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La lucha del MST de Brasil

Cambiar la tierra, cambiar el mundo

Fuentes: APM

El Movimiento de los Trabajadores Sin Tierra mantiene vigente su reclamo por la implementación de la Reforma Agraria en Brasil. Una propuesta que trasciende fronteras.

El apoyo que el Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST), ha dado al gobierno de Luiz Inácio Lula Da Silva, ha significado un punto clave para lograr la reelección del Partido de los Trabajadores (PT) en la instancia del ballotage.

Sin embargo, a partir de su segundo mandato, el presidente deberá dar las respuestas que el sector de los campesinos reclama desde hace más de 20 años. Si bien, ante la falta de propuestas del candidato socialdemócrata Geraldo Alckim, el movimiento optó por el camino de izquierda ya conocido, el voto de confianza otorgado no es incondicional.

No es conveniente para el presidente Lula Da Silva, alterar el vínculo todavía estable que aún tiene con el MST. En declaraciones a APM, la periodista brasileña Verena Glass, de la agencia Carta Maior, opina que no debería haber una ruptura porque Lula necesita de una cierta proximidad con el movimiento para mantener una imagen de izquierda. A su vez, el MST tiene sus propios proyectos políticos; pero el mantenimiento del diálogo, la no criminalización por parte del gobierno y las asociaciones con diversos ministerios son aspectos positivos bajo la gestión de Lula. «No debe haber ruptura ni mayor aproximación, pero sí, una relación respetuosa y pragmática.»

Mientras tanto, las jornadas de lucha del MST no han terminado, tampoco las ocupaciones, las marchas y las protestas en todo el país. Se reclama una mayor agilidad en la aplicación de la reforma estipulada por el Plan Nacional de Reforma Agraria, la cual todavía no se ha efectuado de la manera prometida. Hoy sólo el 1 por ciento de la población posee casi el 50 por ciento de los campos productivos. De 400 millones de hectáreas sólo se explotan 50 millones.

También se reclama la revisión de los índices de productividad de Brasil, que determinan si una tierra es productiva o no para su posterior expropiación. Los mismos se encuentran desactualizados desde la década del setenta y depende del presidente que se apliquen los nuevos índices elaborados por el Ministerio de Desarrollo Agrario.

Pero la lucha del movimiento social, quien además lidera varias organizaciones en todo el país; no culmina en la Reforma Agraria. Muy por el contrario, significa sólo el comienzo. Trasciende las fronteras sectoriales y busca modificar la cultura y la visión de la sociedad. La tierra es un elemento fundacional. No basta la ocupación mediante los asentamientos, sin un propósito productivo que tenga por fin brindar los recursos necesarios para la subsistencia de sus habitantes.

La propuesta del MST es incorporar la agroecología, desde el sector productivo y en contra del uso de los agrotóxicos, tan extendidos en el mercado de la producción agropecuaria mundial. Elemar do Nascimento Cezimbra, integrante de la organización, explicó a APM que «consiste en otra manera de pensar, consumir y relacionarse con la naturaleza. Es otra matriz tecnológica que cree en una concepción mejor de vida.»

El MST además, representa al movimiento de los pequeños campesinos, el movimiento de los afectados por las represas hidroeléctricas, el movimiento nacional de los jóvenes y las mujeres agricultoras. Todos están insertos en la vía campesina y se definen por la agroecología.

Son muchas las áreas conquistadas. Hoy, el MST controla alrededor de 10 millones de hectáreas, y ha logrado, desde su creación, que 400 mil familias fueran asentadas. Aún subsisten asentamientos convencionales que usan agrotoxicos, pero se encuentran en transición. Lo importante es que hay una red de asentamientos que son totalmente agroecológicos y se está trabajando en la recuperación de semillas criollas para lo cual se hacen grandes encuentros de intercambio de semillas. También colaboran en la recuperación de animales de razas nativas que están siendo exterminados.

Elemar, es miembro de la Coordinación Nacional del Movimiento Sin Tierra y desde su interior se encarga de difundir a todo el mundo, el trabajo que realizan. El MST tiene una organización envidiable. Su causa se extiende por todo el país y tiene asentamientos en 23 de los 26 estados.

Filósofo e hijo de campesinos, considera que el MST tiene dos aspectos estructurantes. El frente que organiza las ocupaciones de la tierra, es el encargado de hacer relevamientos, buscar la información necesaria y organizar las ocupaciones.

Luego de ese primer paso, se procede a construir los asentamientos. En torno a ellos, el MST crea varios sectores. La escolarización es un factor fundamental para llevar a cabo sus propósitos. Desde los niños hasta el nivel superior, todos reciben educación en las escuelas de los asentamientos.

Otro tema en el que trabajan, es el de la formación político ideológica. Además de escuelas, en los asentamientos hay centros de formación de cuadros. Conforman una red más amplia que incluye también cursos dentro de las universidades, con el objetivo de cubrir las necesidades del MST. En ellos se brinda información técnica, en varias áreas relacionadas con el Sector Agropecuario, Salud Comunitaria, Contabilidad, Administración y Gestión, entre otras.

El sector que cuida la comunicación es el que se encarga de las radios comunitarias, produce un periódico mensual, una publicación trimestral que es la Revista Sin Tierra, una página de Internet, y los boletines regionales. A su vez, en el ámbito de la cultura, se encargan de rescatar las leyendas populares, las figuras folclóricas brasileñas y también las de otros países latinoamericanos. Este emprendimiento incluye a las comidas típicas y la música popular en contra de la «basura cultural.»

Hay un grupo, dentro de la organización, que se dedica a las Relaciones Internacionales. El MST hizo un gran esfuerzo para crear el CLOC (Conexión Latinoamericana de Organizaciones Campesinas indígenas). Su intención es incorporarse a la vía campesina internacional mediante la reunión de organizaciones de 80 países progresistas en donde se debate la Reforma Agraria, el tema del comercio mundial y la soberanía alimentaria de los pueblos; cuestiones que no desean dejar en manos de los organismos internacionales de comercio.

Desde el cono sur, han emprendido varias actividades conjuntas con el objetivo de expandir su perspectiva. En Argentina se han relacionado con algunos movimientos sociales campesinos como el Movimiento Campesino de Santiago del Estero (MOCASE), La Unión de Trabajadores Desocupados de Mosconi y los pueblos Mapuches.

La solidaridad es un vínculo que los constituye dentro del movimiento. En el interior del MST no hay líderes, porque la dirección es colectiva. El poder al no ser personalizado, se encuentra en la masa, que de esa manera se fortifica y hace más visible su protesta. Para tomar decisiones se conforman comisiones dentro de los asentamientos y cada año se celebran encuentros nacionales en los que se tratan los temas importantes.

Es por esa razón, que el MST, mantiene una relativa autonomía con respecto a la política y al gobierno. La periodista Verena Glass, considera que el mantenimiento de la agenda de la reforma agraria en la pauta nacional o la obtención de recursos para proyectos de educación y asistencia técnica, han sido logros obtenidos por el movimiento social durante el gobierno de Lula Da Silva.

Pero los cambios profundos esperados por los campesinos, aún no se han concretado. En Brasil, el mayor presupuesto destinado para la salud y la educación, y la implementación del programa asistencial Hambre Cero, constituyen un avance. No obstante, la tendencia neoliberal con la cual el gobierno maneja su política económica, no se diferencia tanto de sus antecesores como se esperaba.

Los integrantes del MST conocen esta situación. Pero creen que hay situaciones en las que es necesario adaptarse, para poder luchar a partir de la confrontación permanentemente. Elemar do Nascimento Cezimbra entiende que desde el interior del capitalismo hay oportunidades de combatir. «Es posible tener otra perspectiva. Sino, no hay cambio social.»

(*) La autora de esta nota es alumna del Seminario «Periodismo en Escenarios Políticos Latinoamericanos» que actualmente dicta la Agencia Periodística del Mercosur (APM) en la extensión ISER de Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la UNLP.