Decenas de personas siguen como rehenes en las prisiones. Por tercera noche consecutiva, grupos armados efectuaron una serie de ataques sobre estaciones de policía, incendiaron decenas de autobuses y lanzaron bombas molotov a varios bancos en la ciudad. La violencia también se extendió a varios centros penitenciarios en el estado de Sao Paulo, donde cientos […]
Decenas de personas siguen como rehenes en las prisiones. |
Por tercera noche consecutiva, grupos armados efectuaron una serie de ataques sobre estaciones de policía, incendiaron decenas de autobuses y lanzaron bombas molotov a varios bancos en la ciudad.
La violencia también se extendió a varios centros penitenciarios en el estado de Sao Paulo, donde cientos de personas fueron retenidas como rehenes.
El gobierno central ofreció desplegar efectivos del ejército, lo que fue descartado por las autoridades locales.
El presidente Luis Inacio Lula da Silva, de regreso de una cumbre en Viena, convocó a una reunión de emergencia de su gabinete para tratar el tema.
El corresponsal de la BBC en Sao Paulo, Steve Kingstone, indicó que muchos califican la presente situación como una guerra abierta entre las autoridades y una pandilla cuyas acciones serían orquestadas desde la cárcel.
De hecho, los ataques comenzaron cuando miembros de la banda criminal -conocido como el Primeiro Comando da Capital (PCC)- empezaron a ser transferidos a prisiones de máxima seguridad.
Perfil
El PCC es una de varias pandillas señaladas de ser las que verdaderamente controlan el sistema penitenciario en el país.
Esta agrupación se formó en Sao Paulo con los prisioneros que sobrevivieron a una de las peores matanzas carcelarias en la historia de Brasil, a principios de los años noventa, en las que se señala a la policía de haber matado a unos 111 internos para aplacar un motín.
Han ocurrido tres noches de violencia entre policías y pandillas. |
Desde entonces se formó esta suerte de «grupo sindical» de reos que empezó a pedir mejoras en el brutal y sobre poblado sistema penitenciario del país.
Poco a poco el PCC empezó a tomar control de las cárceles, utilizándolas como centros de reclutamiento. Hay versiones que indican que el proceso de iniciación de los miembros consiste en secuestrar a un guardia de seguridad de una de las prisiones. Más de 460 efectivos ha sido secuestrado en lo que va de año.
Ahora, tras varios años, el grupo ha evolucionado para convertirse en una formidable organización que ha estado involucrada en el tráfico de armas y drogas, secuestros y robos, así como motines carcelarios.
A control remoto
El poder del PCC -dentro y fuera de prisión- se ha incrementado en los últimos tiempos por la disponibilidad de los teléfonos celulares.
Casi 30 policías murieron en los ataques de la semana pasada. |
Líderes de las pandillas reciben teléfonos de contrabando, con la ayuda de guardias corruptos, y con ellos pueden dirigir sus actividades criminales desde las celdas.
Se estima que en 2001 el PCC habría estado detrás de una serie de motines que se desataron simultáneamente en 24 centros penitenciarios en el estado de Sao Paulo.
En junio del año pasado, se produjo otro tristemente célebre motín en una notoria cárcel el noroeste del estado en el que murieron cinco reos, cuyas cabezas decapitadas fueron exhibidas desde el techo de la instalación.
El último ataque del 13 de mayo dejó unos 30 muertos, en su mayoría oficiales de policía.
Según Tom Gibb, corresponsal para la región, muchos criminales aprendieron a organizarse con las tácticas de los grupos izquierdistas con quien compartían las celdas durante el gobierno militar que duró hasta 1985.
Pero, acota el corresponsal, actualmente las prisiones lejos de resolver los problemas del crimen organizado podrían estarlo empeorando.