Quinto país más extenso y más poblado del mundo, Brasil ocupa igual posición entre los de mayor desigualdad, según el Indice de Desarrollo Humano (IDH) del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).En 2003, año a que se refiere el estudio, el 10% de brasileños más ricos se quedaron con 46.9% de la renta […]
Quinto país más extenso y más poblado del mundo, Brasil ocupa igual posición entre los de mayor desigualdad, según el Indice de Desarrollo Humano (IDH) del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
En 2003, año a que se refiere el estudio, el 10% de brasileños más ricos se quedaron con 46.9% de la renta nacional, y el 10% más pobre sólo obtuvo 0.7%. Tamaña desigualdad sólo es peor en Namibia, Lesotho, Paraguay y la República Centroafricana.
Brasil tiene en el informe del PNUD 14 menciones por desigualdad, y su principal autor, Kevin Watkins, dijo que ‘quien duda sobre la importancia de la distribución de renta debería reflexionar que los 10% más pobres de Brasil son más pobres que sus equivalentes de Vietnam’.
Marcelo Neri, jefe del Centro de Pesquisas Sociales de la Fundación Getulio Vargas, señaló que la reducción de la desigualdad tiene un efecto 3,5 veces mayor que el crecimiento económico para reducir la pobreza.
Ejemplificó que si se transfiriera un cinco por ciento de la renta del 20% más rico al 20% más pobre, estos se reducirían a siete por ciento de la población.
Neri, sin embargo, es optimista y considera que la investigación por muestra de domicilios realizada por esa Fundación y que se divulgará en breve, mostrará una mejor distribución de la riqueza, con un incremento de la participación de los grupos sociales más pobres.
Ello sería el reflejo de los programas sociales del actual gobierno, cuya ministra de la Casa Civil Dilma Rousseff dijo que esas políticas pueden corregir distorsiones no resueltas por el crecimiento económico.
En su opinión tales políticas tienen que ser focalizadas, como el programa Bolsa Familia, que llegará a 8.7 millones de núcleos humanos a fin de año, y también generales, como la educación.
Quizás por ello una de las frases síntesis elegidas para encabezar cada uno de los cinco capítulos del informe pertenece al presidente Luiz Inacio Lula da Silva: ‘El hambre es la peor arma de destrucción en masa, causando millones de víctimas cada año’.
Brasil ocupa el lugar 63 entre los 173 países considerados por el PNUD para elaborar su Indice de Desarrollo Humano, que toma en cuenta datos de renta, educación y salud, y en el cual la posición es mejor cuanto más cerca de uno.
El puesto es el mismo del 2002, pues aunque la renta per cápita bajo de 7.918 a 7.790 dólares, la expectativa de vida subió de 70.2 a 70,5 años y la matrícula escolar aumentó del 90 al 91%.
La ministra Rousseff atribuyó esto al ajuste económico sufrido en el 2003, primer año de gobierno de Lula, pero prevé una mejoría futura en el IDH, pues el crecimiento económico pasó de 0.5% aquel año al 4.9% en el 2004, a lo cual se suman las políticas sociales.
Pese al poco envidiable puesto que ocupa, la desigualdad social no es exclusiva de Brasil, sino que también alcanza a países altamente industrializados, como Estados Unidos, donde la mortalidad infantil es de 15 por mil entre los negros y 5 por mil entre los blancos, indicó el investigador del PNUD Ricardo Fuentes.