Según autoridades y analistas, el responsable de la Administración estatal de divisas de China (Safe, en sus siglas en inglés) sigue comprando cantidades ingentes de bonos del Gobierno de EEUU, a pesar de que en Beijing se habla cada vez más de un posible hundimiento del dólar.
Los mandatarios chinos, incluido el primer ministro, Wen Jiabao, han expresado en numerosas ocasiones su preocupación por que la política de EEUU pueda provocar un colapso de su moneda y la inflación a nivel global. No obstante, las autoridades occidentales destinadas en Beijing opinan que China es presa de una «acumulación de dólares» y no tiene muchas opciones que no sean continuar invirtiendo la mayor parte de sus crecientes reservas en el Tesoro de EEUU, que sigue siendo el único mercado lo suficientemente grande y líquido para soportar grandes compras.
Según datos preliminares aportados por EEUU, sólo en marzo, las inversiones directas de China en bonos del tesoro de EEUU aumentaron en 23.700 millones de dólares (16.900 millones de euros) hasta alcanzar el récord de 768.000 millones de dólares. Esta medida hace que China siga siendo el mayor acreedor del Gobierno estadounidense. Aunque la composición de las reservas de China es un secreto de estado, según datos del Tesoro estadounidense, se calcula que los activos en dólares llegan casi al 70% del total, estimado en 1,9 billones de dólares, y que China posee casi una cuarta parte de la deuda de EEUU controlada por países extranjeros.
El colapso de las entidades hipotecarias Fannie Mae and Freddie Mac el pasado verano obligó al Safe a ajustar su estrategia y comenzar a comprar bonos gubernamentales de EEUU a mucho más corto plazo. Esta medida está más extendida ahora en los mercados, ante las expectativas de que EEUU tenga que revisar al alza sus tipos de interés a medio plazo para combatir el aumento de la inflación provocado por la emisión de dinero.
No obstante, según declaró a Financial Times un experto occidental familiarizado con el Safe, el organismo no ha modificado su estrategia de colocar la mayor parte de sus divisas en bonos del Gobierno de EEUU. En su opinión, los miembros del Safe se muestran «reacios» a comprar libras esterlinas ante las perspectivas de devaluación de la moneda, aunque su posición con respecto al euro es neutra; más positivas son sus expectativas sobre el dólar australiano.La semana pasada, la libra consiguió su mejor valoración desde diciembre, lo que restaría importancia a la advertencia de la agencia de calificación Standard & Poor’s sobre el aumento de la deuda pública de Reino Unido.
Hace días, el dólar cayó al su nivel más bajo del año frente a las principales monedas extranjeras. La rentabilidad de los bonos alcanzó su nivel más alto de los últimos seis meses, después de que los inversores conocieran la disposición de los acreedores a financiar un déficit que se esperara alcanzara este año el 13% del PIB. La determinación de China a seguir comprando deuda del Gobierno de EEUU está ayudando a Washington a financiar su creciente déficit. Además, según declaró la semana pasada el jefe de presupuesto de la Administración Obama a un subcomité del Congreso, nada parece indicar que Beijing vaya a cambiar de estrategia.
Durante estos últimos años, a medida que sus reservas aumentaban, el Safe comenzó a intentar buscar alternativas al dólar, diversificando sus inversiones. Además de aumentar sus reservas de oro, ha ido comprando acciones en empresas cotizadas de todo el mundo. A largo plazo, Beijing espera reducir la cantidad de sus reservas, así como la exposición a bonos del Tesoro de EEUU, animando a las empresas estatales a utilizar divisas extranjeras para hacerse con el control de competidores en el extranjero.
Desde 2007, las inversiones directas de China en el exterior casi se han duplicado, hasta alcanzar los 52.200 millones de dólares el año pasado. Beijing anunció un plan la semana pasada para relajar las restricciones a las empresas del país, facilitando la compra venta de divisas para sus inversiones en el extranjero