La República Bolivariana de Venezuela está siendo cercada militarmente por la potencia más agresiva, prepotente y depredadora que haya conocido la humanidad. Los militares patriotas de nuestro continente Latinoamericano y Caribeño no pueden mantenerse indiferentes ante las amenazas de invasión, por parte del gobierno estadounidense, a un país hermano en historia, sangre y tradición. Los […]
La República Bolivariana de Venezuela está siendo cercada militarmente por la potencia más agresiva, prepotente y depredadora que haya conocido la humanidad.
Los militares patriotas de nuestro continente Latinoamericano y Caribeño no pueden mantenerse indiferentes ante las amenazas de invasión, por parte del gobierno estadounidense, a un país hermano en historia, sangre y tradición.
Los pueblos de la América Meridional componemos una gran familia mancomunada por un mismo idioma; una gloriosa lucha independentista común; una identidad en religión, cosmovisión, costumbres, idiosincrasia, arte y cultura, que nos diferencia del resto de los pueblos del planeta; y, por sobre todas las cosas, una vocación ancestral de justicia, respeto y libertad.
Cualquier agresión a cualquier miembro de la gran familia latinoamericana caribeña es una agresión a todo el cuerpo que la compone, sin excepción alguna.
Ya no se trata aquí de defender un gobierno determinado ni una ideología en particular, más allá de la absoluta legitimidad del gobierno del Presidente Nicolás Maduro.
De lo que se trata es de defender el respeto a la soberanía, la inviolabilidad territorial y la autodeterminación de los pueblos, todos principios fundamentales del derecho internacional.
Lamentablemente, existen vendepatrias que hoy solicitan a viva voz la intervención militar estadounidense a nuestra región, y entre ellos, algunos presidentes que, en actitud indigna y servil, traicionan el legado de nuestros Libertadores.
Decía el General San Martín: «Lo que no puedo concebir es que haya americanos que por un indigno espíritu de partido se unan al extranjero para humillar a su patria y reducirla a una condición peor que la que sufríamos en tiempos de la dominación española. Una tal felonía ni el sepulcro la puede hacer desaparecer».
Militares de América Latina: La Fuerza Armada Nacional Bolivariana y el pueblo de Venezuela está dispuesto a repeler cualquier agresión del imperio del Norte y de todo aquel que se una a tan infame propósito. Las voces de Miranda, Sucre y Bolívar así lo ordenan.
Militares de nuestra América: En caso de producirse la invasión estadounidense a la hermana Venezuela ¿Qué les ordenarían San Martín, Artigas, Morazán, Belgrano, Petión, O’Higgins, Nariño, Hidalgo, Morelos, Padilla, Montúfar, Luperón, los héroes de Chapultepec, Martí, Maceo, Sandino y los héroes de Malvinas? En ustedes está la respuesta.
Muchas veces los militares latinoamericanos han perdido el rumbo enrolándose bajo las órdenes de los enemigos de la Patria y de los agresores al Pueblo, pero también muchas veces los militares latinoamericanos han escrito páginas memorables junto al pueblo al que se deben y en defensa de la Nación a la que juraron lealtad absoluta.
Hoy el águila imperialista pone su asesina mirada en el petróleo venezolano, si la dejamos pasar, si la indiferencia se impone, mañana arremeterá contra la Amazonía brasileña, la Patagonia y el estrecho de Magallanes, los Andes peruanos, chilenos, argentinos, el altiplano boliviano, la cuenca petrolífera mexicana, el acuífero guaraní, el estratégico Mar Caribe o en cualquier región de nuestra Patria Grande que al imperialismo le interese y se le ocurra atacar en su codicia ilimitada.
Hace 200 años logramos la independencia combatiendo unidos. El triunfo de la Batalla de Ayacucho fue el triunfo de la Patria Grande mancomunada contra el colonialismo español. Otra potencia extranjera pretende arrebatarnos hoy la soberanía y la libertad, queriendo hacer de Venezuela una cabecera de playa para someter a toda la América bajo la Doctrina Monroe, revitalizada por el magnate presidente estadounidense Donald Trump, lo que nos condenaría nuevamente al vasallaje.
La Fuerza Armada Nacional Bolivariana recibe en estos momentos la admiración y el respeto de la inmensa mayoría de los pueblos del mundo. Su firme decisión de apego a la Constitución y defensa de la Patria ante la agresión extranjera la ubica en la gloriosa tradición de nuestros ejércitos libertadores
Militares latinoamericanos: Está en sus manos escribir nuevamente páginas de gloria.
Ayer como hoy, la alternativa es: Patria Grande Unida o colonia.
Resuena la voz de Bolívar: «Unidad, Unidad y Unidad debe ser nuestra divisa».