Traducido del francés para Rebelión por Caty R.
Al señor don Abdelilah Benkirane, jefe del Gobierno del reino de Marruecos.
Escuché con mucho interés su respuesta a la cuestión relativa «a la gestión de la política pública en el endeudamiento externo y su impacto sobre la inversión y los desafíos de la regionalización» (1) durante la sesión pública del Senado el 19 de julio de 2016. Este asunto nos interesa mucho en la Asociación por la Tasación de las Transacciones financieras y por la Acción Ciudadana (ATTAC) de Marruecos, ya que somos miembros del Comité para la Abolición de las Deudas Ilegítimas (CADTM). Nuestra red internacional trabaja por la anulación inmediata y sin condiciones de las deudas ilegítimas, tanto en el Norte como en el Sur, por la anulación de las deudas odiosas y finalmente el CADTM tiene el objetivo de que los estados abandonen los programas de ajuste estructural (PAE).
En primer lugar quiero agradecer su franqueza. Es la primera vez que un responsable gubernamental reconoce públicamente la existencia de condiciones fijadas por el FMI en Marruecos con el fin de beneficiar a los prestamistas. Esta confesión confirma lo que nosotros denunciamos desde hace años, la pérdida de la soberanía nacional. Su declaración en la segunda Cámara del Parlamento marroquí contradice las palabras de su ministro de Finanzas, quien asegura que Marruecos no se compromete con las condiciones del FMI. El gobernador del Bank al-Maghrib, el banco central de Marruecos, también afirma que»no hay condiciones». Sin embargo esos dos responsables firman la carta de intenciones destinada al FMI en nombre de Marruecos en lo que respecta a la Línea de Precaución y Liquidez (LPL) (2).
Su respuesta a la cuestión conlleva muchas falsedades envueltas en un discurso demagógico. Desgraciadamente, a fuerza de hacer caso a los consejos del FMI, su fe en el capitalismo y sus bases (equilibrios macroeconómicos, libre mercado, libre comercio, privatización de los servicios públicos) le han vuelto ciego.
Permítame, al respecto, presentarle algunas respuestas diferentes de las suyas con relación a la deuda pública marroquí. Estas respuestas contradicen lo que usted suele escuchar a los expertos del FMI y de otras instituciones financieras internacionales e incluso a los expertos del ministerio de Finanzas.
¿La deuda es una opción natural?
«La tesorería de un Estado es como la de una familia, sus gastos superan siempre sus ingresos. Por lo tanto, como en el caso de las familias, el endeudamiento del Estado no es un problema». En esos términos simplistas el jefe del Gobierno se dirigió a los marroquíes para tranquilizarlos ante el continuo crecimiento de la deuda pública. Dejando a un lado que la comparación entre el presupuesto de una familia y el de un Estado es absurda, pretender que el endeudamiento privado o público es un hecho natural es demostrar mala fe o ignorancia de las bases de la economía.
En un contexto en el que el Estado no garantiza ingresos decentes, servicios públicos y una protección social de calidad, los hogares marroquíes recurren masivamente al endeudamiento. La deuda privada financia el acceso a los servicios básicos e incluso a las necesidades vitales de las familias. La utilización de microcréditos para ese tipo de gastos es una prueba fehaciente de esa situación de endeudamiento de los hogares. El caso de cientos de mujeres marroquíes en el sur y el este del país testimonia esta situación.
La deuda pública, por su parte, es un instrumento que utilizan los acreedores para apoderarse de los recursos e influir en las opciones políticas y económicas de los países en el marco de una nueva forma de colonialismo. En la mayoría de los países del Sur el reembolso de las deudas supera con mucho los gastos en sanidad, educación, desarrollo rural y creación de empleo.
Como ejemplo, está previsto que el servicio de la deuda del tesoro marroquí en 2016 se eleve a 69.000 millones de dírhams, es decir, el 17 % del Presupuesto General del Estado (BGE). El servicio de la deuda equivale a una vez y media el presupuesto de educación, cinco veces el de sanidad, cien veces el de cultura y cien veces el del departamento de la mujer, de la familia, del desarrollo social y de la solidaridad. En resumen, si un Estado dedica tantos recursos de su presupuesto a reembolsar una deuda contraída en los años 80 y 90 cualquier posibilidad de desarrollo económico y social será enterrada.
«Marruecos es un buen pagador»
«Marruecos tiene una excelente reputación en los bancos y las instituciones financieras, reembolsamos todos los préstamos», expresa usted con orgullo y -tal vez- ingenuidad ante los parlamentarios. Pero como jefe del Gobierno usted tiene la obligación de señalar que Marruecos ha reembolsado incluso las deudas del colonizador francés que en nombre de nuestros ancestros contrajo unas deudas colosales. Y que incluso después de su salida el pueblo marroquí continuó reembolsando esa deuda hasta los años 90. Recuerdo aquí que la entrada del colonialismo francés y español se hizo por medio de la trampa del endeudamiento.
Podría compartir su orgullo, señor jefe del Gobierno, si usted hubiera podido auditar las deudas de Marruecos contraídas en los años de plomo (3). Me habría hecho feliz saber adónde fue el dinero del programa de urgencia para la reforma de la escuela marroquí. En lugar de hacer valer sus prerrogativas usted prefiere derramar lágrimas de cocodrilo.
«La deuda, una elección política»
«El Estadoopta por el endeudamiento para financiar la inversión, es una decisión política». Así justifica usted el crecimiento de la deuda. Lo tiene claro, el endeudamiento es una decisión política. Finalmente el endeudamiento sirve los intereses de las clases dominantes. En vez de proceder a una reforma fiscal radical y a la revisión del modelo económico actual usted prefiere financiar el déficit presupuestario por medio del endeudamiento y reduciendo los presupuestos de inversión en los departamentos sociales. Ese endeudamiento es una solución cómoda que hipoteca el futuro de las próximas generaciones.
«¿Creen que las grandes obras son gratis? ¡Hay que pagarlas!»
Con su característica «elegancia» (4) propia de un jefe de Gobierno atacó a los marroquíes con expresiones calumniosa e insultantes. Fue al Parlamento a decirnos que la política de las grandes obras no cae del cielo. Que la estación solar Noor (5), el tren de alta velocidad (TAV), las autovías, etc., se financian con el endeudamiento y nosotros debemos pagarlas en los próximos decenios. ¡Qué descubrimiento, señor jefe del Gobierno! Los marroquíes no necesitan que nadie les cuente los asuntos de su país. El primer y último financiador de esos proyectos es el pueblo marroquí por medio del endeudamiento y de la privatización de las empresas públicas. Esos proyectos engullen una buena parte del presupuesto del Estado desde hace 15 años y se anteponen a los proyectos sociales. Venir ahora a dar la lección sobre este asunto, ¡no, gracias!
En cuanto al supuesto efecto de esos proyectos en el relanzamiento económico y la atracción del país, permítame dudar del cumplimiento de esta profecía. Veamos el caso del TAVnTanger-Kénitra (6). Ese proyecto costará a los marroquíes más de 25.000 millones de dírhams financiados totalmente con endeudamiento exterior e interior. Ese proyecto es sinónimo de dos cosas: el absolutismo y el nepotismo en Marruecos, dos flagelos que usted quería combatir, según su programa electoral. Ese proyecto simboliza el absolutismo político porque se decidió sin concertación y en el marco de un trato entre la Francia de la época de Sarkozy y el régimen marroquí (7).
La deuda y las concesiones del TAV están condicionadas. Francia nos «ofreció» préstamos con tasas de interés bajo para asegurarse los grandes mercados previstos en el marco del TAV. Todo lo concerniente al TAV marroquí, incluido el mantenimiento, se entregará a Francia sin licitación. Ahí está el problema, señor jefe del Gobierno, Marruecos ha contraído deudas colosales para financiar un proyecto -más bien un elefante blanco- con un impacto social limitado sobre la población. Al mismo tiempo el dinero público se transfiere en forma de mercados y de reembolso de la deuda al capitalismo local y extranjero.
Por todas estas razones en ATTAC Marruecos, miembro de la red CADTM, consideramos que el endeudamiento no es una fatalidad o una medida técnica. La deuda pública (externa e interna) genera una transferencia masiva de riquezas de los pueblos del Sur hacia los prestamistas. Y de paso las clases dominantes locales recaudan su comisión. Tanto en el Norte como en el Sur del planeta la deuda constituye un mecanismo de transferencia de las riquezas producidas por los trabajadores y los pequeños productores a los capitalistas locales y extranjeros.
De nuevo el cepo del endeudamiento se cierra sobre Marruecos (la deuda pública representa el 82 % del PIB). Ese círculo infernal de la deuda es un aspecto de la transferencia del peso de las reformas económicas de una clase a otra. Y es una deuda insostenible económica y socialmente (8).
Finalmente lamento informarle de que durante los cuatro años de su mandato está siendo ardiente defensor de esa transferencia,en primera línea de la ofensiva contra las clases populares.
Quiero añadir, señor jefe del Gobierno, mis más cordiales saludos.
PS: Nos gustaría invitarle a alguna de nuestras actividades en torno a este tema del endeudamiento, pero su ministro del Interior (miembro fundamental y decisivo de su Gobierno) sigue prohibiendo estas actividades y acosando a nuestros militantes. A falta de invitarle, la web de la asociación y la del CADTM están a su disposición para proponerle una nueva perspectiva del asunto.
Notas:
(1) Abdelilah Benkirane, secretario general del partido Justicia y Desarrollo (islamista y promonárquico), dirige una coalición gubernamental heterogénea desde 2012.
(2) Léase al respecto, de S. Lemaizi, Austérité et ajustement au Maroc. Le gouvernement garde la » Ligne » du FMI et le citoyen paie le prix , mayo de 2014.
(3) Período de reinado del rey Hassan II, entre 1961 y 1999, marcado por una violenta represión política y social.
(4) El actual jefe del Gobierno es famoso por sus expresiones populistas y machistas.
(5) Léase al respecto, de Hamza Hamouchene, La centrale solaire de Ouarzazate au Maroc: le triomphe du capitalisme » vert » et la privatisation de la nature , marzo de 2016.
(6) Véase la campaña StopTGV, llevada a cabo por un colectivo de asociaciones, entre ellas ATTAC Marruecos. www.stoptgv.com .
(7) Para compensar la pérdida del mercado de los «rafales» en Marruecos, Francia se adjudica el jugoso mercado del TAV.
(8) Léase al respecto, de Omar Aziki, La dette publique marocaine est insoutenable , agosto de 2015.
Salaheddine Lemaizi es miembro de ATTAC CADTM Marruecos y del Comité de Estudios y Defensa del CADTM África.
Fuente: http://www.cadtm.org/Lettre-ouverte-En-reponse-aux
Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, a la traductora y Rebelión como fuente de la traducción.