Cientos de miles de personas han tomado las calles de al menos 80 ciudades brasileñas para seguir con una protesta que comenzó por el precio del transporte público y la organización de eventos deportivos, pero que ya se ha convertido en una gran queja social. En Brasilia, unas 20.000 personas -según datos policiales- han inundado […]
Cientos de miles de personas han tomado las calles de al menos 80 ciudades brasileñas para seguir con una protesta que comenzó por el precio del transporte público y la organización de eventos deportivos, pero que ya se ha convertido en una gran queja social.
En Brasilia, unas 20.000 personas -según datos policiales- han inundado el centro de la capital para marchar hacia el Congreso, que estaba fuertemente protegido por un total de 3.500 agentes y vacío, ya que se ha autorizado a los legisladores a no asistir a la sesión de la tarde.
La mayoría de los manifestantes se ha concentrado de forma pacífica frente a la explanada conocida como Espejo del Agua, pero un grupo ha intentado asaltar el Congreso. «Ocupa y resiste», han gritado, según la cadena O’Globo.
Al parecer, los manifestantes han hecho estallar sacos de pólvora cargados con canicas y han conseguido romper el cordón policial y uno de ellos ha logrado entrar en el Congreso, donde ha sido detenido. Los uniformados han lanzado gases lacrimógenos y han cargado contra la multitud para dispersarla.
También se han vivido enfrentamientos en el Palacio de Itamaray, sede del Ministerio de Exteriores. Un grupo de manifestantes ha conseguido llegar hasta allí, cambiando el recorrido de la marcha y dando lugar a una auténtica batalla campal.
En Río de Janeiro, unas 300.000 personas han marchado desde Cinelândia hasta el Ayuntamiento, en la mayor manifestación que se ha celebrado hasta ahora por la convocatoria de los ya bautizados como ‘indignados’ brasileños.
También ha habido choques en Belem, que ha conseguido reunir a 15.000 manifestantes.
En Sao Paulo, epicentro de las protestas, se han manifestado unas 30.000 personas, entre miembros de los movimientos sociales y de partidos políticos y sindicatos.
A lo largo del recorrido por la avenida Paulista se han producido choques entre los manifestantes anónimos y políticos y sindicalistas, que han sido recibidos a gritos de «corrupción» y «mensaleiros», en alusión al caso de compra de votos por parte del oficialismo en el Congreso.