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China, dueña de las materias primas en el mundo

Fuentes: Deutsche Welle

El avance de China por garantizar su abastecimiento de materias primas en el mundo preocupa a Alemania. Mientras que la Unión Europea busca asegurar yacimientos en África, el gigante asiático se acerca a América Latina.

«Los  chinos se están convirtiendo cada vez más en los dueños de las materias primas en el mundo», dijo el director ejecutivo de la Federación Alemana de la Industria, Werner Schnappauf. Con el avance de China en la adquisición y abastecimiento de recursos, pero también ante una eventual escasez de materiales necesarios para diversos sectores de la economía alemana, parece peligrar en el futuro la sostenibilidad de la industria germana.

Sin muchas de las materias primas como magnesio, galio, indio, germanio, berilio, platino, entre otras, los productos alemanes de alta tecnología en los sectores automotriz, energía solar, logística, telecomunicaciones,técnica médica, aeornáutica y microelectrónica no podrían existir. Celulares, ordenadores, procesadores, baterías, celdas solares y autos eléctricos son apenas algunos de los artículos que son producidos con este tipo de materiales. Esto también le queda claro al ministro de Economía alemán, Rainer Brüderle, quien recientemente indicó que «se requiere materias primas para que en el futuro Alemania pueda convertir sus brillantes ideas en productos de primera calidad».

El país germano ya fue desplazado por China como primera economía exportadora del mundo. Además el avance en Latinoamérica y en otras partes del mundo del país chino ha dejado en claro que los movimientos, compras y alianzas cada vez abarcan más el sector de las materias primas como una de las prioridades para el gigante asiático.

América Latina abastece a China

Según estimaciones de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), a más tardar, en unos cinco años China desplazará a la Unión Europea como segundo socio comercial de América Latina. Del 7,6% del total de ventas de la región en 2009, pasará al 19,3% en 2020. Para algunos países, China ya ocupa un lugar preferente, como Chile, que destina el 13% de sus exportaciones al gigante asiático. Le siguen Perú (11%), Argentina (9%), Costa Rica (7%) y Brasil (7%).

La inversión china en Perú, por ejemplo, superó los 1.400 millones de dólares hasta abril de 2010. El país asiático es el primer comprador de cobre, hierro y plomo peruanos, y desde 2007 entraron empresas chinas del sector minero para desarrollar megaproyectos con una inversión de 4.000 millones de dólares, favorecidas por el tratado de libre comercio que existe entre ambas naciones.

La relación entre China y los países latinoamericanos se basa fundamentalmente en un intercambio de materias primas por manufacturas, un modelo que cambia la participación tradicional de la región en el mundo, por lo que ha generado ciertas preocupaciones en Estados Unidos y en la Unión Europea.

Unión Europea busca socios en África

La estrategia de la Unión Europea para asegurar el acceso a materias primas, también necesarias para la industria alemana, se basa en un acercamiento a los países africanos como el Congo. De acuerdo con informaciones del diario alemán Der Spiegel, Bruselas está apenas iniciando las negociaciones para lograr una asociación con la Unión Africana, para así garantizar el acceso a las minas y la exploración de recursos minerales de la zona, como magnesio, sales de potasio y fosfatos, así como también petróleo.

No obstante, en cuanto a la puesta en marcha de la estrategia de abastecimiento de materias primas, China le lleva la delantera a la Unión Europea. Según Der Spiegel, el país asiático ha establecido relaciones durante años con los países que extraen los codiciados materiales. En muchos lugares, empresas de la República Popular han obtenido ya los derechos de extracción de los minerales.

Para el encargado del tema de materias primas en la Federación Alemana de la Industria (BDI por sus siglas en alemán), Ulrich Grillo, la discusión debería ampliarse también a los metales básicos, como aluminio, zinc, cobre y estaño. «Somos tan dependientes del acceso a estos metales en el extranjero, que sin ellos sería impensable producir motores eléctricos, marcapasos en miniatura y centrales eólicas marítimas», dijo Grillo a Der Spiegel.