El Gobierno de Hugo Chávez ha lanzado una nueva iniciativa para desafiar a los países ricos. Venezuela quiere que se unan los mercados emergentes de deuda con el objetivo de que las naciones pobres se ayuden entre ellas. El país latinoamericano predica con el ejemplo. El ministro de Finanzas, Nelson Merentes, ha confirmado que adquirirá […]
El Gobierno de Hugo Chávez ha lanzado una nueva iniciativa para desafiar a los países ricos. Venezuela quiere que se unan los mercados emergentes de deuda con el objetivo de que las naciones pobres se ayuden entre ellas. El país latinoamericano predica con el ejemplo. El ministro de Finanzas, Nelson Merentes, ha confirmado que adquirirá deuda argentina hasta cumplir su compromiso de invertir 500 millones de dólares (408 millones de euros) y ha anunciado que también podrían comprar bonos de Bolivia, Ecuador y Brasil.
La propuesta realizada por Merentes lleva ya tiempo rondando por la cabeza de Chávez. El presidente venezolano ya sugirió algo en este sentido cuando hace unos meses anunció la compra de deuda de Argentina, una operación que se interpretó como un gesto de apoyo al Gobierno de Néstor Kirchner en pleno proceso de reestructuración de la deuda en suspensión de pagos.
La idea de crear un mercado de deuda emergente supondría, según ha explicado el ministro de Finanzas de Venezuela, que los países que participen en él compren el papel de otras naciones compañeras de iniciativa. De esta manera, se diversificarían riesgos y se impulsarían los precios con la consiguiente reducción de las rentabilidades y el abaratamiento de los costes de financiación de los Estados emergentes.
Pero la propuesta esconde algo más, lo mismo que iniciativas como la de Petrocaribe, la creación de la Comunidad Sudamericana de Naciones (CSN) o la puesta en marcha de la Alternativa Bolivariana para América (ALBA): el intento de incrementar su influencia en la región en detrimento de EEUU, una actitud que no gusta nada en Washington.
El gesto. La integración de los mercados de deuda emergente es un objetivo difícil de conseguir. Pero el gesto de Chávez hacia los países vecinos sí que puede contribuir a consolidar a Venezuela como uno de los países líderes de la región. El primer beneficiado de esta estrategia ha sido Argentina.
Merentes ha confirmado que el país adquirirá bonos de deuda soberana de Argentina hasta sumar 500 millones de dólares, una operación en la que también quiere implicar a los bancos privados del país. De momento, ya ha comprado 320 millones de dólares (261 millones de euros) en dos operaciones realizadas en mayo y junio. La actitud de Venezuela no ha pasado inadvertida a Kirchner, quien ha asegurado en unas declaraciones recientes que este país «ha ayudado mucho a Argentina en la crisis energética, ha comprado bonos, ha mandado barcos a arreglar a los astilleros locales y ha comprado productos». Parece que la estrategia de EEUU de intentar alejar a países como Argentina o Brasil de la influencia de Chávez no está dando resultados.