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Capacidad de endeudarse ¿otro derecho humano?

Fuentes: inSurGente

«Vivimos en un océano de dinero. Simplemente necesitamos conectar el dinero con la gente más pobre. Eso es lo que queremos lograr», ha afirmado Muhammad Yunus delegado de honor a la Cumbre Global del Microcrédito efectuada en Halifax, Canadá, quien es fundador en Bangladesh, del Banco Graneen en 1976 y Premio Nobel de la Paz […]

«Vivimos en un océano de dinero. Simplemente necesitamos conectar el dinero con la gente más pobre. Eso es lo que queremos lograr», ha afirmado Muhammad Yunus delegado de honor a la Cumbre Global del Microcrédito efectuada en Halifax, Canadá, quien es fundador en Bangladesh, del Banco Graneen en 1976 y Premio Nobel de la Paz 2006. Participaron también en el encuentro Manuel Zelaya, presidente de Honduras, el vicepresidente de Uruguay, Rodolfo Nin; y la reina Sofía de España, entre otras personalidades y delegados de unos cien países. Los pobres son unos tontos a quienes nunca se les habría ocurrido lo que nos dice Yanus. Con este descubrimiento el propósito de la Cumbre es asegurar que para el 2015, unos cien millones de familias ganen más de un dólar diario, como hasta ahora, y quinientos millones de personas logren salir del umbral de la pobreza extrema, según Sam Daley-Harris, director de la campaña.

El mérito del empeño hacia los microcréditos es llamar la atención sobre la pobreza extrema, pero eso ya lo sabíamos. Lo que nos propone esta fórmula neoliberal es que el mercado es la solución. Para Yanus, «nadie debería quedarse fuera del sistema» y agrega en una entrevista a EFE: ‘Les invitamos (a los bancos) a que ofrezcan servicios a los más pobres para que el mercado sea más competitivo y los tipos de interés se reduzcan’, .Pero Yunus y otros participantes en la Cumbre Global del Microcrédito también advierten de los peligros de la comercialización del sector. El Nobel de bengalí expresó sus temores al admitir que es posible que el interés de la banca por los beneficios corrompa el sistema que él ayudó a diseñar. ‘Es posible, si quieren ganar dinero y (para ello) elevan los tipos de interés, de forma que el dólar que podría estar en las manos de los pobres ahora lo tienen ellos en forma de beneficio’. Entonces el Nobel de la Paz acude a la moral de los bancos y que no pierdan: ‘Lo que pido es que, de momento, les dejen ese dólar en sus manos, hasta que salgan de la pobreza. Y una vez que ya no son pobres, que hagan tanto dinero como quieran. Probablemente harán más dinero entonces. Esto es la empresa social’, añadió.

Cualquier empeño por paliar la pobreza parece ser digno en este mundo tan desigual, pero el microcrédito fuera del contexto de las causas que generan la pobreza es una utopía de los defensores del neoliberalismo. Los pobres no podrán hacer tanto dinero como quieran, es un engaño más. Los solicitantes son responsables de su propia supervivencia. El sistema los vuelve a desamparar y los estados no ofrecen servicios que son derechos como la salud o la educación. Para el bengalí Nobel y banquero de nuevo tipo, la banca es la solución: «Yo digo que la banca debe ser inclusiva», prosiguió Yunus, cuyo banco Grameen en Bangladesh tiene casi 7 millones de clientes, el 97% de ellos mujeres. «Si no tienes el primer dólar en la mano, no consigues el dólar siguiente. Y puesto que nadie da un dólar al pobre, este nunca consigue el dólar siguiente».

Llamativamente, las mujeres quienes más sufren la explotación y la pobreza son las mejores pagadoras. El llamado banquero de los pobres está convencido de que para el Banco Grameen, el cliente más atractivo es aquel que no tiene nada. Por ello sus préstamos van dirigidos a mujeres de entornos rurales. Según palabras del propio Yunus, «el dinero es más rentable en manos de ellas que de un hombre. Nunca han tocado dinero, son analfabetas, pero quieren que su futuro y el de sus hijos cambie y que éstos vayan al colegio».

Con tales argumentos a los microcréditos como los concibe el capital ha nacido la corriente de considerar esos préstamos salvadores como un derecho humano. ¿Sería la capacidad de endeudarse, además, otro derecho humano para los pobres?