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Calamidad educacional en comunidades indígenas

Fuentes: Adital

Cerca de mil alumnos de la enseñanza fundamental de comunidades indígenas Sateré Mawé del río Andirá, municipio de Barreirinha, Estado do Amazonas, podrían quedar sin clases en los próximos días por falta de material escolar y merienda. La denuncia es realizada por José de Oliveira, coordinador de la Organización de Profesores Indígenas Sateré Mawé de […]

Cerca de mil alumnos de la enseñanza fundamental de comunidades indígenas Sateré Mawé del río Andirá, municipio de Barreirinha, Estado do Amazonas, podrían quedar sin clases en los próximos días por falta de material escolar y merienda. La denuncia es realizada por José de Oliveira, coordinador de la Organización de Profesores Indígenas Sateré Mawé de los Ríos Andirá y Waykurapá (OPISMA), que pretende denunciar éstas y otras irregularidades al Ministerio Público Federal en los próximos días.

Según informaciones del Consejo Indigenista Misionero (CIMI), en el río Andirá existen 36 escuelas indígenas reconocidas por la Secretaría Municipal de Barreirinha, además de otras cinco, que están esperando reconocimiento. De éstas, 15 están funcionando en edificios con un único salón de clases, algunos con agujeros en las paredes, techo dañado, calientes en el horario de la tarde y sin terminación. Un ejemplo es la escuela Nova Jerusalém, en la comunidad São José Novo. La escuela fue construida en 2001, según sus habitantes, pero hasta ahora, no fueron colocados los implementos de los sanitarios y baños, donde las termitas avanzan sobre la estructura de madera. La Secretaría de Educación de Barreirinha tampoco mandó hacia el lugar los utensilios para la producción de la merienda para los 15 alumnos que frecuentan la enseñanza fundamental.

En la comunidad de Vista Alegre, el salón de clases funciona en la parte de abajo de la casa del profesor. Para atender a los 18 alumnos él tuvo que improvisar. La misma situación ocurre en otras 18 comunidades, donde las clases son dadas en cobertizos, iglesias, casas de los tuxauas o de los comunitarios. Además, el número de alumnos de la enseñanza fundamental y educación de jóvenes y adultos es grande para un único salón construido por el Gobierno Municipal de Barreirinha.

La «crueira«, un subproducto de la mandioca usada en la fabricación de papilla de mandioca, en el salón de clases de Vista Alegre sirve para escribir en el pizarrón, sustituyendo la tiza, que sólo llega cuando el propio profesor la lleva de la sede del municipio de Barreirinha hasta su comunidad. La Secretaría Municipal de Educación no se encarga de ese servicio, dicen los profesores Sateré Mawé. En Araticum, hay tres salones de clase, dos de las cuales están improvisados. En uno de ellos, por falta de pizarrón, los alumnos aprenden a leer y escribir en el suelo, donde son escritas las lecciones.

Cerca de allí, en la comunidad de Simão, existen seis grupos que están repartidos entre salones de clase de la escuela, el salón de la iglesia y de un cobertizo, donde los profesores sólo disponen de un pizarrón con menos de un metro cuadrado. En Torrado, según el CIMI, los alumnos mostraron libros didácticos de Física y Química para la 8ª serie de la enseñanza fundamental, provistos por la Secretaría de Estado de Educación. Sin embargo, en las escuelas indígenas del río Andirá sólo hay grupos de la 1ª a la 4ª series y educación de jóvenes y adultos.

Libros, cuadernos, lápices, gomas y otros materiales de uso corriente en las escuelas están en falta. En la mayoría de las comunidades, la cantidad suministrada por la Secretaría Municipal de Educación de Barreirinha fue insuficiente para atender a los alumnos. El coordinador de la OPISMA relata que fueron realizadas varias reuniones de profesores para discutir la situación y, al final, se elaboraron documentos, posteriormente enviados a la Secretaría de Educación, pero la titular de la Secretaría en ningún momento prestó atención al reclamo de los profesores.

La falta de merienda escolar es otro trastorno vivido en las comunidades Sateré Mawé. La cantidad y calidad no satisface la demanda de las aldeas. La mayoría de los profesores relata casos de deserción escolar por falta de alimento. Esa situación tiene por lo menos dos complicaciones. El primero se refiere a la escasez de caza, pesca y otros medios de subsistencia. Los indígenas dicen que las plantaciones de los cultivos no llegan a ser suficientes para las familias.

Otra complicación es la calidad de los productos provistos por la Secretaría Municipal de Barreirinha. No son raros los casos de alimentos estropeados, dice el coordinador de la OPISMA. La comunidad de Torrado guarda todavía las latas de conserva y paquetes de fideos recibidos en mayo de un lote que debería haber sido entregado a fines del año lectivo de 2005. El profesor informó el hecho a la Secretaría de Educación, que lo orientó a llevar los alimentos hasta Barreirinha, para ser cambiados en el galpón donde queda guardada la merienda escolar del municipio.

Además, las 36 escuelas indígenas del río Andirá cuentan con 84 profesores. La mayoría viene ejerciendo la función hace varios años. Su contrato, sin embargo, es firmado por el Gobierno Municipal de Barreirinha bajo régimen temporal y para la función de monitores o auxiliares de servicios generales. Para reparar esa injusticia, la organización está orientando a los profesores a entrar con una acción de reclamo ante la Justicia del Trabajo.

Otra iniciativa de la Opisma será accionar al Ministerio Público Federal. La organización quiere saber si los recursos para las escuelas indígenas del río Andirá están siendo aplicados correctamente. Los profesores vienen intentando controlar la aplicación de esos recursos, pero dicen que falta transparencia por parte de la Alcaldía de Barreirinha.

Traducción: Daniel Barrantes – [email protected]