula Da Silva en una reunión que mantuvieron hoy en Brasilia. Funcionarios brasileños anticiparon que su país aceptará aumentar el precio del combustible destinado a Cuiabá e igualarlo al del contrato principal que abastece a San Pablo.

 
Brasil aceptó hoy pagar más caro el precio del gas que compra a Bolivia, tras la reunión que mantuvieron en Brasilia los presidentes Luiz Inácio Lula da Silva y Evo Morales, reveló un asesor del mandatario brasileño.

Lula y Morales extendieron el encuentro, inicialmente previsto sólo para este mediodía, informó el asesor de política exterior del presidente brasileño, Marco Aurelio García.

El funcionario anticipó que su país aceptará aumentar el precio del gas destinado a Cuiabá e igualarlo al del contrato principal que abastece a San Pablo.

«Hay un problema inmediato que es el problema del gas en Cuiabá, que está con un precio muy bajo; lo reconocemos y para eso ya hay una solución técnica», señaló García, según informó en su sitio de Internet el diario O Globo.

García aseguró que «en este punto el presidente Morales tendrá una respuesta positiva».

Bolivia vende a 1,09 dólares por millón de BTU (unidades térmicas británicas) el 1,2 millón de metros cúbicos diarios que provee a Cuiabá, en el centro oeste de Brasil, mientras por los 30 millones de metros cúbicos diarios que destina a San Pablo recibe 4,10 dólares.

García formuló ese anuncio al iniciarse la reunión de ambos mandatarios en el Palacio del Planalto (sede del gobierno brasileño) esta mañana.

Si bien nada dijo sobre el reclamo principal de Morales, que pretende subir a cinco dólares todo el gas que vende a Brasil, apuntó a distender el clima de una reunión que hasta ayer a la tarde estuvo en duda.

Una fuente del gobierno boliviano, citada por el diario paceño La Razón, confirmó que Morales «tuvo éxito con el contrato pequeño» (el que abastece a una termoeléctrica de Cuiabá).

«Bolivia logró nivelar el precio del gas que se exporta a Cuiabá a 4,10 dólares por millón de BTU, igualándolo a lo que paga la estatal brasileña para proveer a San Pablo», precisó la fuente.

Agregó que Brasil también hará una serie de concesiones, como la construcción en territorio boliviano de una represa hidroeléctrica (sobre el río Madera, próxima a la frontera común), pero reconoció que la negociación del «contrato grande» con Petrobras (con el que se cubre la mitad del consumo de San Pablo) se prolongará todavía.

El mandatario boliviano mantuvo hasta ayer a la tarde la incertidumbre sobre su viaje, al condicionar su realización a que su par brasileño aceptase discutir al máximo nivel político el aumento del precio del gas, y no derivarlo a un nivel técnico comercial con la dirección de Petrobras.

Sólo en horas de la tarde el vocero presidencial de Bolivia, Alex Contreras, confirmó a Télam que Morales viajaría esta madrugada y que ambos mandatarios tratarían una «agenda abierta», que incluiría el tema del gas.

Esa exigencia para concretar la visita produjo malestar en Brasilia, donde una fuente del gabinete del canciller brasileño, Celso Amorim, citada por la agencia Estado, sostuvo que «el gobierno de Brasil mantiene la invitación a Morales, pero no aceptará ningún condicionamiento de La Paz».

«Trabajamos en la conclusión de acuerdos de cooperación como si Morales viniese; pero si hubiera condicionamientos, mejor que no venga; la paciencia tiene un límite», enfatizó la fuente.

Luego Itamaraty (la cancillería brasileña) calificó como «infantil» y «amateur» la amenaza del presidente boliviano de cancelar a último momento su visita, según informó el diario Folha de Sao Paulo.

Mientras tanto, el director financiero de Petrobras, Almir Barbassa, dio a conocer ayer un aumento récord de las ganancias de la principal empresa de Brasil en 2006 (algo más de 12.000 millones de dólares) y descartó el pedido de Bolivia para ajustar el precio del gas hasta que lo resuelva en abril la comisión binacional ad hoc.

«Nuestra posición es ésta: existe una fórmula (de ajuste) que rige el contrato (del precio del gas importado de Bolivia) y esa fórmula se debe mantener», dijo Barbassa. El contrato fue firmado en 1999 y vence en 2019.

Previamente, Morales había dicho que no podía ser que Bolivia, «un país pobre y subdesarrollado subvencione la industrialización» de su gigante vecino.