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China está salvando al capitalismo actual

Fuentes: Rebelión

  La motivación de esta nota surge de la fascinante lectura del documento «Estados Unidos y China: ¿Locomotoras en la recuperación y en las crisis cíclicas de la economía mundial?» [1] del economista Orlando Caputo Leiva. Escrito el año 2004, el documento impresiona por la confirmación a la que han sido sometidos sus planteamientos en […]

 

La motivación de esta nota surge de la fascinante lectura del documento «Estados Unidos y China: ¿Locomotoras en la recuperación y en las crisis cíclicas de la economía mundial?» [1] del economista Orlando Caputo Leiva. Escrito el año 2004, el documento impresiona por la confirmación a la que han sido sometidos sus planteamientos en los años que le siguen. Si bien es posible contrastar muchas de las tesis ahí enunciadas con la situación actual con igual éxito, preferí para esta nota abordar la tesis más general: en perspectiva histórica, el capitalismo depende más de China que China del capitalismo , actualizando algunos aspectos según datos del Fondo monetario Internacional, Banco Mundial y la Organización mundial de comercio, además de situar a China en la crisis económica actual.

 

El significado de China en la actual economía mundial está dado directamente por su sistemática y progresiva participación en la producción y el mercado mundial, y sólo indirectamente por su situación económica interna. Determinar el significado de China en la producción y el mercado mundial tiene que ver con constatar las tendencias de sus variables económicas más importantes, más que los números que anota en un determinado año. Se trata de establecer su crecimiento respecto a si misma, a las demás economías, al capitalismo en general y la función que desarrolla en la producción y reproducción del sistema capitalista en su conjunto.

 

La participación de China en el producto bruto mundial-en términos de paridad de poder adquisitivo-ha aumentado de un 3,4% en 1980 a un 15,4% en el 2005, en tanto EE. UU se mantuvo constante en un 21%. Específicamente, durante el 2004 China alcanzó un 13,2 % mientras que EE. UU en el mismo año anotó 20,9%, lo que significa que el producto de la economía China para ese año, equivale a un 63% del producto de EE. UU, lo que continúa aumentando al siguiente año según fuentes del Banco Mundial.

 

Por otra parte, la participación de China en las exportaciones mundiales, según cifras de la Organización mundial de Comercio, también ha experimentado un sostenido crecimiento. En el 2003 China alcanzaba un 2,5%, en tanto en el 2006 consiguió un 8,0% de participación, mientras EE.UU. descendía de un 12,6% en 1993 a un 8,6% en el año 2006.Si bien en términos absolutos la participación de EE. UU continúa siendo mayor, aunque por menos de un punto porcentual durante el año 2006, las tendencias en uno y otro caso son evidentemente esclarecedoras. Simultáneamente a lo anterior, las exportaciones Chinas se diversificaron constantemente y los siguen haciendo hoy, comprendiendo maquinarias, equipos, textiles, equipos de transporte, juguetes, pera, entre otros.

 

En tanto, la participación de China en las importaciones mundiales registró también una tendencia sostenida de crecimiento. Mientras en 1993 China anotó un 2,8%, trece años después anotaba un 6,4%. Durante el año 2003, cerca del 20% del incremento que registró EE. UU fue absorbido por China. Las elevadas importaciones Chinas han sido un factor importantísimo en la recuperación de Japón durante su salida de la crisis 1990-1992, en base fundamentalmente a maquinarias y equipos de alta tecnología, lo que evidencia la importancia creciente de la economía China en la recuperación de las crisis cíclicas.

 

Actualmente la composición de las importaciones Chinas están constituidas por componentes electrónicos de la región de Asia y bienes primarios del resto del mundo como el cobre, el cual constituyó cerca del 21,6% del consumo mundial el año 2005.Las importaciones Chinas han significado paulatinamente que este país se esté convirtiendo en un centro de reprocesamiento y manufacturación para reexportar. Por ejemplo, sus importaciones actuales de componentes electrónicos desde Asia están siendo utilizadas para las exportaciones de productos electrónicos hacia EE. UU, la Unión Europea y Japón, lo que nuevamente evidencia un rol preponderante en la lógica de producción y reproducción del sistema capitalista mundial.

 

China también ha conseguido convertirse, luego de años tras Japón, en el principal poseedor de reservas en divisas. El año 2007, según estadísticas del Fondo Monetario Internacional, China constaba con el 22,5% del total de ellas, superando a Japón que contaba con sólo el 15,2%, en tanto hoy la primacía de China continúa. China es también el principal comprador de bonos del tesoro estadounidense, lo que en otros términos significa que es China quien puede hacer entrar en cesación de pago de un plumazo a EE. UU.

 

Si se toman las estadísticas anteriormente señaladas y se pone atención en las tendencias que evidencian, podemos sostener que China no sólo comienza a alcanzar a EE. UU en las principales variables económicas, sino que en la mayoría presenta tendencias de crecimiento mayores que éste, o bien, mientras China mantiene tasas de crecimiento, EE. UU sostiene tasas de decrecimiento. Si Estados Unidos ha sido reconocido históricamente como la locomotora del sistema capitalista en su conjunto, y China representa sólo en el año 2004, cerca del 80% de las exportaciones de bienes de Estados Unidos y el 50% de las importaciones de bienes del mismo país, y si además se toman en cuenta las tendencias de las variables económicas de ambas economías, es evidente la función de locomotora que China esta ejerciendo actualmente en la economía mundial.

 

Es innegable que la etapa actual de globalización del sistema capitalista mundial se estructura en función de un desarrollo competitivo de las exportaciones e importaciones. Es precisamente a través de las exportaciones Chinas que se ha profundizado la sobre-producción de productos industriales generando una caída significativa de los precios de estos productos. Del mismo modo, China a través de sus importaciones ha convertido la sobre-producción de materias primas y energéticos en sub-producción de estos productos, generando incrementos significativos de los precios de los mismos. Esta situación ha producido, como es obvio, un desplazamiento de las inversiones hacia los sectores más rentables y una huída generalizada de los sectores menos rentables. La competitividad a la que ha sometido al mundo China, el aumento de los costos de las materias primas y energéticos afectando los márgenes de las ganancias de los capitalistas y la consiguiente quiebra de un gran número de ellos, a través de su poder de oferta y demanda es una evidencia más de su rol preponderante en la economía mundial.

 

En función de todo lo anterior, es perfectamente verosímil sostener que en perspectiva histórica el sistema capitalista está dependiendo fuertemente de China, y tal vez, más el capitalismo de China que China del capitalismo. Si se toman en cuenta las estadísticas enunciadas más arriba, las conclusiones que se derivan de ellas, además de la fuerte potencialidad de su mercado interno que permite a China readecuar en situaciones de crisis sus exportaciones hacia el consumo interno, esta aseveración adquiere más fuerza. No olvidemos que China ostenta más de cuatro veces la población de EE. UU.

 

Aún y cuando las tendencias de la economía China se hayan roto con el inicio de la crisis económica mundial que nos azota actualmente, el respaldo con el que cuenta China, en términos de ahorro y de posibilidad de re-adecuamiento de sus exportaciones hacia el mercado interno por sobre el resto de las economías, son y serán las herramientas con las que hace y hará posible una salida. China no sólo ostenta una situación objetiva de poder desencadenar crisis cíclicas, sino también contribuir a disminuir su profundización y conseguir su salida. Esta situación será una constante.

 

China ha ingresado a ser parte fundamental del engranaje del sistema capitalista mundial y por fuerza de las cosas hoy es condición de posibilidad del funcionamiento del mismo. De la salud de la economía China dependerá en gran parte la salud de la economía capitalista mundial, sino pregúntele al secretario del tesoro de Estados-Unidos.

 

* Gabriel Ríos Díaz es estudiante de Derecho de la Universidad de Chile y joven investigador asociado del CETES.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 



[1] El documento fue escrito en 2004 y se publicó en enero de 2005, por CLACSO en el libro: » La economía mundial y América Latina», compilado por Jaime Estay. CLACSO es el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales.