La privatización de empresas en Brasil, fue uno de los temas tratados en el debate`presidencial del pasado lunes, donde Lula acusó al partido de su adversario de haber promovido la privatización de más de 70 empresas, durante la gestión del ex presidente Fernando Henrique Cardoso. En Brasil, la privatización de empresas estatales entró […]
La privatización de empresas en Brasil, fue uno de los temas tratados en el debate`presidencial del pasado lunes, donde Lula acusó al partido de su adversario de haber promovido la privatización de más de 70 empresas, durante la gestión del ex presidente Fernando Henrique Cardoso.
En Brasil, la privatización de empresas estatales entró en la agenda del debate presidencial realizado este lunes entre los aspirantes presidenciales, Luiz Inácio Lula Da Silva y Geraldo Alckmin, para la segunda vuelta electoral del próximo domingo.
Los candidatos a la contienda electoral brasileña, intercambiaron opiniones sobre las consecuencias de la venta de importantes empresas siderúrgicas.
El candidato a la reelección acusó al Partido Social Demócrata Brasileño (PSDB), que respalda a su adversario, Geraldo Alckmin, de haber perjudicado el país con privatizaciones indebidas.
Para Lula, ese daño fue ocasionado durante el gobierno del ex presidente Fernando Henrique Cardoso, partido al que pertenece Alckmin.
Por su parte, el socialdemócrata defendió la reducción del aparato del Estado, pero negó estar planeando privatizaciones en su gobierno.
El Programa Nacional de Desestatización contabilizó ingresos de más de 105 mil millones de dólares, con las privatizaciones realizadas entre 1990 y 2005.
En este periodo, se vendieron empresas de los sectores de minería, siderurgia, petróleo y gas. En total, 71 empresas fueron desestatizadas.
Para la especialista Maria Lucia Fattorelli, representante del Sindicato de los Auditores Fiscales de la Recta Final (UNAFISCO), el monto obtenido por la venta del patrimonio público no compensa las pérdidas registradas.
»Cuando evaluamos todo lo que se invirtió en las empresas antes de privatizarlas, todas las deudas contraídas por el Estado, todos los empleos perdidos, los lucros que pasaron a ser remitidos y los costos de los servicios después de la privatización, vemos que la evaluación es un desastre», explicó Fattorelli.
La mayor parte de las privatizaciones ocurrió en los ocho años del presidente Cardoso. La idea era disminuir la estructura estatal y los gastos públicos para reducir la deuda pública, cosa que no ocurrió.
Durante ese gobierno, la deuda interna brasileña aumentó en cien por ciento.
Pese a que en la actual gestión de Lula, se puso un freno al programa de estatización, pero algunos analistas aseguran que no lo hizo por completo, tal como lo aseguró Leonardo Barreto, profesor del Departamento de Ciencias Políticas de la Universidad de Brasilia.
Movimientos sociales, entidades civiles y parlamentarias se han movilizado para presionar por la eliminación de las privatizaciones.
En marzo de este año, se creó el Frente Parlamentario por la Defensa del Patrimonio Público que, entre otras acciones, defiende la restatización de la mayor ferrominera del mundo, la Valle del Río Doce, vendida en 1997.