Desde ayer (5) y hasta el día 8 (viernes), cerca de mil indígenas de diferentes regiones brasileras estarán reunidos en la sexta edición del Campamento Tierra Libre, instalado en la Explanada de los Ministerios, en Brasilia (DF). La principal meta del campamento es discutir y aprobar una propuesta para el Estatuto de los Pueblos Indígenas, […]
Desde ayer (5) y hasta el día 8 (viernes), cerca de mil indígenas de diferentes regiones brasileras estarán reunidos en la sexta edición del Campamento Tierra Libre, instalado en la Explanada de los Ministerios, en Brasilia (DF). La principal meta del campamento es discutir y aprobar una propuesta para el Estatuto de los Pueblos Indígenas, cuyo proyecto de ley está estancado en el Congreso Nacional hace más de 14 años.
En 2008, varias etnias se organizaron en 10 reuniones regionales y eligieron puntos para el estatuto. Desde entonces, el texto final viene siendo sistematizado por la Comisión Nacional de Políticas Indígenas (CPNI). Creada en 2007 y vinculada con el Ministerio de Justicia, esta comisión está formada por 20 representantes de los pueblos indígenas, 4 de entidades de la sociedad civil y 20 de órganos del ejecutivo federal.
Después de la aprobación del Estatuto durante el Campamento, la propuesta va a seguir hacia el Gobierno Federal y, en seguida, será enviada al Congreso Nacional. «Conseguimos dialogar con las entidades y con el Gobierno (Federal); el problema es que cuando (la propuesta) va al Congreso, ellos están más preocupados con el agronegocio», evalúa Anastácio Peralta, miembro de la tribu guaraní-kaiowá, de Mato Grosso do Sul, y uno de los representantes de la CPNI.
Para Anastácio, «lo más importante de este estatuto es que va a dar las directrices a los órganos públicos acerca de cómo deben tratar las cuestiones indígenas». El estatuto vigente actualmente es el de 1973 (ley nº 6.001, del 19 de diciembre de 1973), «que nos trata como ‘tutela’, como ‘niños menores'», opina Anastácio.
El estatuto prevé puntos relacionados con la tierra, educación, seguridad, legislación, entre otros. Uno de los puntos que van a permanecer abiertos por el estatuto será sobre la minería, tema en el que hay discordancias entre los pueblos indígenas. «La actividad minera quedará a cargo de cada pueblo indígena, el estatuto va sólo a prever los recursos, lo que cada comunidad va a ganar con eso», resalta Anastácio.
Además de las discusiones acerca del Estatuto, los acampados discutirán puntos ligados con las 19 condicionantes instituidas por el Supremo Tribunal Federal referentes a las tierras indígenas de Raposa Serra do Sol; y también, cuestiones sobre territorio, violencia, criminalización, salud, educación escolar y fortalecimiento del movimiento indígena nacional.
El campamento es organizado desde 2004 por la Articulación de los Pueblos Indígenas de Brasil (Apib) y por el Forum en Defensa de los Derechos Indígenas (FDDI).
Traducción: Daniel Barrantes – [email protected]
http://www.adital.com.br/site/noticia.asp?boletim=1&lang=ES&cod=38510