Las noticias que nos llegan desde los países más al sur de nuestra América, nos dan cuenta de una restauración del modelo neoliberal apenas las élites oligárquicas retoman el poder político, bien sea por vía electoral o por golpes de Estado, por ahora, parlamentarios. Privatización de activos y yacimientos nacionales; despidos de centenares de miles […]
Las noticias que nos llegan desde los países más al sur de nuestra América, nos dan cuenta de una restauración del modelo neoliberal apenas las élites oligárquicas retoman el poder político, bien sea por vía electoral o por golpes de Estado, por ahora, parlamentarios.
Privatización de activos y yacimientos nacionales; despidos de centenares de miles de trabajadores y trabajadoras; tarifazos en los servicios públicos; congelación de la inversión en salud, educación, jóvenes, mujeres, campesinos, pobladores, emprendedores, indígenas entre otros; congelación de salarios y tercerización del empleo; acompañados de persecución judicial contra el liderazgo popular. Esto que está pasando en países hermanos no deja lugar a dudas, cuando las élites dominantes vuelven, vuelven por todo y con todo contra el pueblo.
Es por eso, que cuando nosotros hablamos de defender el poder no estamos hablando de la defensa de una posición burocrática. La preservación del poder político por parte de las corrientes populares democráticas o socialistas es la garantía del futuro del pueblo, mediante el pleno ejercicio de sus derechos culturales, sociales, políticos y económicos.
No nos llamemos a engaño, al imperialismo y sus oligarquías lacayas no les interesa coexistir con las mayorías populares en términos de igualdad y respeto a su soberanía y derechos, ni nunca han alternado, ni alternaran el poder con movimientos obreros, campesinos, indígenas o populares en general.
Nada bueno se puede esperar del retorno de unas elites resentidas y llenas de odio social contra los pueblos que no hemos atrevido a soñar e iniciar la construcción de sociedades soberanas, democráticas, justas e igualitarias.
Es por ello que frente a las decisiones legales que han suspendido, sustentadas en el fraude cometido por sus promotores, la recolección de firmas para un eventual referéndum revocatorio contra el presidente de un gobierno democrático, popular y socialista como lo es el compañero Nicolás Maduro Moros, la conciencia de clases nos dicta que debemos cerrar filas en torno a su defensa.
Cerrar filas para impedir que se abra paso a la restauración neoliberal en nuestra Patria y así poder preservar, recuperar y expandir hacia el futuro lo logrado en materia de soberanía nacional, protagonismo popular, inversión social, democratización de la propiedad, recuperación de los bienes y recursos nacionales para garantizar el ingreso necesario que nos permita darle vigencia al Estado Social de Derecho y de Justicia plasmado en nuestra Constitución Bolivariana.
Unidad de los y las patriotas, de los revolucionarios y revolucionarias, de los y las chavistas para ganar la batalla por la estabilidad política y económica para todo el pueblo; crear y sumar poder popular para abrir el camino de las nuevas victorias que nos permitan despejar el horizonte y seguir construyendo nuestro Socialismo Bolivariano, en paz y en democracia.
El pueblo trabajador no debe esperar nada de las oligarquías y sus partidos. Cerremos filas, que solo el pueblo salva al pueblo.