Un juez sueco ha condenado a un año de cárcel a los fundadores del popular sitio web The Pirate Bay. Para decidir si la piratería digital debe castigarse con penas carcelarias, es necesario preguntarse si bajar ilegalmente una canción reviste la misma gravedad de robar unas galletas en un supermercado.
De antemano, los reos ya habían declarado que estaban convencidos de que el juez los enviaría a la cárcel. El magistrado sueco concluyó que el sitio web facilita poner ilegalmente a disposición material que, como películas, música y aplicaciones informáticas, está protegido por derechos intelectuales. La formulación elegida por el juez es interesante, pues en la controvertida página no se encuentra ningún material ilegalmente obtenido, sino que se limita a mencionar si algún usuario pone gratuitamente a disposición una película o un CD. Además, explica cómo establecer contacto con ese usuario, con una aplicación como BitTorrent.
Sin embargo, la industria de productos de entretenimiento alega que este proceder equivale a poner ceniceros a disposición en un entorno en el que está prohibido fumar.
Delincuentes comunes
El veredicto no sólo confirma esta convicción sino que además trata a los fundadores de The Pirate Bay como delincuentes comunes y corrientes. Por su parte, durante años, el sector productor de artículos de diversión siempre ha sostenido que bajar ilegalmente una canción no se diferencia en absoluto de hurtar un paquete de galletas en un supermercado.
Pero, el asunto tiene aún más dimensiones. Hace dos años, The Pirate Bay se proponía adquirir Sealand, la célebre ex plataforma marina que fue declarada como Principado independiente por el excéntrico británico Paddy Roy Bates, donde no hay régimen fiscal ni normas. Además, entre tanto Suecia tiene su propio Partido de los Piratas, formación que, en breve, participará en las elecciones europeas. Se trata, entonces, de intentos de desafiar al orden establecido e iniciar un debate, pues, en palabras de su líder, Rik Falkvinge, «Europa debe poner fin al desmantelamiento de los derechos de los ciudadanos, y ahora que Internet forma parte de nuestras vidas, su uso debe ser completamente libre.»
Nuevas necesidades
Por su parte, Johan Pouwelse, investigador vinculado ala Universidad Tecnológica de Delft, Holanda, considera que el intercambio de material por Internet no se puede equiparar al hurto corriente. «Gracias a la tecnología del intercambio, los usuarios pueden escuchar más música, sus preferencias se diversifican, y, por tanto, no se limitan a los trillados éxitos de venta. Además, al contrario de lo que la industria del sector teme, no se agota el talento, como lo demuestra YouTube, medio que permite la comunicación directa entre artistas y su público. En cambio, como consecuencia de ello, las firmas disqueras se hacen superfluas,» puntualiza el experto.
A lo anterior, el investigador holandés agrega que las casas disqueras son las verdaderas responsables del perjuicio que les causan ‘piratas’ como The PirateBay, porque, durante mucho tiempo se obstinaron en recurrir a todo medio para obstaculizar la difusión de sus productos a través de la red mundial, mientras que, en realidad, han debido ofrecer posibilidades legales de acceso a su público.
Pouwelse no considera sorprendente el apoyo que la industria del sector de la diversión recibe por parte del juez sueco. En el pasado, personas que han bajado material han sido enjuiciadas y se les ha impuesto multas gigantescas. Cabe preguntarse ahora si, tras el veredicto sueco, los usuarios de The Pirate Bay corren peligro de ser acusados, por ejemplo, de formar parte de una organización criminal.
A su juicio, no es fácil que la sentencia siente en breve un precedente. «Es más probable que te mate un rayo a que te acusen de bajar ilegalmente música,» sostiene.
Pero, en Suecia no todo mundo está convencido de ello, y, tras una adaptación de la ley sobre la materia, a comienzos del presente mes, el uso de Internet en el país descendió casi en un cincuenta por ciento. A pesar de ello, para la mayoría de esos usuarios, los fundadores de The Pirate Bay son verdaderos héroes, a pesar del fallo.
http://www.informarn.nl/especiales/mediosdecomunicacion/act090417-piratas-digitales