Con entusiasmo y esperanza, cerca de 8 mil militantes y activistas de todo el país inauguraron el día 25 la Asamblea Popular. Hombres y mujeres de movimientos sociales, de la iglesia y de organizaciones de la sociedad civil estuvieron en el gimnasio Nilson Nelson, en Brasilia, para los discursos de apertura de lo que pretende […]
Con entusiasmo y esperanza, cerca de 8 mil militantes y activistas de todo el país inauguraron el día 25 la Asamblea Popular. Hombres y mujeres de movimientos sociales, de la iglesia y de organizaciones de la sociedad civil estuvieron en el gimnasio Nilson Nelson, en Brasilia, para los discursos de apertura de lo que pretende ser el puntapié inicial de un nuevo proceso de discusión de un proyecto popular para Brasil.
Serán cuatro días de debates y reflexiones sobre el desafío de la izquierda brasileña como agente social y su papel fundamental para alterar la realidad de Brasil. Para la hermana Delci Franzen, coordinadora nacional de la 4ª Semana Social Brasileña, responsable de la inauguración del encuentro, la lucha del pueblo por un país justo, libre y soberano está en la raíz de la Asamblea. «Vinimos de todos los estados representando el pueblo que lucha incansablemente por la justicia, por el rescate de las deudas sociales, por la soberanía del país y por la conquista de la ciudadanía para todo el pueblo brasileño», afirmó.
Don Demétrio Valentini, presidente de Cáritas Brasileña, incentivó a los participantes a tener esperanza y creer que podemos ser protagonistas de nuestra historia. «Debemos ser como el fuego que ilumina esta Asamblea», dijo al referirse a la hoguera de la celebración de apertura.
João Paulo Rodrigues, director nacional del Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST), consideró que el objetivo es hacer de la Asamblea un marco en la historia de nuestro país. «Queremos que compañeros y compañeras, aprovechen el máximo para hacer un bueno diagnóstico de Brasil», puntualizó.
El director del MST recordó la importancia de evitar la fragmentación de las fuerzas progresistas, en este momento de reconstrucción de un proyecto popular. «Para hacer el cambio, estamos convencidos que debemos dejar de lado el sectarismo para fomentar el debate y la diversidad», explicó. Según él, la Asamblea Popular – que terminará el día 28 – exigirá sacrificio, humanismo y humildad para que el proceso avance. «No queremos que ese encuentro sea un espectáculo, pero sí un espacio para discutir los problemas de la sociedad que el gobierno, los partidos dejaron de lado. Por eso, estamos aquí», dijo Rodrigues.
(Traducción ALAI)