1. Los tres frentes de ataque La nueva estrategia de Washington para destruir a Hugo Chávez y Evo Morales tiene tres frentes de ataque: 1. la ruptura de la relación entre Venezuela y Bolivia, particularmente la energética y militar; 2. el reemplazo del gobierno de Nestor Kirchner por un gobierno oligárquico-neoliberal y, 3. la consumación […]
1. Los tres frentes de ataque
La nueva estrategia de Washington para destruir a Hugo Chávez y Evo Morales tiene tres frentes de ataque: 1. la ruptura de la relación entre Venezuela y Bolivia, particularmente la energética y militar; 2. el reemplazo del gobierno de Nestor Kirchner por un gobierno oligárquico-neoliberal y, 3. la consumación del fraude electoral en Ecuador durante la segunda vuelta y el sabotaje al triunfo de Daniel Ortega.
El frente de ataque principal es la relación entre Hugo Chávez y Evo Morales. Los medios de subversión son: a) el gobierno de Chile, particularmente sus fuerzas armadas pinochetistas; b) el embajador estadounidense Philip Goldberg y, c) el gobierno español.
2. El papel de Chile
La estrategia para liquidar la «revolución democrática y cultural» de Evo Morales, sigue los patrones que Washington usó para destruir a la triunfante Revolución Boliviana de 1952: a) recreación del ejército regular, destruido en la Revolución, para sustituir a las milicias mineras y obreras, a partir de 1954; b) programas de «ayuda» social y penetración cultural, y, c) creación de dependencias económicas.
Dentro de los Estados subversivos, al chileno le fue asignado un papel central por parte de la Casa Blanca. La presencia de un gobierno «socialdemócrata» encabezado por Michelle Bachellet proporciona una fachada idónea para la realpolitik subversiva pinochetista-imperial, que a veces es interpretada como una política de construcción de una «confianza mutua» entre ambos países, según dijo hace diez días el canciller boliviano, David Choquehuanca, quien agregó que los contactos a nivel de militares también se extenderán a otros del ámbito social, político, académico y cultural entre los dos países, que no tienen relaciones diplomáticas desde 1978.
3. La «cortina de humo»de la apertura comercial y del acceso boliviano al mar
A finales de octubre, el Subsecretario de Estado para Asuntos Políticos, de Estados Unidos, Nicholas Burns, reveló en Colombia que el gobierno de George Bush pedirá a los congresistas la ampliación de privilegios arancelarios para los países andinos, vinculados a la lucha anti-narcotica (ATPDEA). En La Paz, el nuevo embajador estadounidense Philip Goldberg, arquitecto de la balcanización de Yugoslavia —quien suele repartir regalos de la USAID a los empobrecidos campesinos de las provincias, para que vean que «el tio Sam no es malo»— pidió «paciencia» para conocer el resultados de las gestiones. «No hemos olvidado el asunto y vamos a tratar de hacer algo, por lo menos tratar el tema antes de fin de año», dijo a los periodistas.
Los aranceles del ATPDEA son uno de los principales medios de chantaje de Washington para la penetración militar y policiaca en Bolivia. Mantener este mal negocio, significa tirar perlas ante los puercos. Se calcula que en 2005 alrededor de 160 millones de dólares de exportaciones bolivianas entraron a Estados Unidos bajo ese concepto. Éstas son efímeras migajas comparadas con los miles de millones de dólares que Bolivia podría exportar a las dos principales culturas del té, India y China, en hojas de coca, si lograra romper el bloqueo político de Occidente sobre esta mercancía. Los países andinos no deberían mendigar ventajas con Washington, sino desbloquear su principal fuente de acumulación de capital del futuro: la comercialización de la hoja de coca.
Sorpresivamente, el 30 de octubre, el Instituto Boliviano de Comercio Exterior anunció una espléndida iniciativa de la burguesía chilena. Salvo ocho mercancías, Chile abrió su mercado de manera irrestricta a 6,000 productos bolivianos, «el mejor acceso que Chile haya concedido a cualquier otro socio». Ni Estados Unidos ha logrado tal generosidad del gobierno andino. Y, es más: la apertura es unilateral, es decir, Bolivia no tendrá que dar mayor acceso al vecino país. ¿Por qué tanto humanismo de la burguesía pinochetista, en este momento? Por dos razones: quiere entrar directamente al negocio del gas y quiere sacar a Bolivia de la integración energética, comercial y militar con Venezuela.
4. La penetración militar
4.1 «El bastión subversivo de Sudamérica»
El elemento clave de la política de Washington es el control del aparato policiaco-militar de la nación. A tal fin, trata de implementar una política de ruptura de las relaciones militares entre Venezuela y Bolivia. El imperio ha obtenido algunos éxitos, al desplazar paso a paso a las Fuerzas Armadas de Venezuela y sustituirlas por las Fuerzas Armadas de Pinochet y las de España. Todo este proceso está realizándose detrás de una campaña propagandística a nivel mundial.
La firma de un inocuo acuerdo logístico-militar defensivo entre Venezuela y Bolivia, el 26 de mayo del 2006 —cuya ratificación fue bloqueada posteriormente por el Senado boliviano, firmemente en manos de la derecha proimperialista— proporcionó el pretexto propagandístico para la estratagema de la ruptura. Haciendo uso de su cloaca periodística y política mundial, Washington instrumentó una campaña mediática y política poderosa que puso a Venezuela y Bolivia a la defensiva y amenaza la colaboración con las Fuerzas Armadas de Bolivia.
Carlos Alberto Montaner, uno de los plumíferos más tóxicos del imperio, escribió a mediados de octubre que «Hugo Chávez construirá 20 bases militares en Bolivia», que «quedarán bajo el control de militares venezolanos y cubanos» y que convertirán a Bolivia, «corazón de América Latina, en el bastión subversivo de Sudamérica. Caracas-La Habana, y ahora La Paz, son el nuevo Moscú, madre y padre del socialismo mundial. Y la tarea que se han asignado, comienza por la conquista revolucionaria de Sudamérica y la instalación en todas estas naciones de gobiernos afines que colaboren en la batalla final contra ´el imperialismo´.» Chávez está construyendo «el mayor Ejército de habla hispana, un millón doscientos mil hombres que tendrán a su disposición la más destructiva fuerza aérea de toda Sudamérica. Cuando ese aparato esté engrasado no vacilará en utilizarlo, como sucedió con las fuerzas armadas cubanas (en Angola-H.D.).»
Aquí, el propagandista del Pentagonismo deja claro el por qué de la epidemia de fraudes electorales en América Latina y, al mismo tiempo, deja claro que el modelo de enfrentamiento militar al gobierno venezolano es el de la Nicaragua sandinista: bloqueo de venta de armas desde el exterior, tal como Bush ha logrado con Francia, Brasil y España, y el uso inescrupuloso de la propaganda negra, como, por ejemplo, la supuesta importación de mil aviones de combate, traídos desde Corea del Norte para los Sandinistas.
4.2 La penetración de los militares pinochetistas
El 23 de septiembre, el ex comandante del Ejército, Marcelo Antezana, general en la reserva activa, declaró al diario La Prensa que las Fuerzas Armadas están molestas por las supuestas intenciones del Presidente de adscribirse al «eje Cuba-Venezuela», una «corriente internacional… integrada por los mulatos del Caribe».
Si a los altos mandos bolivianos no les gustan los mulatos, en cambio sí les caen bien los blancos pinochetistas del ejército asesino chileno. El 17 de agosto, el actual Comandante General del Ejército de Bolivia, Freddy Bersatti, acompañado por una delegación de altos oficiales, fue invitado por el ejército chileno, para recibir «la replica de la Espada de Bernardo O´Higgins, distinción entregada por el Ejército de Chile a visitas ilustres». «Junto con esta espada, reciba usted la oferta del Ejército de Chile de abrir sus escuelas al Ejército boliviano y a sus integrantes», dijo el Comandante en Jefe del Ejército de Chile, General Oscar Izurieta, «para que con su presencia en nuestros cursos contribuyan a dar certeza al fortalecimiento de la paz».
La nueva primavera entre los generales pinochetistas y los generales bolivianos se prolongó por una semana más en el país de O´Higgins. Para la cooperación militar con Venezuela, en cambio, no se encontró el tiempo necesario. Una misión militar de trabajo en Venezuela fue cancelada sin mayores explicaciones por los generales bolivianos, frustrados posiblemente por la imposibilidad venezolana de satisfacer gratuitamente utópicas y desmesuradas peticiones de material bélico e instructores.
Mientras tanto, el ministro de Defensa de Bolivia, Walker San Miguel, acordó con el embajador balcanizador Goldberg el desarrollo de la futura base antidrogas y el programa Nuevos Horizontes, que incluye la presencia de marines estadounidenses en varias poblaciones rurales de Bolivia. La base en Caranavi, ubicada a 250 kilómetros al norte de La Paz, es una población cabecera con conexión a la selva amazónica. Estados Unidos colaborará en la construcción de la base, que será dirigida por militares de ambos países. (¡!) Washington ya había participado en la construcción de una base antidrogas y una pista de aterrizaje en Chimoré, unos 550 kilómetros al este de La Paz. El programa Nuevos Horizontes es, según Goldberg, «para un ejercicio de nuestros militares en el campo humanitario (en el área rural) y para construir obras civiles y humanitarias». No involucrará «a más de 200 militares…estadounidenses».
El viernes, 3 de noviembre, Izurieta llegó a Santa Cruz, para reunirse con el comandante de la Octava División del Ejército boliviano, Ramiro Orellana. «Ésta es una visita (…) con agenda abierta, pero indudablemente estamos buscando hacer algunas cosas juntos a futuro, tal como lo están haciendo nuestros gobiernos y creo que vamos por buen camino», destacó el General.
El Comandante en Jefe del ejército boliviano, Freddy Bersatti, indicó que su similar chileno recibirá una réplica del sable de mando de las Fuerzas Armadas del país. Bersatti calificó la reunión y los gestos hacia su similar chileno como de «reciprocidad», y encaminados a «buscar confianza mutua entre ambos ejércitos».
En Santa Cruz y Cochabamba, el comandante chileno visita unidades militares y comparte experiencias con jefes castrenses bolivianos. «Para nosotros es una visita protocolar de acercamiento entre los pueblos», dijo el coronel boliviano, Franco. En La Paz, Izurieta se reunirá con el alto mando militar y con el ministro de Defensa, Walker San Miguel. También está previsto un viaje a Chile de San Miguel y en diciembre llegará a Bolivia la ministra chilena de Defensa, Vivianne Blanlot.
4.3 La penetración militar española
A finales de octubre, inicios de noviembre —el Ministro de Defensa Walker San Miguel, bajo el gobierno del neoliberal Gonzalo Sánchez de Lozada uno de los abogados privatizadores de las empresas estatales, como, por ejemplo, la Empresa Nacional de Ferrocarriles de Bolivia (ENFE) que se enajenó a favor de la anglo-chilena Empresa Ferroviaria Andina S.A.— informó que el Gobierno de España apoyará en la modernización de las Fuerzas Armadas bolivianas. A tal fin llegó a La Paz una delegación de diez jefes militares españoles con el propósito de cumplir una «extensa agenda de acercamiento con las autoridades bolivianas», entre ellas, el Alto Mando Militar del país andino.
Parte de los acuerdos que se firmaron abarcan la capacitación de «militares españoles en cursos de Alta Montaña, Buceo en Altura y formación en academias militares» de Bolivia, al igual que la cooperación en la fabricación de armamentos. Según el embajador español, Francisco Montalban, Bolivia es «un aliado estratégico de España y un país de ´máxima atención, de máximo interés y prioridad para su gobierno´».
España es, como recordamos, también el país, cuyas fuerzas armadas sostuvieran durante décadas la tiranía del General Franco, como las chilenas la dictadura de Pinochet, que participaron asesinando a la población de Irak en la invasión occidental, cuyo gobierno Aznar estuvo involucrado en el golpe militar contra Hugo Chávez y cuyo gobierno actual se ha negado a vender aviones a Venezuela, porque contienen algunos elementos técnicos de Estados Unidos.
Puede ser que el abogado y tecnócrata Ministro de Defensa, Walter San Miguel, no conozca estos «detalles» o que no le parezcan importantes. Más probable es, sin embargo, que esté cediendo a las presiones de los generales anti-mulatos y propinochetistas de sus Fuerzas Armadas. Si esto fuera así, la Revolución Boliviana de Evo Morales debería sustituirlo lo antes posible: en legítima defensa propia y por el bien de los pueblos de la Patria Grande.