La tasa de homicidios en Brasil cruzó por primera vez en su historia la barrera de 30 homicidios cada 100.000 habitantes y en la última década se calcula que han muerto 553.000 personas por violencia intencional, de acuerdo a un informe estadístico publicado por el Gobierno en el contexto de una ola de violencia que […]
El número de asesinados es un 26% superior al registrado en la década anterior, lo que sumado a la abultada tasa de homicidios actual convierten a Brasil en uno de los países más peligrosos del mundo, de acuerdo al estudio publicado por el Instituto de Investigación Económica Aplicada (IPEA).
Este prestigioso organismo público recolectó y procesó la información junto con la empresa privada Fórum Brasileiro de Segurança Pública para realizar el Atlas de la violencia 2018, recién publicado.
Solo en 2016 hubo 62.517 muertes violentas, en su mayoría jóvenes negros de entre 15 y 29 años en situación de pobreza, grupo que experimentó una escalofriante tasa de homicidios de 281 cada 100.000 habitantes.
En América el promedio se encuentra en 16,3 homicidios, con Venezuela (70,71), Honduras (63,75) y El Salvador (60) a la cabeza.
La ola de violencia comenzó a gestarse en una década que vio un enorme crecimiento de Brasil como potencia emergente, para luego entrar en una fuerte crisis económica acompañada de la caída en desgracia del ex presidente Lula da Silva y la presidenta destituida Dilma Rousseff.
La violencia en los estados
El estado más peligroso de Brasil parece ser Sergipe, en el noreste, donde se registró una tasa de 64,7 cada 100.000 habitantes, seguido por Alagoas con 54,2 y Río Grande do Norte, con 53,4, ambos también en el noreste del país.
Si en cambio consideramos el crecimiento del delito, el estado más problemático ha sido Río Grande do Norte, donde la tasa de homicidios creció un 256,9% en diez años. Sergipe y Maranhão, en el norte, le siguen con un crecimiento del 121%.
Entre los estados que lograron reducir sus niveles de violencia lidera São Paulo, ya citado, junto con Espírito Santo, que redujo la tasa en 37,2%, y Río de Janeiro, que a pesar de estar viviendo una dura ola de violencia en los últimos años logró bajar sus homicidios un 23,4% en la última década.
Finalmente el Atlas de la Violencia 2018 también registró un aumento del 6,4% en los en los homicidios de mujeres entre 2006 y 2016, y el estado de Roraima se convirtió en el más peligroso, con una tasa de 10 homicidios cada 10.000 personas del sexo femenino.