Hoy [por ayer] se conoció que el Presidente interino de la Cámara de Diputados, Waldir Maranhao (PP), decidió anular la votación de impeachment de Dilma Rousseff realizada el pasado 17 de abril. Maranhao -quien está sustituyendo a Eduardo Cunha hasta que se pronuncie la Comisión de Ética sobre la decisión del Supremo Tribunal Federal que […]
Hoy [por ayer] se conoció que el Presidente interino de la Cámara de Diputados, Waldir Maranhao (PP), decidió anular la votación de impeachment de Dilma Rousseff realizada el pasado 17 de abril. Maranhao -quien está sustituyendo a Eduardo Cunha hasta que se pronuncie la Comisión de Ética sobre la decisión del Supremo Tribunal Federal que lo apartó de su cargo- tomó esa decisión en base a varios argumentos: que los partidos no tendrían que haber influenciado la decisión de voto de sus legisladores, que los diputados violaron el derecho de defensa de la mandataria al hacer pública su decisión tiempo antes de la defensa y, uno de índole más técnica, que el resultado de la votación tendría que haber pasado al Senado por resolución y no por oficio. Esta postura resulta de la aceptación, por parte del Presidente interino, del recurso presentado por la AGU (Advocacia Geral da Uniao) pocos días después de la votación en Diputados que pedía la anulación de la misma por las razones ya esgrimidas -y que Cunha no consideró hasta su alejamiento-. Maranhao solicitó así al Senado -donde se está deliberando el proceso aprobado en Diputados- que el pedido retorne y sea votado nuevamente. Esta decisión fue bastante sorpresiva y, hasta cierto punto, dio la impresión de que el destino de una Rousseff destituida podría estar dejando de ser inevitable. Sin embargo, hay varios elementos del tablero político que ameritan ser prudentes y no concluir precipitadamente que este hecho podría significar el fin del golpe.
A las pocas horas de conocerse esta decisión, el Presidente del Senado, Renan Calheiros, la rechazó contundentemente, señalando que fue intempestiva, que un presidente interino no puede desoir el pronunciamiento de la mayoría de la Cámara y que el Senado continuaría evaluando el proceso votado semanas atrás, manteniendo el cronograma previsto. Asimismo, miembros del propio partido de Maranhao están estudiando expulsarlo y pedir su apartamiento de la presidencia interina en tanto entienden que ese es un cargo de representación de la sigla. Ya le habían cuestionado fuertemente su voto negativo durante la sesión del impeachment y que hablara de «golpe» públicamente, cuando su partido se posicionó mayoritariamente a favor.
Las especulaciones en torno de su decisión son muchas: que detrás de su decisión está el aval de Cunha buscando que en una nueva votación en Diputados pueda desplegar negociaciones para que la Comisión de Ética no refrende la decisión del STF; que una nueva votación le permitiría a Maranhao conseguir más apoyos políticos y blindarse así de las investigaciones en su contra por lavado de dinero y recibimiento de coimas, como Cunha; que el actual Presidente busca negociar posiciones de poder en su Estado, Maranhao, gobernado actualmente por un aliado al gobierno Dilma (Flávio Dinio, PcdoB), entre otras razones que difícilmente puedan corroborarse, al menos por ahora.
Por el momento, lo único cierto es que el proceso de impeachment continúa en el Senado, donde, al igual que lo que ocurrió en Diputados, varios senadores se han manifestado a favor de la destitución. Desde el gobierno ya han anticipado que recurrirán al STF para impedir que el Senado desoiga el pronunciamiento del Presidente de la Cámara baja. El golpe sigue su curso.
Fuente: http://www.celag.org/brasil-cambian-los-escenarios-del-impeachment-por-camila-vollenweider/