PETER GRANDICH, TITULAR de la Carta Grandich, especializada en el mercado de metales, califica el abandono del dólar por China de «golpe mortal», mientras Mike Whitney (MW), de Information Clearing House («China coloca un collar de fuerza al dólar», 9/1/06), sopesa en forma dramática las consecuencias de la decisión china de diversificar sus reservas en […]
PETER GRANDICH, TITULAR de la Carta Grandich, especializada en el mercado de metales, califica el abandono del dólar por China de «golpe mortal», mientras Mike Whitney (MW), de Information Clearing House («China coloca un collar de fuerza al dólar», 9/1/06), sopesa en forma dramática las consecuencias de la decisión china de diversificar sus reservas en una canasta, que pueden tornarse un «Armagedón (sic) económico».
LAS RESERVAS FORANEAS de China alcanzaron a fin de año la asombrosa cifra de 800 mil millones de dólares: más que el PIB de México y casi 2.5 veces más que todas las reservas del moribundo FMI, lo cual exhibe el desequilibrio planetario en todo su resplandor. Pero no es lo mismo que Chile diversifique sus magras reservas de 15 mil millones de dólares, que no le quitan ningún pelo al felino dolarcéntrico, a que China amague solamente con hacer lo mismo.
SE ACENTUA ASI la «guerra financiera global» que no se atrevía a pronunciar abiertamente su nombre. Hace seis meses Bajo la Lupa (27/7/ 05) había adelantado el escenario presente: ¿Revaluación del yuan o sepultura del dólar? Se sabía que China más temprano que tarde iniciaría la diversificación de sus reservas que, en lugar de ganar, pierden debido a la gran proporción de devaluados dólares chatarra en su cartera.
TANTO LA PRIMERA reserva mundial, Japón, con alrededor de un millón de millones en reservas, como Sudcorea, con cerca de 210 mil millones de dólares (casi tres veces más que las del Banco de México, para que no presuma tanto Fox), habían advertido con bastante antelación su deseo de diversificar sus tenencias a otras divisas que por necesidad serían el euro, el yen y, en un futuro cercano, el yuan chino -no se diga el oro y la plata.
TAMPOCO HAY QUE perder de vista que el anuncio chino viene días después de que el unilateralismo bushiano, mediante el muy tóxico Robert Bruce Zoellick (el segundo de a bordo de la amazona Condy Rice, ex consejero de la mafiosa gasera texana Enron, y firmante del irredentista Nuevo Proyecto Estadunidense) puso en la lista negra de su alucinante boicot económico a empresas chinas que comercian con Irán.
DESDE QUE BABY Bush llegó al poder, señala MW, el oro pasó de un rango de 200 dólares a 540 la onza y refiere que el anuncio de la Reserva Federal -de ocultar la medición del M3 «con el fin de imprimir más billetes y así absorber las ondas de choque de la venta masiva de dólares sin que el público se entere»- contribuyó a la decisión de China, que también sufre fuertes embates de EU para revaluar al yuan.
«LA DECISION CHINA significa», a juicio de MW, «que entramos a un periodo de inestabilidad económica donde el futuro de EU se encuentra ampliamente en manos de sus acreedores. Ahora la política económica en China determinará las tasas de interés de las hipotecas en EU. Bienvenidos al nuevo orden mundial, camaradas.»
EL 6 DE JUNIO pasado la Administración del Estado de Divisas Foráneas de China (SAFE, por sus siglas en inglés) anunció la «reorganización la estructura de sus reservas» para apuntalar su «estrategia nacional». Ya el pasado septiembre, Zheng Xinli, economista de la Oficina de Investigación de Política Central, había aconsejado que China debería invertir sus reservas foráneas en «recursos energéticos de ultramar». Ni tarda ni perezosa, la petrolera china CNOOC (siglas en inglés), especializada en compras foráneas, adquirió 45 por ciento de las acciones de una empresa análoga de Nigeria por 2 mil 269 millones de dólares (Xinhua, 10/1/06), el mismo día de la visita del flamante presidente Evo Morales a China, la cual se apresta a realizar importantes inversiones en el sector energético de Bolivia que detenta las segundas reservas más importantes de gas en el continente americano.
CON CUATRO DIAS de retraso, The Washington Post (TWP), el rotativo del establishment, admitió, en referencia al anuncio de SAFE, que «China pierde confianza en el dólar» (9/1/06). Desde Shanghai, el reportero del TWP Peter S. Goodman (PSG) agregó: la «preocupación china de haber ligado sus ahorros tan estrechamente al dólar, divisa que muchos economistas consideran destinada a sucumbir», y que también cambiaría su política de comprar bonos del Tesoro. No lo dice PSG, pero, hasta octubre pasado, China y los inversionistas privados chinos poseían 247 mil 600 millones de dólares en bonos del Tesoro, la segunda tenencia también detrás de Japón, lo que no obsta para que exhiba su profunda preocupación: «aún un mínimo giro en la composición de las inversiones chinas en dólares (nota: reservas, bonos del Tesoro, bienes raíces, acciones, etcétera) podrían empujar el valor del billete verde hacia abajo». PSG cita a Shanghai Securities News, que divulga la intención de China de «cambiar sus ahorros al euro y al yen, o a la compra de materias primas como el petróleo (¡supersic!) como reserva energética estratégica». ¡Vámonos!
HAY QUE RECONOCER que son estratégicamente brillantes las autoridades chinas, a diferencia de los ultramontanos neoliberales mexicanos tan cacofónicamente infatuados en proporción a su obscena mediocridad. Ni los dos hombres más ricos de EU (y del mundo), Bill Gates y Warren Buffett, desde hace ya un buen año apuestan su fortuna al billete verde, como alucinan los alrededor de 350 dizque economistas parasitarios del Banco de «México» (sic) que «dirige» el grotesco fanático monetarista Ortiz Martínez, quien defiende a capa y espada al dólar, más que Alan Greenspan y Ben helicóptero Bernanke juntos.
PSG NO DICE nada sobre el oro que compran pletóricamente China, India, Japón, Rusia, Sudcorea, las petrocracias del Medio Oriente y hasta Australia, que rompió filas con la cohesión anglosajona de la decadente anglósfera. Si el Banco de México, en la etapa aciaga del cordobista Ortiz Martínez, y las autoridades hacendarias, en coordinación con el cada día más patéticamente fatal gobierno neoliberal foxiano, fueran inteligentes (lo cual sería demasiado pedir) y no se dejasen conducir por sus amos de la Reserva Federal, ya hubieran emitido abundantes monedas de plata (de la que México, pese a la neoliberal kakistocracia –el «gobierno de los peores»- sigue siendo el primer productor mundial), o su equivalente en una generosa emisión de platabonos, que seguramente los países asiáticos con excedentes de corcholatas llamadas dólares comprarían con singular alegría y agradecimiento.
A NADIE SE le escapa en China que la diversificación a otras divisas, al «oro negro», y al oro amarillo, hacen vulnerables las reservas colocadas en dólares. Yu Yongding, economista del Banco Central chino, citado por PSG, aduce que los «países con amplias reservas foráneas tendrán sus activos encogidos».
PSG SIGUE AFERRADO a su divisa natal y no comparte el tan dramático desenlace del fin de la «era del dólar», y quizá peque de excesiva ingenuidad: «Si China y Japón condujeran una caída significativa del dólar, también sufrirían las consecuencias: exportaciones abruptamente disminuidas conforme los estadunidenses pierdan su poder adquisitivo, además de una caída en el valor de sus activos en dólares». ¿Que querrá decir «caída significativa»?
EN UN ENFOQUE más académico, Martin Feldstein, profesor de economía de Harvard, fustiga la ligereza de la «prensa de negocios» y sus «analistas financieros» (nota: no son «analistas», sino vulgares propagandistas muy bien lubricados) y considera que el «valor real del dólar ponderado mercantilmente debe caer por lo menos (¡sic!) 30 por ciento para que su déficit comercial disminuya a un nivel más sostenible de 3 por ciento del PIB. (…) Puden ocurrir descensos más profundos. A la mitad de la década de 1980, déficit de cuenta corriente menores de 4 por ciento del PIB provocaron una caída de 40 por ciento» («La bonanza del tío Sam podría ser para nada lo que parece», The Financial Times, 9/1/06). ¿En cuánto se desplomará, entonces, el hilarante «superpeso» foxiano, con todo y su delirante blindaje, que ligó su suerte neoliberal al dolarcentrismo bushiano?
LOS DILECTOS Y AVISADOS lectores de Bajo la Lupa (muchos, inclusive, han hecho fortuna) no se sorprenderán de que, debido a la vulnerabilidad del dólar, la onza del oro haya superado los 550 dólares por primera vez desde hace un cuarto de siglo. ¡Provecho!