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Brasil y China repelen el Informe de Estados Unidos sobre derechos humanos en el mundo

Fuentes: CGTB

Los Estados Unidos, con un histórico funesto de ataque a los derechos    humanos en el mundo y en su propio territorio, con torturas expuestas, guerras criminales; con carencias básicas sufridas por la mayoría de su población que es víctima de racismo, violencia, hambre, desempleo, falta de respeto a los derechos de las mujeres, de los […]

Los Estados Unidos, con un histórico funesto de ataque a los derechos    humanos en el mundo y en su propio territorio, con torturas expuestas, guerras criminales; con carencias básicas sufridas por la mayoría de su población que es víctima de racismo, violencia, hambre, desempleo, falta de respeto a los derechos de las mujeres, de los niños y de los ancianos, falta de privacidad, falta de libertad política, sindical y social; actúan como si fueran la «justicia en derechos humanos del mundo».

Contraponiéndose a esa pretensión, el gobierno brasileño dejó claro, a través de su Cancillería, que no está dispuesto a aceptar la prepotencia de la secretaria de Estado americana, Hillary Clinton, que divulgó, el viernes (8), un supuesto informe sobre «derechos humanos» en 194 países. En nota, el ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil respondió que «el gobierno brasileño no se pronuncia sobre el contenido de informes elaborados unilateralmente por países, con base en legislaciones y criterios domésticos, por los cuales tales países se atribuyen posición de evaluadores de la situación de los derechos humanos en el mundo». La Oficina de Información del Consejo de Estado de China, también en respuesta, divulgó el documento «Registro de Derechos Humanos en los Estados Unidos en 2010».

El comunicado brasileño señala también que tales evaluaciones del Departamento de Estado «no incluyen la situación en sus propios territorios y otras áreas sujetas de hecho a su jurisdicción». Este trecho del documento, emitido el mismo día de la divulgación del informe norteamericano, es una clara referencia al desprecio que el gobierno de los EUA tiene por cualquier vestigio de los derechos humanos de su propio pueblo, particularmente de los negros, de los latinos, de los inmigrantes o de los ciudadanos que profesan la religión islámica en aquel país. Ese informe, frecuentemente usado para imponer sanciones y represalias contra países y líderes que no se doblan a sus políticas, dice que la policía brasileña no respeta los derechos humanos y comete abusos, malos-tratos, tortura y asesinato de personas presas. El texto también se refiere a un supuesto problema de trabajo esclavo y de trabajo infantil.

Asesinato

Los dos gobiernos refrescan la memoria de la secretaria americana en relación a las monstruosidades perpetradas por sus tropas por el mundo. Hillary Clinton y su informe no dicen una palabra sobre las bombas tiradas por la aviación americana y la OTAN en la cabeza de la población civil de Libia, sobre la destrucción de ciudades enteras en Irak y el asesinato de centenas de miles de civiles, ni sobre la cobarde y bárbara masacre practicado por sus soldados desgobernados contra jóvenes indefensos en Afganistán, donde elegían víctimas al azar entre civiles de ese país, los descuartizaban y coleccionaban sus huesos, como fue vastamente divulgado por la revista alemana Der Spiegel, y aquí, en Brasil, por el periódico Hora do Povo. Mucho menos se atisba cualquier sílaba sobre el motivo de estos crímenes: el robo descarado del petróleo y otros recursos estratégicos de esos pueblos. La meticulosa secretaria no se acordó de nada de eso en su ‘informe’.

Ley

En Guantánamo (base norteamericana en Cuba), centenas de prisioneros de diversos países son salvajemente torturados y permanecen años sin ser juzgados, sin acusación formal y sin condena. Pero la secretaria de Estado no «sabe» nada sobre eso.  Ella sólo tiene ojos para posibles irregularidades en los países que no siguen su partitura y quiere, de cualquier manera, ponerlos bajo la batuta de las corporaciones. Fueron 43 páginas sobre el Brasil, centenas sobre China y ninguna línea sobre las masacres practicadas por sus tropas contra poblaciones inocentes. Nada sobre el «Acto Patriótico», una ley fascista que invade la privacidad de cualquier ciudadano americano, en nombre de una paranoia anti-terror sistemáticamente alimentada.

Coincidentemente, además del Brasil y de China, en América Latina Hillary ataca a Cuba, Ecuador, Bolivia, Nicaragua y Venezuela, pero, por otro lado, no ve ninguna violencia en Colombia. Es claro, con sus bases militares y con la acción de sus fantoches, los escuadrones de la muerte colombianos (los tristemente conocidos paramilitares) continúan asesinando sindicalistas, periodistas, campesinos y líderes populares, sin que el gobierno de los EUA emita cualquier condena. Por señal, los condenados por los EUA son los que resisten a la ocupación yanqui. Sólo en la ciudad de Macarena, el año pasado, fue encontrada una fosa común con más de 2 mil cadáveres.

La ministra-jefe de la Secretaría de Derechos Humanos, Maria do Rosário, también rebatió el pretencioso y arrogante informe americano: «Ninguna cuestión incluida en el informe es nueva, así como no es nuevo que ellos [los norteamericanos] se metan a apuntar situaciones diversas sin analizar sus propias contradicciones. Para el mundo, también sería interesante debatir la situación de tratamiento deshumano de los presos de Guantánamo, el tratamiento de emigrantes en la frontera con México, y hasta la práctica de castigos físicos en escuelas para disciplinar niños», afirmó.

El gobierno de Pekín exigió que «los Estados Unidos paren de interferir en los asuntos internos chinos usando como pretexto cuestiones de los derechos humanos». Y el gobierno brasileño, en síntesis, y de forma diplomática, mandó los EUA a parar de ser hipócritas y pasar a mirarse a sí propios antes de salir por ahí discursando y bajando normas  sobre la situación de derechos humanos de los otros.