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Capitalismo, ¿el leopardo ha cambiado sus manchas?

Fuentes: Sin permiso

“Déjeme ser claro: el capitalismo sin competencia no es capitalismo, es explotación”, tuiteó el presidente de los Estados Unidos, Biden, en el momento de firmar una orden ejecutiva para expandir la competencia y tomar medidas contra las prácticas monopolísticas.

Biden describió como un “experimento equivocado de 40 años” permitir que las corporaciones estadounidenses se consoliden con poca regulación, lo que, según él, ha perjudicado a la gente común. “El corazón del capitalismo estadounidense es una idea simple: competencia abierta y justa”, agregó Biden.  A continuación, se llamó a sí mismo un «capitalista orgulloso», pero dijo que quiere «asegurar que la economía no se trata de personas que trabajan para el capitalismo, sino de que el capitalismo trabaje para las personas».

Los comentarios de Biden apoyan la idea que: 1) el capitalismo no es un modo de producción que sea explotador, siempre que haya «libre competencia» en el comercio, el crédito y la producción de mercancías (y presumiblemente también en el trabajo asalariado); y 2) son las prácticas monopólicas la causa de lo que podría llamarse ‘explotación’ porque es ‘competencia desleal’. Según esta idea con el fin de los monopolios (en los procesos de producción y distribución) y, por tanto, si funcionan mercados ‘competitivos’, se puede hablar de capitalismo propiamente dicho.

En su intervención Joe Biden se hace eco no sólo del punto de vista de la economía neoclásica dominante moderna, sino también del punto de vista de los primeros economistas clásicos, como Adam Smith y David Ricardo. Smith opinaba que lo que no funcionaba en la sociedad y la economía del siglo XVIII fue la falta de libre competencia y criticó los monopolios (incluidos los monopolios feudales) en el comercio y la agricultura. Ricardo, por su parte, denunció el control monopolístico en la producción agrícola y en el comercio. Para ambos economistas, si se terminaba con los resabios feudales la empresa industrial y los mercados competitivos conducirían a un aumento de la productividad y a la prosperidad de todos. Como dijo Biden, entonces, «el capitalismo funcionaría bien para la gente».

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