Brasil suspendió hoy la patente de un remedio contra el sida fabricado por la multinacional Merck y anunció que importará un genérico fabricado por un laboratorio de India que cobra un precio más de tres veces inferior al original. El gobierno brasileño alegó que el alto costo del Efavirenz, la medicina cuya licencia fue suspendida, […]
Brasil suspendió hoy la patente de un remedio contra el sida fabricado por la multinacional Merck y anunció que importará un genérico fabricado por un laboratorio de India que cobra un precio más de tres veces inferior al original.
El gobierno brasileño alegó que el alto costo del Efavirenz, la medicina cuya licencia fue suspendida, amenaza la viabilidad del programa nacional de combate al sida, elogiado mundialmente y que prevé la distribución gratuita de millones de condones y de los remedios demandados por cerca de 200.000 enfermos.
«Estamos dando un paso importante y la decisión vale para este remedio y para cualquier otro cuando sea necesario. Hoy fue este y mañana será otro. Si no conseguimos los precios justos, tomaremos esa decisión», advirtió el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, al firmar el decreto que suspendió la patente.
El mismo decreto establece una «licencia obligatoria», prevista por los acuerdos internacionales y que le permite al país importar o hasta fabricar un genérico del Efavirenz.
El ministro de Salud, José Gomes Temporao, alegó que, tras una larga negociación, el laboratorio Merck aceptó en los últimos días reducir sólo en un 30 por ciento el valor de la medicina, propuesta considerada insatisfactoria por el gobierno, que exigía una disminución mínima del 60 por ciento.
Brasil gasta cerca de 43 millones de dólares anuales para importar el Efavirenz, por el que Merck le cobra 1,59 dólares por unidad, pese a que el mismo laboratorio lo vende en Tailandia a 0,65 dólares la unidad.
Según el Ministerio de Salud, los tres laboratorios que fabrican genéricos del Efavirenz en India consultados por el gobierno y que están certificados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), ofrecieron el remedio a apenas 0,45 centavos por unidad.
Temporao precisó que la importación del genérico le permitirá al país ahorrar unos 30 millones de dólares este año y unos 237 millones de dólares hasta 2012, cuando vence la patente.
De acuerdo con el Ministerio de Salud, el Efavirenz es la medicina más utilizada en el tratamiento contra el sida en Brasil y actualmente 38 por ciento de los enfermos la utilizan. La previsión es que a finales del año unas 75.000 personas necesiten del medicamento.
El programa brasileño prevé la distribución gratuita de 17 fármacos, apenas 8 de los cuales son producidos en el país.
La decisión de hoy convirtió a Brasil en la primera nación de América Latina en suspender legalmente la patente de un remedio contra el sida por «interés público», algo apenas hecho hasta ahora por Mozambique, Malasia, Indonesia y Tailandia.
Algunos países desarrollados, como Italia y Canadá, también han concedido «licencias obligatorias» sobre productos farmacéuticos, mecanismo previsto en el Acuerdo sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual Relacionados al Comercio (Trips), de la Organización Mundial de Comercio (OMC), recordó en un comunicado el Ministerio de Salud.
Ante las amenazas de que la medida pueda ahuyentar la inversión de laboratorios farmacéuticos en Brasil, Temporao aseguró que la «licencia obligatoria» está prevista en los acuerdos internacionales y que Merck continuará recibiendo la respectiva regalía, que equivale al 1,5 por ciento del valor.
«No creo que esta medida amenace de forma alguna la presencia de las empresas productoras de medicamentos en Brasil», apuntó.
El gobierno justificó la suspensión de la licencia como una medida de «interés público», ante la necesidad de «garantizar la viabilidad del programa de combate al sida».
Aclaró que la «licencia obligatoria» permite la importación de un genérico para «uso no comercial y de forma temporal, con plazo de vigencia determinado, pero que puede ser prorrogado mientras exista interés público».
El Ministerio de Salud destacó que «Brasil ha enfrentado las presiones de la industria farmacéutica multinacional, que, amparada en la legislación internacional sobre patentes, practica precios francamente abusivos para las nuevas drogas».
La producción de genéricos se ha convertido en un arma importante en las negociaciones con la industria farmacéutica para reducir los precios, añadió el comunciado.