(1´49´´ / 428 Kb) – 16 años después de la aprobación del Estatuto del Niño y del Adolescente, Brasil aún está entre los países con los más altos índices de trabajo infantil. Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), cerca de 4 millones de niños y adolescentes entre 5 y 16 años trabajan en el […]
(1´49´´ / 428 Kb) – 16 años después de la aprobación del Estatuto del Niño y del Adolescente, Brasil aún está entre los países con los más altos índices de trabajo infantil. Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), cerca de 4 millones de niños y adolescentes entre 5 y 16 años trabajan en el país. En el mundo, alrededor de 126 millones de niños y adolescentes entre 5 y 16 están también en esa situación.
Cerca de 90% de la población quiere punición para quien utiliza e incentiva este tipo de trabajo. Éste fue uno de los resultados de la investigación intitulada «La Percepción del Trabajo Infantil en la Sociedad Brasileña», divulgada en la última semana y que evaluó cuál es el entendimiento de la población sobre este problema.
La investigación fue encomendada por la Agencia de Noticias de los Derechos de la Infancia, la OIT y el Foro Nacional de Prevención y Erradicación del Trabajo Infantil. E método utilizado fue el de entrevistas, entre 2004 y 2006. Las preguntas versaban sobre diferentes aspectos de este tema, como la edad mínima para el primer trabajo y empleo, las relaciones entre trabajo infantil y pobreza, el desempleo y la economía en Brasil.
La lucha contra esta práctica, además de la aprobación del Estatuto, ya consiguió algunas victorias como la enmienda constitucional que elevó la edad mínima para admisión en el trabajo o empleo, de 14 para 16 años, y la ratificación de la Convención nº 182, de la OIT, sobre la inmediata erradicación de las peores formas de trabajo infantil. En la investigación se concluyó también que 44% de las personas responsabilizan al Estado por no cohibir esta actividad.