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Cuando la fuerza pública tiene una imagen que lavar es porque previamente se ensució

Brasil: Lavanderías que apestan

Fuentes: Rebelión

Esa misma Policía Militar que veo en la tele trabajando con jóvenes de las favelas, creando samba para el carnaval, es la misma que está acusada de violar los Derechos Humanos en Brasil. La misma que es controlada por los gobernadores y que sigue dependiendo del aparato militar brasileño. La misma que durante la dictadura […]

Esa misma Policía Militar que veo en la tele trabajando con jóvenes de las favelas, creando samba para el carnaval, es la misma que está acusada de violar los Derechos Humanos en Brasil. La misma que es controlada por los gobernadores y que sigue dependiendo del aparato militar brasileño. La misma que durante la dictadura militar (1964-1985) torturo, asesinó y desapareció a miles de personas. La que hoy se aglutina em grupos de exterminio haciendo horas extras. Una Policía Militar que mata trabajadores/as y estudiantes en las manifestaciones, sin tierra en las oc! upaciones de fincas y presos en las hacinadas cárceles, permaneciendo con total impunidad en sus cargos. La misma a la que Amnistía Internacional acusa de violaciones de los DDHH en su último informe. La misma que la ONU recomienda que en los casos de violaciones de DDHH de estas, u otras fuerzas, sean juzgados por la Justicia Federal y no por la muy controlada Justicia Estatal.

Mucho tiene que lavar quien asesina de un tiro al joven negro de la favela. Genocidio perpetrado tras el coche policial.

Lavan, y mucho, los médios de comunicación, pertenecientes al sistema.

Repitiendo ignominias consiguen crear el miedo suficiente para mantener a mucha gente tras las mallas eléctricas, el alambre de púa y los guardias armados.

Los mismos que frotan esas manchas de suciedad para que no se sepa lo que no se debe saber. Máquinas eficientes, construídas para ensuciar también a las víctimas.

Siete famílias en Brasil controlan la limpieza de la las violaciones de Derechos Humanos.

Se ocupan de lavar los cerebros desinformando , vuelven blancas ideas , la política , los altos cargos militares y finacieros, en definitiva , la sociedad de bien.

Y en esta blanca sociedad también se blanquean capitales.Los capitales financieros, son los más interesados en lavar la imagen de quienes defienden sus intereses.

La limpieza también abarca la memoria.

Lavaron el pasado de políticos , de banqueros, de militares y de los Estados Unidos responsables de la vio! lencia durante la dictadura. Borraron la memoria de parte de la sociedad.

Así se permite a los que limpiaron de soñadores/as las calles y los campos de Brasil, que hoy lo hagan de homosexuales, travestis, drogadictos, ‘crianças da rua’, ‘el que me debe’, periféricos, ‘el que no me paga’, negros, prostitutas, ‘el novio de la que me gusta’, ‘el sin tierra’, ‘el sin techo’, el preso, la presa, las víctimas, en definitiva , lo que llaman : «La limpieza social.

Podríamos decir que esta sociedad está hecha para limpiar.

El poder crea la máquina que lava el capital producto del dolor de la población; la máquina de Mass Media limpia la imagen de los represores y controladores para que el poder consiga sus objetivos; éstos limpian la sociedad de los excluidos para el poder; en el extremo,los que sobran, y los que no, buscan pertenecer a la limpia sociedad.

Afortunadamente también hay quien barre para otro lado:

Los empeñados en sacar los trapos sucios de los archivos secretos, de los juzgados, en los latifundios. Empeñados desde! siempre en mostrar la mierda que esconde el sistema. Curar el dolor de las familias víctimas de la hedionda impunidad.

Son ellos y ellas quienes hacen , paso a paso , una sociedad más justa.

Responsables de desenmascarar la falsa belleza , las actuaciones perfectas , el ‘no se sabe quien fue’, las declaraciones oficiales y las versiones únicas. Obligan a abrir los ojos y escarban en la desmemoria. Sacrifican la comodidad de preferir no saber, por el riesgo de la verdad.Con su transparencia y su entereza moral , desnudan la podredumbre de los victimarios.