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Capitalismo y cambio climático

Fuentes: Herramienta

Primera parte: nociones teóricas y trayectoria histórica inicial El cambio climático y sus consecuencias constituyen la cuestión más peligrosa que enfrenta la sociedad humana contemporánea. Heredera de la trayectoria multimilenaria de las civilizaciones que se sucedieron desde la Edad de piedra, está atrapada en los procesos económicos y comportamientos individuales y sociales autodestructivos que caracterizan […]

Primera parte: nociones teóricas y trayectoria histórica inicial

El cambio climático y sus consecuencias constituyen la cuestión más peligrosa que enfrenta la sociedad humana contemporánea. Heredera de la trayectoria multimilenaria de las civilizaciones que se sucedieron desde la Edad de piedra, está atrapada en los procesos económicos y comportamientos individuales y sociales autodestructivos que caracterizan al capitalismo. El concepto devenir-capital del mundo propuesto por Alain Bihr, o sea la producción de una sociedad capitalista apropiada a la economía capitalista [1] puede ser aplicado también a las relaciones con la naturaleza. Tal es el origen de las transformaciones de la biosfera y los múltiples ecosistemas del planeta que sustentan el cambio climático. La expansión planetaria de la economía capitalista, su apropiamiento del mundo, estuvo acompañada por la conformación de un conjunto de relaciones del capital con el medio natural, en el más amplio sentido del término adecuadas a semejante «apropiación».

Es engañoso hablar de «global warming» o calentamiento global. Tanto las causas del cambio climático como sus efectos están repartidos muy desigualmente. Las relaciones de producción y de propiedad entre las clases, así como las relaciones entre algunos Estados y los restantes, características del capitalismo, hacen que no pueda ser de otro modo. Las emisiones de CO2 varían muchísimo según los países. En 2012, el promedio de las emisiones por habitante (que no refleja diferencias en el seno de un mismo país) en América del Norte fue más de ocho veces superior al de la India. Los promedios tampoco reflejan las desigualdades que pueden existir en una zona geográfica. En Medio Oriente, por ejemplo, las emisiones per cápita son más de 50 t de CO2 equivalente/habitante en Qatar y menos de 2 t CO2 eq/habitante en Yemen  [2] . El cambio climático afecta a todos los ecosistemas del planeta, pero de un modo necesariamente distinto [3] . Las consecuencias dramáticas del cambio climático en ciertas partes del mundo engendrarán las mayores formas de barbarie en el siglo XXI. Esto comienza ya a comprenderse con la «cuestión» de los migrantes y los alineamientos sociales y políticos que genera.

Orientarse políticamente en la cuestión del cambio climático y el consiguiente agotamiento o profunda degradación de los recursos naturales, implica una doble exigencia: en primer lugar comprender su relación con los resortes esenciales del proceso de acumulación del capital; luego, tratar de entender el modo en que las relaciones de clase (en cada país) y las de dominación y dependencia (entre países) pueden descargar el mayor peso de los efectos de los desarreglos en primer lugar sobre los sectores de trabajadores y las comunidades más explotadas, marginalizadas y vulnerables, creando un factor suplementario de migraciones y engendrando nuevas formas de guerra. Después de esto puede sí iniciarse la discusión sobre las características y los objetivos del combate político en esta cuestión que sobredetermina desde ahora todas las demás  [4] . Una aclaración, para evitar falsas discusiones: conducido por de la estructura política característica de la burocracia estaliniana, el «socialismo realmente existente» -para utilizar aquella expresión surgida en la RDA-provocó desastres ecológicos inconmensurables en el inmenso territorio de la antigua URSS, a caballo entre Europa y Asia; no lo ignoro, pero en éste artículo no se abordará tal cuestión, así como tampoco los desastres que están provocando las opciones para el «desarrollo» adoptadas por el Partido Comunista Chino.  

Antropoceno y capitaloceno

Aunque el concepto devenir-capital del mundo se aplica perfectamente a las transformaciones que la biosfera y muchos ecosistemas han sufrido a lo largo de la expansión de las relaciones de producción capitalista, debemos comenzar por precisar algunos términos utilizados en el actual debate.

El primero es antropoceno . El término fue propuesto (con signo de interrogación) en un artículo publicado en 2007 por el químico de la atmósfera Paul Crutzen y dos colegas suyos  [5] para designar una nueva época geológica, en la que el hombre pasó a ser una fuerza geofísica pues sus actividades transforman la biosfera. La tasa de CO2 en la atmósfera sirve como indicador. El antropoceno no se refiere a un ser ontológico transhistórico, sino a una era geológica  [6] , que habría sucedido a la era del holoceno (cuya duración se prolongó durante 10 millones de años). Según la teorización de Crutzen, el comienzo de la transición del holoceno al antropoceno se remonta a los años 1830-1850 en Gran Bretaña, con el aumento de las emisiones en la atmósfera de gases de efecto invernadero provocados por la revolución industrial. Si bien el cambio climático provocado por estas emisiones es lo que ha merecido más atención, el antropoceno conlleva otros procesos igualmente graves, algunos con impacto directo en el cambio climático, que afectando el estado del planeta y especialmente la reproducción social de ciertas comunidades: la deforestación, la artificializacion y empobrecimiento progresivo de los suelos a consecuencia del uso masivo de abonos y pesticidas, las diversas formas de explotación minera, las deforestaciones, la polución extrema de los océanos y la destrucción de la vida marina, conducentes al proceso de extinción masiva de especies terrestres y marítimas.

El concepto de antropoceno no es unánime entre los científicos. En 2008 se creó una comisión internacional que todavía no produjo un veredicto. Sin embargo, la utilización de la palabra se generalizó y, habiendo entrado al lenguaje común, provocó la reacción de investigadores de las ciencias sociales que iniciaron trabajos orientadas a poner en evidencia quede lo que se trata no es de la acción de «el hombre en general», sino de las consecuencias de la producción capitalista. El primero que a al «antropoceno» opuso el término capitaloceno fue el antropólogo norteamericano Jason W. Moore en el 2014. [7] Fue seguido por el historiador económico sueco Andreas Malm, cuyas investigaciones se han referido a las opciones energéticas de los industriales del capitalismo inglés y el rol de la energía fósil en la consolidación del imperialismo británico (Malm, 2017). Por último, el filósofo brasileño Daniel Cunhas realizó una investigación crítica sobre el concepto de antropoceno y el marco establecido por J. W. Moore y A. Malm y, gracias al historiador de la cuestión ecológica Armel Campagne contamos con una muy clara presentación de los puntos de acuerdo y divergencia entre los tres autores. (Campagne, 2017)

Pero antes de seguir las pistas abiertas por estos autores, corresponde exponer algunos elementos conceptuales que permitirán asentar estas nociones sobre la base teórica que formulara Marx, estableciendo que, bajo el capitalismo, hombres y mujeres están encerrados en el molde de formas de producir y de consumir propias de un sistema cuya característica es la búsqueda infinita e ilimitada de la ganancia.  

Creación de plusvalor y relacionamiento con la naturaleza como algo «puramente útil»

No se trata de demostrar, como pretende por ejemplo John Bellamy Foster [8] que Marx era un ecologista antes de tiempo (Marx no previó, ni pudo haber previsto, el calentamiento climático), sino de comprender los procesos que hacen del trabajo abstracto, del valor de cambio y de la creación de plusvalor (plusvalía) claves determinantes de la relación del capital con sus condiciones externas.

La observación metodológica más general de Marx en lo que hace a la relación de los hombres con la naturaleza está en Trabajo asalariado y capital , conferencia pronunciada en 1847 y publicada dos años después, un texto poco leído actualmente pero que sigue siendo muy útil:

Para producir los hombres contraen determinados vínculos y relaciones, y a través de estos vínculos y relaciones sociales, y sólo a través de ellos, es cómo se relacionan con la naturaleza y cómo se efectúa la producción» (Marx, 2010: 112).

En un importante texto de 1992 [9] , Daniel Bensaïd cita largos párrafos de los Manuscritos de 1857-58[publicados con el título de Elementos fundamentales para la crítica de la economía política (borrador) 1857-1858 NdT]en donde Marx pone la relación del capital con la naturaleza en correspondencia con la búsqueda de plusvalor y el hecho de que «la tendencia a crear el mercado mundial está dada directamente en la idea misma del capital» (célebre frase que casi todos, yo incluido, hemos citamos omitiendo todo lo que venía después, restándole profundidad):

La creación de plusvalía absoluta por el capital -de más trabajo objetivado-tiene como condición la de que se amplíe la esfera de la circulación, y precisamente que se amplíe de manera constante. La plusvalía creada en un punto demanda la creación de plusvalía en otro punto, por la cual la primera se intercambia (…). Por consiguiente, una condición de la producción fundada en el capital es la producción de una esfera de la circulación constantemente ampliada , ya porque esa esfera se amplíe directamente, ya porque en su interior se creen más puntos como puntos de producción .[…]La tendencia a crear el mercado mundial está dada directamente en la idea misma del capital. Todo límite se le presenta como una barrera a salvar. Por de pronto someterá todo momento de la producción misma al intercambio y abolirá la producción de valores de uso directos, que no entran en el intercambio; es decir, pondrá la producción basada sobre el capital en lugar de los modos de producción anteriores, más primitivos desde el punto de vista del capital. […] Así como la producción fundada sobre el capital crea por una parte la industria universal -es decir, plustrabajo, trabajo creador de valor-, por otra crea un sistema de explotación general de las propiedades naturales y humanas, un sistema de la utilidad general: como soporte de ese sistema se presentan tanto la ciencia como todas las propiedades físicas y espirituales, mientras que fuera de esa esfera de la producción y el intercambio sociales nada se presenta como superior-en-sí, como justificado-para-sí-mismo. El capital crea así la sociedad burguesa y la apropiación universal tanto de la naturaleza como de la relación social misma por los miembros de la sociedad (…) Por primera vez la naturaleza se convierte puramente en objeto para el hombre, en cosa puramente útil; cesa de reconocérsele como un poder para sí; incluso el reconocimiento teórico de sus leyes autónomas aparece sólo como artimaña para someterla a las necesidades humanas, sea como objeto del consumo, sea como medio de la producción. El capital, conforme a esta tendencia suya, pasa también por encima de las barreras y prejuicios nacionales, así como sobre la divinización de la naturaleza; liquida la satisfacción tradicional, encerrada dentro de determinados límites y pagada de sí misma, de las necesidades existentes y la reproducción del viejo modo de vida. Opera destructivamente contra todo esto, es constantemente revolucionario, derriban todas las barreras que obstaculizan el desarrollo de las fuerzas productivas, la ampliación de las necesidades, la diversidad de la producción y la explotación de intercambio de las fuerzas naturales y espirituales. (Marx, 1971, I: 359-362)

En esos mismos manuscritos Marx escribe que el capital «como representante de la forma universal de la riqueza -el dinero-constituye el impulso desenfrenado y desmesurado de pasar por encima de sus propias barreras. Para él, cada límite es y debe ser una barrera. En caso contrario dejaría de ser capital, dinero que se produce a sí mismo» (1971, I: 276)

Esta formulación, que se retoma en el capítulo 4 del libro I de El capital, indica que la relación del capital con la naturaleza, y el desarrollo de la ciencia y la tecnología que es consustancial a dicha relación, están comandadas por la valorización ilimitada de dinero devenido capital, en un movimiento marcado por la reducción de trabajo concreto a trabajo abstracto, la producción y venta de mercancías, y una demanda necesariamente ilimitada de materias primas. Descartes teorizó (paralelamente lo hizo Sir Francis Bacon, en Inglaterra) sobre el lugar que correspondía a los conocimientos científicos en la relación del capitalismo con la naturaleza. La tesis de los seres humanos «como dueños y poseedores dela naturaleza» (Descartes, 2011: 142) del Discurso del Método está referida a una naturaleza creada por Dios (Descartes fue muy prudente con la Inquisición, aún después de instalarse en Ámsterdam), pero dotada de propiedades útiles que exigían ser explotadas con el desarrollo de los conocimientos científicos y las invenciones tecnológicas. Por entonces, la teorización de Descartes era la de una burguesía en guerra contra el oscurantismo. Actualmente, la burguesía se enfrenta con una cuestión de vida o muerte a la que parte de los científicos propone responder…recurriendo a diversas formas de geo-ingeniería (por ejemplo, colocar en el espacio gigantescos espejos para desviar los rayos solares). Las posiciones ecológicas de Marx, a las que nos referiremos más adelante, están lejos de estas concepciones de «dueños y poseedores de la naturaleza».  

Maximización de la explotación de fuerza de trabajo, extracción ilimitada de recursos naturales

El carácter del capital como «valor en movimiento» , orientado constantemente hacia su auto reproducción como » autómata » está sostenido en dos pilares. El primero, es la muy peculiar alquimia que nace del reencuentro del dinero devenido capital con el trabajo vivo. El marco contemporáneo de capital mundializado, permite poner en competencia directa a los trabajadores de país a país y de continente a continente y, gracias a la libre instalación de empresas, deslocalizaciones y liberalización de intercambios, la constitución de un ejército industrial de reserva mundializado. Lo que permite que el capital se apropie de las cualidades de inteligencia y energía a escala planetaria, y al mejor costo. El segundo, es el uso constante e ilimitado de las reservas de materias primas, recursos del suelo y subsuelo, para luego emitir gases con efecto invernadero, a pesar delos daños cada vez más graves que estas emisiones ocasionan a la biosfera y los ecosistemas vulnerables al calentamiento climático. La primacía del valor de cambio por encima del valor de uso hace que, para el capital, es absolutamente indiferente que las mercancías producidas sean realmente «cosas útiles» o que simplemente tengan la apariencia de serlo. Su única «utilidad» es, para el capital, permitir que el proceso de valorización continúe indefinidamente. Para eso están los gastos de publicidad, persuadiendo a quienes tienen poder de compra real (o ficticio: porque los pequeños créditos al consumo son también una «respuesta» al achicamiento de los salarios) que las mercancías ofrecidas son «útiles». Este segundo pilar fue (y sigue siendo) poco estudiado por los marxistas, salvo los especialistas teóricos del eco-socialismo. Sin embargo, en el capítulo 1 del libro I de El capital está dicho que:

«En su producción el hombre sólo puede proceder como la naturaleza misma, vale decir, cambiando, simplemente, la forma de los materiales . Y es más: incluso en ese trabajo de transformación se ve constantemente apoyado por fuerzas naturales. El trabajo, por tanto, no es la fuente única de los valores de uso que produce , de la riqueza material . El trabajo es el padre de esta como dice William Petty, y la tierra, su madre». (Marx, 2002, I/1: 53)

Afirmar que se debe tomar en cuenta el rol clave de «la naturaleza» no tiene solamente importancia teórica. Con esto comienza Marx su crítica al primer programa del Partido Social-Demócrata Alemán, llamado Programa de Gotha :

El trabajo no es la fuente de toda riqueza. La naturaleza es la fuente de los valores de uso (¡que son los que verdaderamente integran la riqueza material!), ni más ni menos que el trabajo, que no es más que la manifestación de una fuerza natural, la fuerza de trabajo del hombre. (Marx, 1971: 12)

El carácter del capital como «valor en movimiento» orientado hacia la auto reproducción infinita, así como también la competencia -entre oligopolios y entre Estados-a través de la cual se manifiesta, implica que ninguna prueba científica sobre el desarreglo climático y sus causas podrá detenerlo, y que ese movimiento se continuará con pleno conocimiento de sus consecuencias.

La autoexpansión obligada de cada empresa que quiera seguir en carrera (…) crea un «sistema de bola de nieve industrial» relativamente incontrolado en el que cada inversión industrial es resultado de la imposición generalizada de valorización, que de conjunto constituye una fuerza geológica ciega. (Compagne, 2017: 42)

Sin embargo, concluye el autor que acabamos de citar, «una historia del Capitaloceno con el ‘Capital’ como sujeto-autómata debe ser rechazada» (Campagne, 2017: 72). Pues los grandes grupos financieros y los Estados siguen recurriendo con plena conciencia a modos de producción y de consumo cuyas consecuencias ecológicas son conocidas. La » waste economy » (sistema económico basado en el despilfarro) es resultado de la extraordinaria presión ejercida sobre los consumidores por la publicidad y la incitación a endeudarse (con la multiplicación de las oficinas de crédito al consumo que son eco también de necesidades socialmente necesarias que no pueden satisfacerse a causa del achicamiento de los ingresos).  

El capitaloceno data de la época inicial del capital mercantil, la trata de esclavos y economía de plantación

Veamos ahora el uso que hace Jason W. Mooredel término capitaloceno (el de Malm requeriría otras consideraciones, tal vez en un próximo artículo).Como ya se dijo, la postura dominante entre quienes sostienen la idea de que un giro cualitativo en las relaciones del hombre con la naturaleza condujo a una nueva era geológica, data este viraje en los años 1830-1850, el momento de pleno surgimiento e inicio de internacionalización de la revolución industrial. A diferencia de ellos, Moore sostiene que el giro fue muy anterior, y lo retrotrae al momento del establecimiento de la economía de plantación y una relación de explotación de los recursos naturales paralela al uso masivo de mano de obra esclava. Por eso Moore dice que el antropoceno debe ser llamado capitaloceno y puede «ser datado simbólicamente en 1492. Las emisiones de CO2 se intensificaron a partir del siglo XIX, pero el modo capitalista de tratar a la naturaleza es muy anterior»  [10] . El capitaloceno sería

(…) una manera de organizar la naturaleza haciendo, simultáneamente, de la naturaleza algo externo al hombre y también algo » cheap » [barato] en el doble sentido que puede tener la palabra » cheap » en inglés, algo que es barato, pero también derivado del verbo » cheapen » que significa rebajar, despreciar, degradar. [11]

La naturaleza reducida a necesario complemento del trabajo barato y siempre menospreciado y despreciado de los que (hombres y mujeres)entregan su fuerza de trabajo. La ruptura del metabolismo entre el hombre y la naturaleza, a la que Marx dio mucha importancia, que ha sido estudiado por John Bellamy Foster y sobre la cual nos detendremos en la segunda parte de este artículo, no dataría del siglo XIX, sino del momento en que nace la economía de plantación.

La referencia de Moore a la fecha de la conquista de México, y lo que dice sobre la relación existente, en el marco de la economía de plantación, entre la manera de tratar a la naturaleza y a la mano de obra esclava, lo convierte en uno de los pocos autores situados en la tradición marxista que se interesa «en las relaciones que Europa occidental pudo establecer con los otros continentes, pueblos y civilizaciones en provecho de su expansión comercial y colonial en el curso de los tiempos modernos» como dice Bihr, [12] agregando que la mayoría, incluyendo «al mismo Marx, en cierta medida (…) la cuestión de la génesis del capitalismo (de las relaciones capitalistas de producción) les preocupó sólo un poco». Veamos, sin embargo, en esta cuestión que habría sido un tanto soslayada, lo que Marx dice sobre la esclavitud. Tenemos, en la polémica contra Proudhon, ya en 1847, lo siguiente:

Lo mismo que las máquinas, el crédito, etc., la esclavitud directa es la base de la industria burguesa. Sin esclavitud no habría algodón, sin algodón no habría industria moderna. La esclavitud ha dado su valor a las colonias, las colonias han creado el comercio universal, el comercio universal es la condición necesaria de la gran industria. Por lo tanto, la esclavitud es una categoría económica de la más alta importancia.

Sin esclavitud, América del Norte, el país de más rápido progreso, se transformaría en un país patriarcal. Borren Norteamérica del mapa del mundo y tendrán la anarquía, la decadencia completa del comercio y de la civilización moderna. Supriman la esclavitud y habrán borrado Norteamérica del mapa de los pueblos. (Marx, 1987:88)

En este texto no se menciona la trata, el comercio de esclavos como tal. Pero el tema es abordado sintéticamente en un fragmento muy citado del libro I referido a la acumulación primitiva:

El descubrimiento de las comarcas auríferas y argentíferas en América, el exterminio, esclavización y soterramiento en las minas de la población aborigen, la conquista y saqueo de las Indias orientales, la transformación de África en un coto reservado para la caza comercial de pieles-negras, caracterizan los albores de la era de producción capitalista. Estos procesos idílicos constituyen factores fundamentales de la acumulación originaria. (Marx, 2012, I/3: 939)

Hay también otro capítulo de El capital donde se trata de la esclavitud, especialmente un fragmento referido a situaciones en las que los capitalistas no necesitan preocuparse por la reproducción de la fuerza de trabajo y que Marx considera algo semejantes las de la esclavitud. Comienza por citar extensamente a su principal fuente, The Slaver Power de John Elliot Caimes  [13]

(..) aunque los arrozales de Georgia y los pantanos del Mississippi tengan efectos fatales en la constitución humana, esa destrucción de vida humana no es tan grande que no la puedan compensar los rebosantes rediles de esclavos de Virginia y Kentucky. Las consideraciones económicas que podrían ofrecer una especie de garantía de un trato humano del esclavo, se convierten, por el contrario, una vez implantado el comercio de esclavos, en motivos de una destrucción radical del esclavo; pues una vez asegurado, por suministros de otros rebaños de negros, que su lugar será cubierto, la duración de la vida del esclavo resulta menos importante que su productividad mientras dure. Por eso en las tierras que importan esclavos es una máxima de esta economía esclavista que la economía más eficaz consiste en arrancar de ese ganado humano la mayor cantidad de rendimiento posible en el tiempo más breve posible. Precisamente en los cultivos tropicales, en los que los beneficios anuales son frecuentemente iguales al capital total de las plantaciones, se sacrifica del modo más implacable la vida de los negros. La agricultura de las Indias Occidentales es desde hace siglos cuna de una riqueza fabulosa que se ha tragado la vida de millones de hombres de raza africana. Hoy es en Cuba, cuyas rentas suben millones y cuyos plantadores son príncipes, donde, además de la alimentación más grosera de la clase esclava y las vejaciones más agotadoras y constantes, vemos destruir directamente cada año una gran parte mediante la tortura lenta del exceso de trabajo excesivo y la falta de sueño y de descanso.

Tras lo cual el mismo Marx concluye:

«Mutato nomine de te fábula narratur. Léase en vez de tráfico de esclavos mercado de trabajo, en vez de Kentucky y Virginia Irlanda y los distritos agrícolas de Inglaterra, Escocia y Gales; en vez de África, Alemania. Ya hemos visto que el exceso de trabajo clarea las filas de los panaderos de Londres, y, sin embargo, el mercado de trabajo londinense está siempre lleno hasta rebozar de candidatos a la muerte, alemanes y otros, por medio de la panificación». (Marx, 1976: 288)  

Son interesantes las reflexiones de Elliot Caims sobre ventajas e inconvenientes de la economía de plantación y el trabajo esclavo: la única ventaja es que el bajo precio de compra de los esclavos y el bajo el costo de vigilancia del trabajo permite la producción de monocultivo en gran escala y apropiación de todo lo recolectado. Los inconvenientes son que se trata de trabajo suministrado de muy mala gana, que exige estrecha vigilancia y es completamente no-calificado y por lo tanto no tiene la menor flexibilidad: un esclavo que trabajó en los campos de tabaco no puede ser transferido sin costo a los campos de algodón, y también que la economía de plantación exige espacios muy grandes. Una concentración de la propiedad del suelo tal que, hasta hoy, sigue siendo una plaga social y ecológica en las Américas.  

El rodaje de la economía esclavista y el comercio triangular antes de 1482

A la espera de leer el nuevo libro de Alain Bihr – La premiereage du capitalisme 1415-1763. Tome 1: L’expansion européenne – cuyo índice anuncia que el tema será abordado, presentaré lo que pude conocer sobre el comercio triangular del primer período del capital mercantil. Gracias a las investigaciones de los últimos años, ahora se sabe mejor que el sistema de producción e intercambio de productos básicos y valorización del capital con trabajo esclavo, comenzó siendo africano antes de devenir atlántico.  [14] Fueron los comerciantes árabes quienes mostraron a los portugueses y españoles el provecho que podrían sacar del trabajo esclavo. Habían comenzado en la primera mitad del siglo XV a proveerse de esclavos blancos provenientes del Cáucaso en los mercados del Norte de África, especialmente El Cairo, para hacerlos trabajar en las plantaciones de azúcar de las islas de Madeira y Canarias. La caída de Constantinopla en 1453 puso fin a los suministros de origen eslavo. Conducidos por el príncipe Enrique El Navegador, los marineros portugueses paliaron la dificultad haciendo razias y vendiendo esclavos a medida que avanzaban en a lo largo de las costas africanas. Cabo Verde fue el primer centro. El trabajo esclavo se generalizó durante un tiempo en Portugal mismo. Los principales mercados se encontraban en Lagos y en Lisboa. Los historiadores estiman 150.000 africanos llegaron a través del puerto de Lisboa en el medio siglo que precedió al primer viaje de Colon. Los negros llegaron a representar más de la décima parte de la población de Lisboa.

En el Golfo de Guinea, desde 1471, establecieron en la pequeña isla tropical de Santo Tomé una segunda colonia para la producción azucarera, con esclavos comprados en el continente en el reino del Congo. Santo Tomé fue también un mercado de esclavos. Allí esclavos capturados en el Congo eran vendidos a otros jefes africanos en Costa de Oro (actual Ghana) para la explotación de las minas de oro de El Mina. Luego vino la conquista de México, y después de los países andinos. Desde que los españoles se hicieron una idea de la inmensidad de las riquezas de las civilizaciones que sometían a su dominio, comenzaron a aprovisionarse de esclavos con los portugueses para hacerlos trabajar en plantaciones de café, cacao y tabaco. Los esclavos africanos comenzaron a ser desembarcados en México desde Luanda a partir de 1502, o sea apenas diez años después de la llegada de Cristóbal Colón. Los españoles también se lanzaron a la explotación de las minas de oro y plata de México y Perú, sobre todo en Potosí. Primero recurrieron al trabajo forzado de los indios de las tierras altas y luego a la esclavitud  [15] . Los portugueses por su parte, desde 1516, o sea quince años después de la expedición de Pedro Cabral al Brasil, comenzaron a importar el sistema de plantaciones azucareras que habían desarrollado con éxito en Madera y luego en Santo Tomé. [16]

 

Segunda parte. El monocultivo en la agricultura y la cría: impasse productivo y grandes impactos climáticos  

La segunda parte de esta contribución sobre capitalismo y cambio climático está referida al monocultivo, modelo de producción agrícola predominante a nivel mundial. Es un terreno en donde el impacto climático está relacionado con factores fáciles de identificar, lo que no ocurre cuando se tratan otras dimensiones de la relación capital-clima. Los países de América Latina y del Sudeste Asiático en los que predomina el monocultivo sufren en distinto grado de intensidad la dominación económica y política de los países centrales, factores en continuidad con la economía de plantación. Las tasas muy altas de emisión de CO2, así como las condiciones de existencia de los campesinos y trabajadores rurales que generan la expulsión masiva de la población hacia los suburbios carenciados de las grandes ciudades son resultado de la muy alta concentración de la propiedad del suelo y de la explotación desenfrenada de los trabajadores. Los intereses de los grandes propietarios lanzados al monocultivo coinciden en todos los puntos con los de los muy poderosos grupos industriales o dominancia industrial muy fuerte situados tanto antes (agroquímica) como después (agronegocio) de las actividades de cultivo del suelo y la cría. La economía de monocultivo (su business model ) está signado por una fuga hacia adelante que asume la forma de rendimientos decrecientes y de respuestas a esas caídas con eficacia limitada y pasajera. Pese a existir una agricultura alternativa que ha probado ser viable.  

«Transformar petróleo en alimento»

El impacto climático de las actividades del cultivo de la tierra y la cría está registrado por la comisión especializada del GIEC bajo la sigla AFOLU ( Agriculture, forestry and otherland use : agricultura, bosques y otros usos de la tierra) [17] . Sumadas las emisiones directas e indirectas de la agricultura, la cría, la explotación forestal, la deforestación/reforestación, la parte correspondiente al AFOLU llega al 25%, es decir, la segunda en importancia.

[Contribución por sectores a la emisión mundial de gas con efecto invernadero. infograma GIEC, 3er. grupo de trabajo, 2014]

 

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– UTFC: utilización y mantenimiento de tierras y bosques.

 

– AFOLU: incluye la agricultura, la cría, la explotación forestal, la deforestación/reforestación. La contribución de la cría al AFOLU es difícil de calcular pues no está discriminada. Puede leerse sin embargo que las emisiones directas de la cría (gases estomacales y tratamiento del guano) serían el 50% de las emisiones agrícolas.  

– Industria: industria pesada (metalúrgica, siderurgia, petroquímica…) de industria manufacturera.  

– Transportes: aéreo, marítimo y terrestre (por ruta por rieles).  

– Construcción: incluye construcción, mantenimiento y calefacción de edificios.  

– Energía excluyendo calefacción y electricidad: este sector incluye las emisiones relacionada con la extracción de combustibles fósiles (como la fuga de metano por la quema deliberadamente hado en los pozos de petróleo), la refinería de petróleo, la producción de carbón u otros combustibles sólidos (biomasa).  

La primera razón del importante porcentaje correspondiente a las actividades incluidas en el AFOLU se debe a que las grandes explotaciones de monocultivo con fuertes insumos mecánicos y sobretodo químicos se dedican, retomando la imaginativa expresión de un estudio de la CNUCED, a «utilizar espacios para transformar petróleo en alimentos» (Hoffmann, 2013: 7). Limitándonos a los últimos años, se ha visto un vertiginoso proceso de fusiones y adquisiciones en la industria agroquímica. Monsanto, Syngenta, DuPont, Dow, Bayer, Basf en su conjunto controlan el 100% del mercado de semillas transgénicas y, a consecuencia de las fusiones en curso, quedará en manos de sólo tres empresas.

Sin embargo, como lo muestra el mismo estudio de la CNUCED, existe una «agricultura para la sustentabilidad» y prácticas alternativas que ya son utilizadas por pequeños emprendedores agrícolas progresistas, que permitirían mitigar los impactos climáticos y cambiar desastrosas situaciones ambientales y sociales. Pero su desarrollo exige verdaderas reformas agrarias y medios financieros que posibiliten que los campesinos sean ayudados por equipos de agrónomos, e inversiones colectivas. Pero estas medidas chocan con los muy fuertes intereses de las sociedades que dominan el mercado de semillas e insumos y pretenden mantener los métodos de producción que colocan a los agricultores bajo su dependencia. (Hoffmann, 2013: 8).

Otra gran causa de la importancia que las actividades incluidas en la rúbrica AFOLU tienen en la emisión de gas con efecto invernadero, es la deforestación en muy de gran escala en países importantes de América del Sur y el Sudeste Asiático, indisociable del monocultivo a muy gran escala para responder sobre todo a la fortísima demanda de la industria de biocarburantes y la cadena de la carne vacuna.  

Marx: la ruptura del metabolismo hombre-naturaleza y su restablecimiento como horizonte

Pasemos ahora al enfoque «metabólico» de Marx, teorizado sobre todo por John Bellamy Foster  [18] , que hace de Marx una especie de «ecologista antes de tiempo» [19] . Marx utilizó la palabra metabolismo para referirse al proceso de trabajo como un proceso de intercambio orgánico entre el hombre y la naturaleza:

(…) el trabajo es, en primer lugar, un proceso entre el hombre y la naturaleza, un proceso en que el hombre media, regula y controla su metabolismo con la naturaleza. El hombre se enfrenta a la materia natural misma como un poder natural. Pone en movimiento las fuerzas naturales que pertenecen a su corporeidad, brazos y sus piernas, cabeza y manos, a fin de apoderarse de los materiales de la naturaleza bajo una forma útil para su propia vida. Al operar por medio de ese movimiento sobre la naturaleza exterior a él y transformarla, transforma a la vez su propia naturaleza. Desarrolla las potencias que dormitaban en ella y sujeta a su señorío el juego de fuerzas de la misma. (Marx, 2013, I/1: 215)

Y más adelante:

El proceso de trabajo , tal como los hemos presentado en sus elementos simples y abstractos , es una actividad orientada a un fin, el de la producción de valores de uso, apropiación de lo natural para las necesidades humanas, condición general del metabolismo entre el hombre y la naturaleza, eterna condición natural de la vida humana y por tanto independiente de toda forma de esa vida, y común por el contrario a todas sus formas de sociedad. No entendimos necesario por ello, presentar al trabajador en la relación con los demás trabajadores. Bastaba con exponer al hombre y su trabajo de una parte; a la naturaleza y sus materiales de la otra. (Marx, 2013, I/1: 223)

Este nivel de generalidad debe ser abandonado cuando se debe considerar

bajo qué condiciones transcurre, si bajo el látigo brutal del capataz de esclavos o bajo la mirada ansiosa del capitalista, si lo ha ejecutado Cincinato cultivando su par de iugera o el salvaje que voltea una bestia de una pedrada. (Marx, 2013, I/1: 223)

El análisis se centra entonces en las consecuencias de la penetración del capitalismo en la agricultura. Ahora se cita con frecuencia la conclusión del capítulo 13 del libro I que permaneció durante mucho tiempo casi ignorada, y dice:

La producción capitalista, por consiguiente, no desarrolla la técnica y la combinación del proceso social de producción sino socavando, al mismo tiempo, los dos manantiales de toda riqueza: la tierra y el trabajador . (Marx, 2013, I/2: 612-3).

Esta conclusión está basada en datos que reunió Marx sobre Inglaterra y los Estados Unidos, cuando la mecanización agrícola apenas había comenzado y la utilización de fertilizantes se reducía al empleo de guano  [20] , y también en la lectura del químico alemán Justus Liebig, citado con frecuencia [21] , quien denunciaba que la pérdida de fertilidad era consecuencia de la degradación de los suelos y la deforestación, para satisfacer la insaciable demanda de mayores rindes. Por eso Marx escribe que:

En los condados de Cambridge y Suffolk, a modo de ejemplo, el área cultivada se ha ampliado muy considerablemente en los últimos 20 años, mientras que la población rural, en el mismo período, no sólo decreció relativamente , sino en términos absolutos . En los Estados Unidos de Norteamérica las máquinas agrícolas, por el momento, sólo sustituyen virtualmente a los obreros, es decir, permiten que el productor cultive una superficie mayor, pero sin desalojar efectivamente los obreros ocupados. En Inglaterra y Gales, en 1861, el número de personas que participaba en la fabricación de máquinas agrícolas ascendía a 1034, mientras que el de obreros agrícolas ocupados en el uso de la máquina de vapor y de trabajo era apenas de 1205. […] Los métodos de explotación más rutinarios e irracionales se ven reemplazado por la aplicación consciente y tecnológica de la ciencia. El modo de producción capitalista consuma el desgarramiento del lazo familiar originario entre la agricultura y la manufactura, el cual envolvía la figura infantilmente rudimentaria de ambas, pero, al propio tiempo, crea los supuestos materiales de una síntesis nueva, superior, esto es, de la unión entre la agricultura la industria sobre la base de sus figuras desarrolladas de manera antitética. Con la preponderancia incesantemente creciente de la población urbana, acumulada en grandes centros por la producción capitalista, ésta por una parte acumula la fuerza motriz histórica de la sociedad, y por otra perturba el metabolismo entre el hombre y la tierra, esto es, el retorno al suelo de aquellos elementos constitutivos del mismo que han sido consumido por el hombre bajo la forma de alimentos y vestimenta, retorno que es condición natural externa de la fertilidad permanente del suelo (…). Pero a la vez, mediante la destrucción de las circunstancias de ese metabolismo, circunstancias surgidas de manera puramente natural, la producción capitalista obliga a reconstituirlos sistemáticamente como ley reguladora de la producción social y bajo una forma adecuada al desarrollo pleno del hombre. En la agricultura, como en la manufactura, la transformación capitalista del proceso de producción aparece a la vez como martirologio de los productores; el medio de trabajo, como medio de sojuzgamiento, de explotación y de empobrecimiento del obrero […]. Al igual que la industria urbana, la fuerza productiva acrecentada y la mayor movilización del trabajo en la agricultura moderna, se obtienen devastando y esquilmando la fuerza de trabajo misma. Y todo progreso de la agricultura capitalista no es sólo un progreso en el arte de esquilmar al obrero , sino a la vez en el arte de esquilmar al suelo ; todo avance en el acrecentamiento de la fertilidad de este durante un lapso prolongado, un avance en el agotamiento de las fuentes duraderas de esa fertilidad. Este proceso de destrucción es tanto más rápido, cuanto más tome un país -es el caso de los Estados Unidos de Norteamérica, por ejemplo -a la gran industria como punto de partida y fundamento de su desarrollo. (Marx, I/2: 611-612)

Y al terminar los capítulos sobre la renta de la tierra del libro III de El capital , Marx retoma el tema:

La propiedad del suelo en gran escala socava la fuerza de trabajo en la última región en que se asila su energía natural, y donde se almacena como fondo de reserva para la renovación de la energía vital de las naciones: en el propio campo. La gran industria y la agricultura industrialmente explotada operan en forma conjunta. Si en un principio se distinguen por el hecho de que la primera devasta y arruina más la fuerza de trabajo, y por ende la fuerza natural del hombre, mientras que la segunda depreda en forma más directa la fuerza natural del suelo, en el curso ulterior de os sucesos ambas se estrechan la mano, puesto que el sistema industrial rural también extenúa a los obreros, mientras que la industria y el comercio, por su parte, procuran a la agricultura los medios para agotar los suelos. (Marx, 2013, III/8: 1034)  

La posible configuración de los «productores asociados» en la agricultura

El metabolismo roto no puede restablecerse dando alguna marcha atrás. En El capital (capítulo 23 del libro I) Marx es muy claro: el régimen de pequeños productores independientes, que trabajan por su cuenta,

(…) supone el parcelamiento del suelo y de los demás medios de producción. Excluye la concentración de éstos y también la cooperación, la división del trabajo dentro de los mismos procesos de producción, el control y la regulación sociales de la naturaleza, el desarrollo libre de las fuerzas productivas sociales. Sólo es compatible con límites estrechos, espontáneos, naturales, de la producción y la sociedad. Querer eternizarlos significaría, como dice con razón Picqueur, «decretar la mediocridad general» ( Marx, 2013, I/3: 952)

El capitalismo aseguró a su manera «el control y la regulación sociales de la naturaleza». Y perpetua, por medio de medios tecnológicos incesantemente renovados, el agotamiento de la tierra y los trabajadores, e incluso lo agravó muchísimo, como acabamos de ver. Las configuraciones que pueden tener contenido emancipatorio requieren de «la expropiación de los expropiadores» y sólo puede ser obra de los productores asociados, de «la cooperación de trabajadores libres y su propiedad colectiva sobre la tierra y sobre los medios de producción producidos por el trabajo mismo «.(Marx, 2013, I/3: 954).  

Las condiciones tecnológicas en sentido general (investigación, formación, medios técnicos) para restablecer el metabolismo entre los seres humanos liberados del capitalismo y «la naturaleza» existen. En el caso de Francia, las investigaciones agronómicas realizadas en los años 1970 por investigadores empeñados en combatir el modelo «productivista» cuando estaba en vías de convertirse en ultra dominante, establecieron, para citar sólo algunas prácticas, que hundiendo los granos en la tierra, el trabajo en la profundidad del suelo demoraba el crecimiento de hierbas indeseables. También que la rotación de cultivos, especialmente la siembra de leguminosas alternadamente con los cereales, reduce mucho la necesidad de utilizar abonos y tratamientos fitosanitarios, sin afectar la productividad. Por último, que las especies sembradas debían ser resultado de procesos de selección natural y genética, a lo que nos referiremos más adelante. Un gran agrónomo francés, René Dumont, que trabajó no sólo en Francia, sino también en el Sudeste asiático y África, ha esbozado lo que los «productores asociados» una vez ganada la batalla contra el capital podrían hacer (y no solamente en el terreno de la agricultura) para asegurar condiciones de reproducción social a todos y todas, a escala del planeta. Destaca los beneficios de «la austeridad de la nueva civilización» (liberada de las falsas necesidades creadas por la sociedad de consumo»). Cito un reciente artículo sobre la acción y el pensamiento de Dumont:

La austeridad de esta nueva civilización se traduciría en primer lugar por medidas comúnmente propuestas por los ecologistas desde el comienzo de los años 70. Se pondría en marcha un reciclaje generalizado, así como la utilización sistemática de energías renovables y, más en general, de tecnologías intermedias. Además, las prácticas culturales se orientarían hacia la valorización de los desechos, privilegiarían la producción de cereales en detrimento de la carne, que Dumont considera un lujo dispensable. Por último, la producción de bienes de consumo sería orientada a la satisfacción de las necesidades esenciales, lo que implicaría una menor diversidad de productos puestos en venta. A nivel político, una de las características de esta sociedad socialista sería la lucha contra las jerarquías y desigualdades sociales, considerando que la austeridad generalizada no sería aceptable por todos si no fuera así. […] Pensada y practicada desde la base, esta austeridad debería ir acompañada también a escala mundial por una administración, tal vez relacionada con la ONU, encargada de la gestión de recursos raros y no renovables, e incluso de la puesta en marcha de políticas de lucha contra la explosión demográfica, pues Dumont sigue persuadido de que tal es el mayor peligro que amenaza a la humanidad. Semejante proposición muestra hasta qué punto sigue ligado a la idea de planificación, que debería ser discutida democráticamente y a múltiples escalas geográficas, desde las cooperativas (o federación de empresas) hasta llegar a nivel nacional, o incluso mundial. Sin embargo, el necesario cuestionamiento del pillaje al Tercer Mundo pasaría por la reducción de los intercambios comerciales a escala global, volviendo en la medida de lo posible a producciones locales. (Vrignon, 2016).  

Impasse productivo y respuestas que agravan los problemas: la producción de cereales en Francia

En los años 1970 el monocultivo de la superficie agrícola ganó la batalla tanto en Europa como en los grandes países llamados «emergentes». Tiene impactos ecológicos directos muy importantes y el empleo masivo de insumos químicos provoca graves problemas de salud pública. El ciclo de reproducción-extensión del capital adoptado por el monocultivo ofrece un claro ejemplo, basado en datos seguros y fácilmente accesibles, del modo en que la producción capitalista busca superar las barreras que encuentra recurriendo al uso más intenso de los mismos métodos que las generaron. Estamos ante un claro ejemplo de los bucles de retroalimentación positiva ( positiffeedbackloops )  [22] que son un rasgo característico de los mecanismos de calentamiento y cambio climático.

El bucle de retroacción positiva y el impasse al que lleva el monocultivo ha sido estudiado para el caso del monocultivo de cereales en Francia. Este modelo se desarrolló siguiendo las recomendaciones de una generación de agrónomo con la ayuda de un importante respaldo financiero publicó. Se basó en la concentración de tierras, el desmonte, la mecanización, el abandono de la rotación de los cultivos y la masiva utilización de insumos químicos. Los pesticidas están en el corazón mismo del modelo, en mayor grado incluso que los abonos, porque permiten el aumento directo de la producción y la disminución de la mano de obra.

Los estudios muestran que su uso desencadenó un bucle de retroacción «vicioso». El aumento de los rindes obtenido durante tres décadas, se amesetó en los años 2000. Las causas de esto fueron la disminución de la fertilidad del ecosistema, privado de la diversidad antes aportada por rotación de cultivos, y la aparición de plantas con resistencias cada vez mayores y más precoces a los pesticidas. ¡Pero el empleo de pesticidas en vez disminuir aumentó! Según un estudio de la Confederación Campesina, se pasó «del uso ocasional al uso permanente, de lo curativo a lo preventivo»  [23] . Las consecuencias ambientales y sanitarias del empleo generalizado de pesticidas «cuyo uso fue totalmente banalizado» fueron: destrucción de la biodiversidad, de la flora y de la fauna (incluyendo las abejas, con serias consecuencias en la polinización), contaminación de suelos y agua, mutación en los blancos de los pesticidas (insectos, hierbas dañinas…), enfermedades profesionales entre los agricultores y enfermedades crónicas en poblaciones vecinas. El plan Ecophyto lanzado en el 2008 debía conducir a la disminución en un 50% en el uso de pesticidas hacia 2018. Pero ocurrió lo contrario:% entre 2008 y 2016el volumen de las ventas aumentó más del 6%. [24]

El poder económico y político de las grandes firmas productoras de semillas y la dominación de la agronomía productivista condujeron a una gran uniformización en la variedad de granos. Entre 1930 y 1965, se pasó de 400 variedades de trigo a 65. La «revolución verde» tuvo consecuencias semejantes para el arroz. Actualmente, según la FAO, 75% de los alimentos del planeta provienen apenas de dos especias vegetales y cinco animales. La reglamentación nacional e internacional de inscripción en un cuaderno oficial de las especies autorizadas (en el caso de Francia es el GNIS (» Groupement National e Interprofessionel des Semences «) permitió, con la ayuda de la concentración, que tres grandes grupos (Monsanto, Dupont-Dow y Syngenta-ChemChina) posean más del 53% del mercado mundial de semillas. La reglamentación fue elaborada de tal manera que otorga una ventaja aplastante a la selección en laboratorio y al clonaje por sobre la selección hecha en el campo. Las semillas producidas son clones de las de mayor perfomance entre las producidas en laboratorio y los granos OGM (organismos genéticamente modificados) son la culminación de este proceso. En las variedades campesinas, por el contrario, cada grano es diferente, y esta «heterogeneidad» no les daba (hasta fecha muy reciente) derecho a la inscripción en el catálogo oficial  [25] , a pesar de que, a la inversa de los granos campesinos, cuya diversidad genética permite la adaptación natural al terreno y mayor resiliencia a las enfermedades, las semillas seleccionadas en laboratorio tienen necesidad de ser tratadas con abonos y pesticidas.

Así, los cereales cultivados con las semillas OGM de Monsanto exigen la fumigación con el glifosato comercializado por la misma Monsanto (aunque después de su fusión con Bayer, el nombre Monsanto fue ocultado, por iniciativa del PDG de Bayer, Werner Baumann, bajo el nombre Roundup ). Lo mismo ocurre con los otros gigantes de las semillas.

Al igual que los grandes agricultores organizados en la Federación Nacional de Sindicatos de Explotaciones Agrícolas (FNSEA) de Francia [26] , las grandes explotaciones que han pasado a ser totalmente dependientes de los grupos industriales de semillas y los productores de insumos químicos, defienden con uñas y dientes la utilización de glifosato, sean cuales fueren sus efectos en la salud pública. En relación a las plantas OGM, hay que mencionar los efectos del régimen de propiedad de las semillas tras la extensión a nivel mundial del patentamiento de lo vivo dispuesto por la Corte Suprema de los Estados Unidos  [27] . En el caso de los países del «Sur», hace caer un fuerte peso financiero sobre los agricultores pobres. Recuperar semillas de una cosecha para la otra es, para los campesinos, un medio de supervivencia. Cuando son presionados para comprar las semillas OGM, el patentamiento los obliga a comprar nuevas semillas para cada estación de siembra. Se prohíbe a los productores conservar semillas de las cosechas anteriores. Esto fue incorporado a en los hábitos de los productores de cereales de la Beauce, pero en la India donde Monsanto logró evadir la legislación hindú [28] y vendió a los campesinos su algodón genéticamente modificado ( Btcoton ) patentado, los pequeños productores quedaron expuestos a grandes dificultades financieras cuando las malas cosechas los obligaron a endeudarse a tasas usurarias  [29]  

La aplicación a la agricultura de las reglas comerciales de la OMC

El ya citado informe de la CNUCED, en base a una serie de trabajos de investigación considera que dada su dependencia energética (derivada de la mecanización y los insumos químicos) la superioridad de las grandes explotaciones sobre la agricultura pequeña se limita a la mayor productividad del trabajo. Si se calculan los rendimientos y la rentabilidad no producto por producto, sino tomadas de conjunto, la pequeña y mediana agricultura polivalente que combina cultivo y crianza puede producir por acre (0.4 ha)de 3 a 14 más que las grandes explotaciones de monocultivo industrial. (Hoffmann, 2013: 8). Este tipo de agricultura está orientado hacia el mercado nacional, o el mercado local. Pero al término de las negociaciones en la Ronda de Uruguay se impusieron los intereses de la agricultura orientada exclusivamente hacia la exportación. Para el capital pasó a ser absoluta y plenamente un sector de acumulación como cualquier otro y para los inversores financieros objeto de colocaciones. El ALENA (Acuerdo de Libre Cambio Norte Americano) sirvió como banco de ensayos, acabando en el caso de México de borrar los rastros de la reforma agraria de 1917 (Zapata) y 1924 (Cárdenas), arruinando a los campesinos y enviándolos con sus familias a servir como mano de obra superexplotada en las maquiladoras . [30]

En una nota dirigida al gran público, la OMC explica que la inclusión de la agricultura busca

estimular la inversión, la producción y el comercio en el sector agrícola: 1° haciendo más transparentes, más previsibles y más competitivas las condiciones de acceso a los mercados agrícolas, 2° al establecer un lazo entre los mercados agrícolas nacionales y el mercado internacional, o reforzándolo y en consecuencia, 3° al hacer en el fondo muchos más seguros los mecanismos de mercado para alocar los recursos limitados a los empleos más productivos, tanto en el sector agrícola como a nivel de la economía [31]

 

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Fuente: FAOSTAT

Este régimen comercial permitió un fuerte crecimiento de los cultivos relacionados con la producción de biocarburantes y alimentos para la cría intensiva de ganado (vacuno primer lugar). El cuadro muestra su fuerte crecimiento en término de ocupación de tierras ( Rape seed es el nombre inglés de la colza). Los beneficiarios son inmensas explotaciones privadas de los muy grandes grupos de elaboración y comercialización. [32] La soja y el maíz se producen para la exportación y llegan a los puertos del Sudeste de Asia y Europa. Con la excepción parcial del etanol, que en los Estados Unidos y de Brasil está en parte destinado al mercado interno, los cultivos de biocarburantes son para la exportación. La producción y el comercio internacional no hubieran podido alcanzar la amplitud que lograron desde finales de los años 1990 si no por la aplicación en la agricultura del régimen de liberalización comercial supervisado por la OMC y la mundialización del ejército industrial de reserva resultante del Tratado de Marrakech, que garantiza el muy bajo nivel de los salarios pagados en las grandes explotaciones.  

Deforestación a muy grande escala (1): los biocarburantes  

Pasamos ahora a la deforestación en muy grande escala. La GIEC calcula que debido a un conjunto de efectos directos e indirectos 17% de las emisiones de CO2 resultan de la deforestación y de los cambios en la ocupación de suelos: está en el tercer lugar como emisor luego de la energía y la industria. El efecto directo proviene del siguiente proceso: los bosques son reservorios de carbono (hay carbono en la biomasa viva y muerta, las materias orgánicas en descomposición y los suelos). Debido a su inmensa biomasa, los bosques tropicales llamados primarios húmedos ( rain forests ) absorben 50% de carbono más que las otras superficies arboladas. [33]

La destrucción de bosques termina con este proceso retención y almacenamiento, liberando al mismo tiempo el carbono estoqueado como gas con efecto invernadero, sobre todo en caso del desmonte por el fuego practicado especialmente para cultivar soja. La desaparición del bosque tropical húmedo y su reemplazo por praderas y cultivos disminuye lo que se conoce como la evapotranspiración (evaporación más transpiración de vegetales) que resulta de los procesos de fotosíntesis, respiración, transpiración, descomposición y combustión que mantiene la circulación natural del carbono entre el bosque y la atmósfera. De este modo, el funcionamiento dinámico de los ecosistemas boscosos permite reciclar el carbono y tiene un rol importante en el ciclo mundial del carbono: cuando el stock de carbono aumenta, el flujo neto de la atmósfera hacia el ecosistema boscoso es positivo y se habla entonces de pozo de carbono; en el otro sentido, se habla de fuente de carbono. Debido a la evapotranspiración el bosque refresca el aire y absorbe luz, a diferencia del suelo pelado que reenvía la energía del sol hacia la atmósfera. La temperatura media puede localmente aumentar más de 10 °C después de una deforestación en zona tropical. Este recalentamiento local modifica la presión atmosférica, que influye en el desplazamiento de las masas de aire y los núcleos de tormenta. Los ciclos pluviométricos se modifican provocando sequías e inundaciones anormales.

Comencemos por los biocarburantes. Son el bioetanol (para los vehículos nafteros) y el biodiesel (para los vehículos diésel). El bioetanol resulta de la fermentación de productos agrícolas alimenticios como la caña de azúcar, la remolacha o el maíz, que son producidos a escala industrial, pero en cantidades limitadas a causa de la competencia con el cultivo destinados a la alimentación. El biodiesel se produce a partir de aceites vegetales, sobre todo de colza y girasol en las regiones templadas, y de soja y palma en las regiones tropicales.

 

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Un estudio de la Comisión Europea (que autoriza el biodiesel) estima que, según la planta de la que derive, emite hasta tres veces más gas con efecto invernadero que su equivalente fósil (es lo que ocurre con el aceite de palma). [34] Las estimaciones se hacen tomando en cuenta un factor crucial, como es el cambio en el uso de los suelos de tierras naturales que estoqueaban carbono (praderas, bosques…) y pasan a tierras cultivadas. El efecto es directo, cuando los cultivos para agrocarburantes son introducidos en espacios naturales, o indirecto, cuando son tierras agrícolas ya existentes las que son convertidas en tierras de cultivos para agrocarburantes. En este caso, dado que la demanda de alimentos es constante o aumenta, los cultivos alimenticios serán desplazados a otras tierras, en detrimento nuevamente de espacios naturales. A esto se suman las emisiones de CO2 ya mencionadas (tractores, transporte, abono…). El estudio de la Comisión Europea estima que mantener hasta 2020 la política europea en materia de biocarburantes acarrearía un cambio en la utilización de los suelos en 8,8 millones de hectáreas -de las cuales 2,9 millones en Europa (se trataría de una disminución en la velocidad del abandono de tierras agrícolas), y 2,1 millones en el Sudeste de Asia, con una aceleración de la deforestación para las plantaciones de palmares para aceite. El aceite de palma es el aceite vegetal que más se produce en el planeta. Un precio muy bajo en el mercado y propiedades muy propicias para la producción alimenticia industrial hacen que el aceite de palma refinado hoy esté presente en uno de cada dos productos en los supermercados: pizzas congeladas, galletas, margarina, crema para el cuerpo, jabón, maquillaje, velas, detergente, etc. Sin embargo, desde la alerta de la Autoridad Europea en Seguridad Alimenticia (EFSA) en 2016 se sabe que el aceite de palma industrial tiene muchos contaminantes genotóxicos y cancerígenos. [35] Actualmente, las plantaciones de aceite de palma cubren 27 millones de hectáreas en todo el mundo, o sea un territorio del tamaño de Nueva Zelandia. El 61% de las importaciones de aceite de palma en la Unión Europea sirven como biocarburantes. En el caso francés una ley de 2009 hace obligatoria la incorporación de agrocarburantes en la nafta y el diésel… aunque Francia se vanagloria de contribuir poco a la deforestación tropical porque sólo el 7% de ese aditivo proviene de la importación de aceite de palma. [36]

Los palmerales de aceite encuentran condiciones óptimas de crecimiento en las regiones cálidas y húmedas ecuatoriales. En el sudeste de Asia, en América del Sur y en África, inmensas zonas de bosques tropicales son de desmontados y quemados, día tras día, para hacer lugar a las plantaciones. Con esto, grandes cantidades de gases con efecto invernadero se emiten a la atmósfera. Así, Indonesia, primer productor de aceite de palma del planeta, emitió en 2015 más gases con efecto invernadero que los Estados Unidos. Campesinos y poblaciones autóctonas, que durante generaciones vivieron en el bosque preservándolo, son con frecuencia expulsados brutalmente de sus tierras. Al día de hoy, 700 conflictos por la tierra relacionados con la industria del aceite de palma han sido registrados en Indonesia. Junto con los árboles desaparecen especias raras como el orangután de Borneo.  

 La deforestación a muy grande escala (2): la producción de carne vacuna en regiones tropicales o semitropicales. El ejemplo de Brasil

El sector dedicado a la cría de ganado produce 7,1 billones de toneladas de equivalente CO2, o sea aproximadamente 1/7 de las emisiones de gas con efecto invernadero. 45% son atribuibles a la producción y transporte de alimentos (de los cuales 9% imputables a deforestación relacionada con la ampliación de cultivos y pasturas). 39% provienen de la fermentación gástrica de los rumiantes. 10% son resultado del estoqueo y utilización del estiércol. 6% están causados por el transporte, sacrificio de los animales y el estoqueo del producto. La cría de ganado vacuno ocupa el primer lugar. Producir un kilo de proteínas de carne de vaca emite un promedio de 290 kilos de equivalente CO2, contra menos de 50 en la carne de cerdo, de pollo y huevos.

Brasil satisface la demanda externa de dos maneras. Como otros países (sobre todo Argentina) [37] es un productor muy importante de soja, primer alimento mundial del ganado en cría intensiva, predominando las exportaciones hacia China y el Sudeste de Asia. Practica también a gran escala la cría extensiva, producción que se exporta a los Estados Unidos. Ambos métodos acarrearon una fuerte deforestación cuyos efectos climáticos se hacen sentir en el espacio continental del mismo Brasil. La Amazonia, que se extiende en 5,5 millones de kilómetros cuadrados de los que 60%corresponden a Brasil, en 40 años perdió el 17% de su tamaño.

El monocultivo de soja se extendió simultáneamente por medio de la deforestación del bosque primario de la inmensa cuenca fluvial del Amazonas, y de la sabana arbolada de las mesetas del cerrado . La técnica es extremadamente primitiva: tala y la quema del bosque en inmensos miles o centenares de miles de hectáreas. El fuego libera sustancias nutritivas contenidas en la vegetación quemada y produce una capa de tierra fértil por encima de una tierra de otro modo muy pobre. Así puede comenzar el cultivo de soja. Da buenos rendimientos durante unos pocos años, antes de comenzar a exigir cantidades crecientes de abonos químicos, cuyos efectos productivos disminuyen de año en año. Con excepción de los insumos químicos, sigue siendo la técnica utilizada por los plantadores europeos en el Caribe para la explotación de la caña de azúcar (ver la primera parte de este artículo). Para mostrar el impasse al que esto conduce Engels dijo:

A los plantadores españoles de Cuba, que pegaron fuego a los bosques de las laderas de sus comarcas y a quienes las cenizas sirvieron de magnifico abono para una generación de cafetos altamente rentables, les tenía sin cuidado el que, andando el tiempo, los aguaceros tropicales arrastrasen el mantillo de la tierra, ahora falto de toda protección, dejando la roca pelada. (Engels, 1961: 186)

La erosión contemporánea de las tierras fértiles también está provocada por la mecanización de la siembra y la fumigación de herbicidas, comenzando por el glifosato. La introducción de plantas genéticamente modificada puede reducir el uso de la mecanización y así estabilizar la erosión  [38] y aumentar nuevamente los rendimientos de la tierra durante cierto tiempo. [39] Pero se produce la contaminación de los cursos de agua, afectando a otros ecosistemas, especialmente uno muy importante en términos de variedades forestales y animales, el Pantanal .  [40] En el caso del cerrado la deforestación salvaje y la ausencia de cuidados por parte de las grandes explotaciones han llevado a extensas superficies con pasturas degradadas. Bajo el efecto del cambio de régimen pluvial en el bosque primario de la cuenca amazónica, las diferencias con la sabana se desvanecen.

La deforestación de la Amazonia ejemplifica un bucle de retroacción positiva ( positiffeddbackloop ). La hipótesis de este bucle entre deforestación y fuerte disminución de las lluvias fue presentada por primera vez en 2011, en un informe conjunto de científicos brasileños y británicos. [41] Los datos fueron actualizados en 2015 por la Comisión Brasileña Sobre Cambio Climático ( Brazilian Panel on Climate Change o PBMC) y discutidas durante la conferencia preparatoria de la COP21. Si las emisiones de gases con efecto invernadero prosiguen al ritmo actual, las temperaturas en Brasil en 2100 serán entre 3°-6° más elevadas que al fin del siglo XX. [42] El régimen pluvial habrá cambiado radicalmente. El cultivo de soja necesita mucha lluvia, pero la deforestación de la Amazonia bajo el efecto del avance hacia el norte de la región continental del cultivo de soja reduce los flujos de vapor húmedo portador de lluvia provocando una severa sequía que ya ha tocado algunas grandes regiones de producción de soja. Esto fue amplificado aún más en 2015-2016 por el fenómeno meteorológico conocido como El Niño.  [43] Éste eleva la temperatura de las aguas superficiales del océano alrededor del 1% o más en la zona ecuatorial durante varios meses. Debido a la extensión de la zona afectada (a nivel del ecuador la cuenca tropical en el Pacífico tiene una extensión de más de 10.000 km). El Niño afecte el clima de muchos países simultáneamente: 1° déficit pluviométrico que puede provocar u acentuar las sequías en Australia oriental, Indonesia, India, África Austral, el Caribe, nordeste de Brasil; 2°en el Este tempestades tropicales más fuertes que las habituales, llegando a afectar la Polinesia francesa; 3° excedente pluviométrico en la costa oeste de América del Sur, el norte de Argentina y Uruguay, en África del este ecuatorial, en las islas tropicales del Pacífico y en el sur de los Estados Unidos con posible generación de inundaciones y deslizamiento de tierras. Aunque El Niño no se produce todos los años, es lo bastante frecuente [44] como para hacer que los años extremadamente secos dejen de ser excepcionales y tenga consecuencias cada vez más serias.

Para concluir esta segunda parte del artículo vuelvo a la cita de Engels que termina así:

Lo mismo frente a la naturaleza que frente a la sociedad, solo interesa de un modo predominante, en el régimen de producción actual, el efecto inmediato y el más tangible; y, encima, todavía produce extrañeza el que las repercusiones más lejanas de los actos dirigidos a conseguir ese efecto inmediato sean muy otras y, en la mayor parte de los casos, completamente opuestas (Engels, 1961:186)

La diferencia entre el cultivo de la caña de azúcar en los siglos XVI-XVII y la actual producción agrícola a gran escala es doble. En primer lugar, que se permite a las empresas del agronegocio continuar con su modo de cultivo destructivo con pleno conocimiento del agotamiento de los suelos. Se conoce, además, que se trata de una actividad con fuerte emisión de gas con efecto invernadero y un impacto muy poderoso en el ritmo del cambio climático. El diario británico The Guardian confeccionó un infograma de los procesos de integración retroactivos capaces de conducir a un vuelco de la temperatura hacia una situación incontrolable, según surge de los últimos estudios científicos. La deforestación, uno de los pilares del modo cultivo que hemos analizado, es parte de los puntos nodales que se indican. Con este cuadro terminamos el artículo, pero volveremos en el que siga:

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Bibliografía

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Vrignon, Alexis (2016), «René Dumont ou le socialismo ‘de l’arbre et du jardín’, Ecosocialisme et histoire», en Cahiers d´histoire , n° 130. 

Notas:

[1] https://alencontre.org.marxisme/marx-et-la-premiere-mondialisation-i.html

[2] https://www.statistiques.developpement-durable.gouv.fr/fileadmin/documents/Produits_editoriaux/Publications/Datalab/2116/chiffres-cles-du-climat-edition2017-2016-12-05-fr.pdf

[3] Remitimos a la definición de la Agencefrancaise de normalisation: un ecosistema está constituido «por seres humanos y su ambiente físico, por plantas y por animales», y es considerado durable si «sus componentes y funciones están preservados para las generaciones presentes y futuras». A escala planetaria se pueden caracterizar diferentes tipos de medios y establecer una tipología, claro que incompleta y sobre todo indicativa, de las zonas de vida o ecorregiones. La ONG estadounidense WWF registra catorce. https://fr.wikipedia.org/wiki/%C3%89cosyst%C3%A8me

[4] Quienes deseen abordar la cuestión de ¿Qué hacer? pueden remitirse a la intervención de Daniel Tanuro en 2015, que plantea buenas pistas que se distancias un poco del ecosocialismo. http://www.imprecor.fr/article-CLIMAT-Face%20%C3%AO%20l’urgence%20%C3%A9cologique?id=1975

[5] Will Steffen, Paul C. Crutzen y John R. McNeill, «TheAnthropocene: Are HumansNowOverwhelmingthe Great Forces of Nature?», en Ambio , Vol. 36, n° 8, diciembre 2007.

[6] Aunque se trate del clima, se habla de período geológico porque es en la litosfera, es decir en la costra rocosa de la superficie de la tierra, donde se encuentras los rastros que permiten leer los cambios climáticos. La primera datación de las eras geológicas fue propuesta en 1913 por un geólogo inglés, Arthur Holmes. Las técnicas de datación se perfeccionan regularmente por lo que las escalas deben ser actualizadas periódicamente y precisarse las eras. https://fr.wikipedia.org/wiki/%C3%89chelle_des_temps_g%C3%A9ologiques

[7] Ver «The Capitalocene, Part I: On the Nature&Origins of Our Ecological Crisis» 2014 http://www.jasonwmoore.com.Essays.html . «TheCapitalocenePart II: Abstract Social Nature and theLimitsto Capital», http://www.jasonwmoore.com/uploads/The_Capitalocene_Part_II_June_2014.pdf Jason Moore comenzó escribiendo sobre las causas ambientales de la gran crisis económica y social de los siglos XIV y XV.

[8] En el número de junio de 2018 Le Monde Diplomatique reprodujo un extracto de su libro Marx écologiste , publicado en francés por Editions Amsterdam en 2011, originalmente editado en los Estados Unidos en el 2000. Ver John Bellamy Foster y Paul Burkett, Marx and the Earth. An Anti-Critique , Haymarket (Historical Materialism), 2017, donde se responde a algunas críticas recibidas.

[9] Daniel Bensaïd, «Le tourment de la matiere: Marx, productivisme et écologie», curso de formación en la universidad de verano de la LCR, retomado por el Institute Internationale de recherche et de formation de Amsterdam para una conferencia internacional sobre ecología realizado en octubre de 1993. Disponible en http://danielbensaid.org/Marx-productivisme-et-ecologie

[10] Moore retiró de las publicaciones universitarias que podían ser consultadas en internet su importante libro Jason W. Moore, Capitalism in the Web ofLife , Verso, 2015. Pueden leerse en francés las entrevistas: Jason W. Moore, «Nous vivons l’effondrement du capitalisme», con Joseph Confabreux y Jade Lindgaard, Médiapart , 13 de octubre 2015 https://www.mediapart.fr/journal/culture-idees/131015/jason-w-moore-nous-vivons-l-effondrement-du-capitalisme?onglet=full y con Kamil Ahsan en http://revueperiode.net/la-nature-du-capital-un-entretien-avec-jason-w-moore/

[11] Entrevista en Mediapart .

[12] Muchos de los desarrollos teóricos de Moore le sirven. Es el caso de la crítica al dualismo hombre-naturaleza que es muy claramente la marca de fábrica de las relaciones capitalistas. Yo me concentro en la pista que abre en torno a la fecha 1482.

[13] John Elliot Caimes, The Slave Power , 1862. Caimes era profesor en Dublin y su libro está dedicado a John Stuart Mill.

[14] Estas investigaciones han sido presentadas de manera fílmica en el documental de Daniel Cattier, Juan Gelás y Fanny Glissant, Les rutes de l’esclavage , difundido por Arte en mayo 2018.

[15] https://www.mondialisation.ca/pillage-des-ressources-et-neocolonialisme-de-largnet-desclaves-a-lor/5621386

[16] Las plantaciones de la isla africana fueron víctimas de la competencia con las del Nuevo Mundo y las revueltas de esclavos. En 1595, un gran levantamiento conducido por el «rei» Amador da el golpe de gracia a la economía azucarera de Santo Tomé. http://www.une-autre-histoire.org/les-angolares-de-sao-tome/

[17] https://www.ipcc.ch/pdf/assessment-report/ar5/wg3/ipcc_wg3_ar5_chapter11.pdf

[18] John Bellamy Foster , Marx’sEcology. Materialism and Nature . Nueva York, Monthly Review Press, 2000, publicado en francés por EditionsAmsterdam en 2012. Daniel Bensaïd hizo una esclarecedora lectura del libro en 1992 para la Universidad de verano de la LCR, que no fue publicado está disponible en sus archivos http://danielbensaid.org/L-Ecologie-de-Marx Una reflexión más desarrollada y una respuesta a las críticas que se le hicieran puede leerse en John Bellamy Foster& Paul Burkett, Marx and theEarth , Nueva York, Haymarket Books, 2017.

[19] Michel Husson, «Marx a-t-il inventé l’ecosocialisme», https://alencontre .org/ecologie/marx-e-t-i-invente-lecosocialisme.html

[20] El guano (derivado del quechua wano ) es un fertilizante preparado con excremento de aves marinas. Su eficacia se debe al alto contenido de compuestos azogados. Durante muchas décadas del siglo XIX fue la principal exportación de Perú hacia los Estados Unidos, Inglaterra, Francia y Alemania. La conquista militar por España de una de las principales islas productoras fue una de las últimas manifestaciones de la presencia hispana en América Central y el Pacífico. Ver https://fr.wikipedia.org/wiki/Guano

[21] En la misma página que se acaba de citar, en nota al pie, escribe Marx: «Haber analizado desde el punto de vista de las ciencias naturales el aspecto negativo de la agricultura moderna, es uno de los méritos imperecederos de Liebig. También sus bosquejos históricos, aunque no estén exentos de errores gruesos, muestran felices aciertos».

[22] La retroalimentación (también se utiliza frecuentemente el término inglés feedback ) es, en sentido amplio, la retroacción de un efecto sobre el dispositivo que lo originó y, por lo tanto, sobre sí mismo. Un bucle de retroalimentación liga al efecto con su causa, con o sin aviso. La repetición de la reacción (reacción iterativa) conlleva: a) su continua amplificación (círculo virtuoso o vicioso, según la amplificación sea considerada positiva o no), en el caso de retroacción positiva; b) su extinción progresiva o no (con bombeo o no) en caso de retroacción negativa. http://www.matierevolution.fr/spip.php?article570

[23] https://agrulturepaysanne.org/files/Actes-pesticides-def.pdf

[24] https://mediacites.fr/enquete/2017/11/09/carte-de-la-france-toxique/

[25] La legislación europea adoptada hace muy poco después de un intenso trabajo asociativo ha reconocido finalmente la capacidad de las variedades campesinas de adaptación a los cambios climáticos. Ver la «Resolución legislativa del Parlamento europeo del 19 de abril 2018 sobre la proposición de reglamento del Parlamento europeo y del Consejo referida a la producción biológica y el etiquetaje de productos biológicos».

[26] https://www.combat-monsnto.org/spip.php?article77

[27] ArretChakrabarty. Una síntesis más clara puede verse en https://www.infogm.org/-OGM-et-brevet-sur-le-vivant-

[28] https://www.bloomberg.com/news/articles/2018-04-11/monsanto-can-t-have-patent-on-bt-cotton-in-india-cout-says

[29] Ver https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC5427059/ para una presentación hindú «neutra» y https://classe-internationale-com/2016/11/26/crise-agricole-en-inde-un-agriculteur-se-suicide-toutes-les-treinte-minutes/ para un análisis más comprometido. La Corte Suprema de la India en abril 2018 emitió una resolución declarando que las patentes y el pago de derechos de propiedad intelectual a Monsanto son ilegales.

[30] http://www.agterg.org/bdf/fr/corpus_chemin/fiche-chemin-17-html

[31] https://www.wto.org.french/thewto_f/tit_fagmr3_f.htm

[32] El grupo brasileño JBS-Friboi se convirtió en el segundo grupo alimentario mundial, detrás de Nestlé, en base exclusivamente a sus actividades en la cadena de las carnes luego de la adquisición del gigante estadounidense Swift.

[33] En la entrada inglesa de Wikipedia puede encontrarse una presentación muy clara de los estratos del follaje creadores de biomasa. https://www.en.wikipedia.org/wiki/Rainforest#Effect_on_globalclimate

[34] https://www.lemonde.fr/energies/article/2016/04/28/les-biocarburants-emettent-plus-de-co2-que-l-essence-et-le-diesel_4910371_1653054.html . Esta cifra es confirmada por otro estudio: https://www.suvonslaforet.org/themes/l-huile-de-palme

[35] https://www.efsa.europa.eu/fr/press/news/160503-0

[36] https://www.ecologique-solidaire.gouv.fr/biocarburants

[37] https://www.courrierinternational.com/article/2004/11/04/un-inmense-ocean-de-soja-qui-detruit-la-pampa

[38] FAO, Rapport sur les ressources en sol du monde , http://www.fao.org/soils-2015/news/news-detail/fr/c/345008 . Con el mismo método utilizado por el GIEC para el clima, el informe compila los trabajos de más de 200 científicos especializados de 60 países. Constataron lo siguiente: entre 25 y 40 billones de toneladas de la epidermis del planeta son arrastrados cada año a causa de la erosión, el apisonamiento, la pérdida de nutrientes y de biodiversidad, la acidificación, las poluciones, estrangulamientos o salinización.

[39] http://agriculture.gouv.fr/la-competitivite-agricole-du-bresil-le-cas-des-filieres-delevage

[40] Ha recibido la protección de la UNESCO. https://whc.unesco.org/fr/list/999/

[41] Brazil-UK análisis of Climate Change and Deforestation impacts in the Amazon http://www.ccst.inpe.br/wp-content-umploads/relatorio/Climate_Change_in_Brazil_relatorio_ingl-pdf

[42] Jan Rocha, Climate News Network http://www.climatecentral.org/news/with-climate-change-brazil-faces-drop-in-crops-16439

[43] El Niño y su réplica La Niña son fenómenos oceánicos a gran escala en el Pacífico ecuatorial, que afectan el régimen de vientos, la temperatura del mar y las precipitaciones. Corresponden a dos fases opuestas del fenómeno de la cupla océano/atmósfera llamado ENSO (El Niño / Southern Oscillation). El nombre El Niño fue dado por los pescadores peruanos a la invasión de agua cálida que se produce cada año a lo largo de las costas del Perú y Ecuador en las proximidades de Navidad. Por extensión designa el fenómeno climático correspondiente al calentamiento acentuado de la superficie del agua cerca de las costas de América del Sur. Está ligado a un ciclo de variaciones de la presión atmosférica entre el este y e oeste del Pacífico, doblado por un ciclo de corriente oceánica a lo largo del ecuador. http://www.meteofrance.fr/climat-passe-et-futur/comprendre-le-climat-mondial/el-ninola-nina#

[44] Los acontecimientos El Niño aparecen de manera irregular, cada 2 a 7 años. Estos episodios comienzan en general a mitad del año y duran entre 6 y 18 meses. Alcanzan su máxima intensidad hacia Navidad. En 1997, un episodio de El Niño muy intenso fue observado, como la clave de importantes impactos climáticos y sociales. Después se observaron otros episodios de menor importancia, en 2002-200, 2004-2005, 2006-2007 y 2009-2013. En 2015-2016 su intensidad superó la de 1997 estableciendo un nuevo récord. El posible lazo con el calentamiento climático es tratado en muchos trabajos. 

Artículo originalmente publicado (en dos partes) en el sitio A l’encontre alencontre.org, 5 y 9 de agosto 2018.

Tradujo del francés para Herramienta Aldo Casas, octubre 2018.

 François Chesnais es economista, miembro del Consejo asesor de Herramienta.

Fuente: https://herramienta.com.ar/articulo.php?id=2949