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Colin Powell, el sionismo y las ONG´s en la XXXIV Asamblea General de la OEA

Fuentes: Rebelión

«Fue un placer encontrarse con Usted, Dian Kohn de Transparencia Internacional (TI) de Estados Unidos y el Dr. Jaime Barberis, representante alterno de Ecuador ante la Organización de los Estados Americanos (OEA), en representación del Embajador Fabián Valdivieso de la Embajada ecuatoriana, esta mañana.» «Mis colegas Steve Hendrix, Maria Barron y Any Rajaraman de la […]

«Fue un placer encontrarse con Usted, Dian Kohn de Transparencia Internacional (TI) de Estados Unidos y el Dr. Jaime Barberis, representante alterno de Ecuador ante la Organización de los Estados Americanos (OEA), en representación del Embajador Fabián Valdivieso de la Embajada ecuatoriana, esta mañana.»

«Mis colegas Steve Hendrix, Maria Barron y Any Rajaraman de la Oficina para América Latina y el Caribe de la Agencia Internacional para el Desarrollo Internacional (USAID), y yo, estuvimos muy interesados en su información sobre los planes para la próxima Asamblea General de la OEA y las oportunidades de participación para la sociedad civil.»

«Le deseamos la mejor de las suertes con este ambicioso plan y gracias por su visita», terminó Jerry O´Brien, de la Oficina de Democracia y Gobierno de la USAID la carta, enviada desde Washington, D.C., el 4 de marzo del presente, a Valeria Merino Dirani, Directora Ejecutiva de la Corporación Latinoamericana para el Desarrollo (CLD), Capítulo Ecuador de Transparencia Internacional (TI).

El 25 de marzo, una nueva comunicación fue dirigida a Valeria Merino Dirani. Esta vez desde el Departamento de Estado, en Washington, y firmada por Stephen M. Liston, Vice Coordinador Nacional para la Cumbre de la OEA.

En este oficio, Liston expresa su placer por la reunión tenida con Valeria Merino, José Miguel Vasconez y el Embajador Fabián Valdivieso, el 5 de marzo, para «discutir la participación de la sociedad civil y las preparaciones para la Asamblea General de la OEA en junio» y reafirma, «como discutimos, el interés que los Estados Unidos comparten con Ecuador en estimular la participación y la influencia de la sociedad civil. Esperamos poder ayudar a las ONG´s para que atiendan el Foro Hemisférico que Usted y el gobierno ecuatoriano planean realizar en Quito a finales de abril con el fin de facilitar su incidencia sobre la Asamblea General.» «Me volveré a comunicar lo antes posible con Usted y el gobierno ecuatoriano para avisarles sobre nuestra capacidad de contribuir a esos esfuerzos», terminó el funcionario del Departamento de Estado.

El gobierno de Lucio Gutiérrez, a su vez, con el objeto de «preparar el Diálogo Informal y los Foros Nacional y Hemisférico, y de asegurar que se establezcan los mecanismos para una amplia, representativa y proactiva participación de las Organizaciones de la Sociedad Civil (OSCs) del Ecuador y del hemisferio», constituyó el Comité de Gestión de la Sociedad Civil, integrado por Cornelio Marchán y su representante María Paula Romo, de la Fundación Esquel, Adrián Bonilla de la Facultad Latinoamericana para las Ciencias Sociales (FLACSO) y Valeria Merino Dirani de CLD/TI.

El gobierno designó a Bonilla también como Secretario Ejecutivo del organismo, a cargo de la coordinación general de las actividades, y a la Corporación Latinoamericana para el Desarrollo (CLD/TI), capítulo ecuatoriano de Transparencia Internacional (TI), como Secretaría Técnica para la Participación de la Sociedad Civil Hemisférica.

De esta manera, entre la «Secretaria de Cumbres» de las Américas del Departamento de Estado en Washington, y el Comité de Gestión y las Secretarias Ejecutiva y Técnica nombradas por el gobierno de Lucio Gutiérrez, se establecieron «los mecanismos para una amplia, representativa y proactiva participación de las Organizaciones de la Sociedad Civil (OSCs) del Ecuador y del hemisferio».

Sin duda, mecanismos a la altura de un Secretario de Estado como Colin Powell, quien mintió a las Naciones Unidas sobre la supuesta existencia de armas nucleares en manos de Saddam Hussein y de laboratorios móviles para la fabricación de armas biológicas, y de un gobierno como el de Gutiérrez que goza de una popularidad del cinco por ciento en la población ecuatoriana.

Considerando que el noble objetivo de Powell, Gutiérrez y demás organizadores de la Asamblea de la OEA, de oxigenar al esclerótico aparato burocrático de la OEA con una buena dosis de participación civil, debía ser respondido por un esfuerzo mayor de la sociedad civil, la Secretaria Técnica, dirigida por la Corporación Latinoamericana para el Desarrollo (CLD), presentó una propuesta austera de financiamiento: nada más pidió 339,774 dólares para el proyecto de cuatro meses.

El coordinador de la Secretaría Técnica cobraría 1,800 dólares al mes, es decir, $ 7,200. La telefonía celular sería de $ 3,200 y la normal de $ 4,000. El Foro Nacional de la Sociedad, a realizarse los días 26 y 27 de abril en el Hotel Hilton, costaría $ 7,128. El Foro Hemisférico de la Sociedad Civil, del 2 al 6 de mayo costaría $ 162,069, más los talleres. A los conferencistas estelares de los talleres se pagaría la modesta suma de $ 1,500 por concepto de «honorarios profesionales».

Para el Diálogo Informal con la sociedad civil, a realizarse del 5 al 9 de junio, se gastarían tan solo en boletos aéreos más de $ 30,000 dólares. La cena de bienvenida para los «participantes y expertos» refleja también el espíritu de ahorro y transparencia internacional, que caracteriza toda la organización del evento: unos magros $ 2,400 para agasajar a los democratizadores y los luchadores contra la corrupción en el hemisferio.

De los $ 339,774 del Presupuesto Tentativo sobre la Participación de la Sociedad Civil en la XXXIV Asamblea de la OEA, se preveía, que Washington pagará alrededor del 32 %; la Fundación alemana Konrad Adenauer (KAS) el 8 %; el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) el 20 %; la OEA el 8 % y el gobierno ecuatoriano alrededor del 22 %.

Vale la pena mirar más de cerca a algunos de los protagonistas del Foro Hemisférico de la Sociedad Civil. La CLD fue una de las primeras organizaciones latinoamericanas que se unieron a la organización transnacional alemana, Transparencia Internacional (TI). Creada en 1990, esta define su misión en fortalecer la democracia a través de distintas áreas de acción, «tales como la administración de justicia y el desarrollo sustentable».

Su directora ejecutiva, Valeria Merino Dirani, fue descubierta en la Primera Reunión General Anual de TI en Quito, en 1994, auspiciada por el vicepresidente ecuatoriano Alberto Dahik. Dahik era también el Presidente del Consejo de Asesores de TI, hasta que en 1995 tuvo que refugiarse en Costa Rica para salvarse de una orden de aprehensión girada en su contra por supuesta «malversación de fondos».

Transparencia Internacional (TI), a su vez, es la «única ONG internacional dedicada a combatir la corrupción», uniendo con tal fin a «la sociedad civil, las empresas y los gobiernos en una poderosa coalición», como rezan sus voceros. Fundada en 1993 por el ex funcionario del Banco Mundial y Presidente del Consejo de Directores, Peter Eigen, TI cuenta hoy con alrededor de 85 secciones nacionales alrededor del mundo que aplican el Sistema de Integridad Nacional (National Integrity System) y el Índice de Percepción de la Corrupción (Corruption Perceptions Index) a la evaluación de sus países.

En su origen, el financiamiento de la Fundación Ford fue clave para TI. Hoy cuenta con el apoyo financiero de poderosos Estados capitalistas, sectores del Estado global y de las grandes corporaciones transnacionales. Entre ellos, los gigantes IBM, DaimlerChrysler, Lufthansa, Siemens, Enron Corporation, General Electric, Exxon, General Motors, Texaco, Rockwell, Rio Tinto plc, Renault, Vivendi, Petrofina, USAID y el Banco Mundial.

En América Latina, las organizaciones que forman TI-LAC, se encuentran en catorce países, entre ellos Argentina, Brasil, Perú, Uruguay y Venezuela (Mirador Democrático). Las organizaciones afiliadas a TILAC «están comprometidas profundamente con la lucha contra la corrupción, y su trabajo muestra que es posible avanzar en la superación del problema».

La Fundación demócrata-cristiana alemana, Konrad Adenauer, a su vez, opera en 120 países y cuenta con un presupuesto anual de alrededor de cien millones de Euros, proporcionado por el gobierno federal. No es una fundación privada, sino un órgano paraestatal que divulga una ideología neoliberal y el catolicismo de derecha en el mundo entero.

Venezuela es uno de los campos de acción de los valores cristianos, donde trata de unificar a sus correligionarios de centroderecha contra el gobierno bolivariano. Según la página web «Venezuela» de la KAS, existe una «grave crisis de los partidos en el país que hace que la sociedad civil ejerza amplias funciones de oposición y de control político». En este sentido, la Fundación… trabaja estrechamente con grupos de la sociedad civil que están dispuestos a defender a la democracia y ejercer una función de contrapeso y de control».

La organización estadounidense USAID, de la cual los representantes de la «sociedad civil» esperan el pago del 18 % de los gastos totales, es un instrumento de la política exterior imperial, creada por el Presidente John F. Kennedy en 1961, a raíz de la Revolución Cubana. Basada en la ideología desarrollista de W. Rostow (Stages of Economic Growth), ha pretendido impedir una repetición de la Revolución Cubana en América Latina («the advance of totalitarism»), y de hecho, en el Tercer Mundo en general. El proyecto «Sí se Puede» es definido como un «programa sin fines de lucro».

En los encuentros preparativos de esa organizaciones de la «sociedad civil» para la Asamblea General participaron personajes interesantes. Por ejemplo, en el Grupo de Trabajo No. 1, «Promoción y Defensa de la Democracia», del Foro Hemisférico, que se realizó en el Hotel Hilton Colón en Quito los días 26 y 27 de abril, estuvo Eduardo Kohn.

Kohn es el director para América Latina de la organización sionista B´nai B´rith Internacional (BBI) que abarca muchos países latinoamericanos en «cinco distritos». BBI tiene considerable influencia en varios Estados latinoamericanos, por ejemplo en Uruguay, con el Presidente Jorge Batlle, o en Paraguay con la Ministra de Relaciones Exteriores, Leila Rachid, quien expresó según Kohn, después de un encuentro con BBI en la Cumbre de Monterrey, que ella «entiende que las planeadas resoluciones contra Israel en las Naciones Unidas (por el terrorismo contra los palestinos) eran contrarias al buen y natural trabajo de la Comisión de Derechos Humanos».

César Gaviria, el Secretario General de la OEA también disfruta de buenas relaciones con la organización. En una reciente visita a sus oficinas en Montevideo, Gaviria reafirmó que «Desde el 11 de septiembre, 2001, la seguridad se ha convertido en un asunto importante en nuestra agenda. Nosotros reconocemos que no tenemos diferencias con Estados Unidos: ni en las tareas democráticas, ni en las políticas o económicas».

Y, refiriéndose a la «Carta Democrática», ratificada por la OEA en Lima el 11 de septiembre del 2001, dijo ominosamente que «la democracia necesita nuevas herramientas y reglas».

A lo que alude Gaviria con esa formulación se hace evidente en las «Recomendaciones» del Grupo de Trabajo No. 1, «Promoción y Defensa de la Democracia», del Foro Hemisférico, realizado en el Hilton Colón en Quito los días 26 y 27 de abril, como sesión preparativa para el Diálogo Informal con los Jefes de Estado de la OEA.

Conducido por el profesor Bruce Bagley, de la Universidad de Miami, y el facilitador José Antonio Villena, CLD/TDI, las recomendaciones son las siguientes.

Crear indicadores de «buen gobierno» y definir los criterios que permitan una aplicación eficiente de la Carta Democrática.

Elaborar e implementar mecanismos de seguimiento en la OEA a través de:

– Informes anuales sobre índices de democracia en base a los cuales se lleve a cabo un proceso de certificación de los países;

– Enviar misiones periódicas de observación;

– Recibir y considerar informes periódicos de la ciudadanía de los países miembros.

Crear un grupo de trabajo permanente con participación de la Sociedad Civil que defina indicadores y mecanismos de aplicación de la Carta Democrática.

Impulsar acciones de difusión de la Carta Democrática, a través de la Oficina Permanente de la OEA de cada país…

Impulsar un debate al interior de la OEA para la inclusión de indicadores de participación ciudadana y garantía de las dimensiones fundamentales para el fortalecimiento de la democracia.

Impulsar acciones para fortalecer el sistema de partidos políticos en los países miembros.

Democratizar el proceso de participación de la sociedad civil en las Asambleas Generales y las Cumbres.

Más transparente ni Transparencia Internacional. Las ONG´s que preparan la «Participación de la Sociedad Civil en la XXXIV Asamblea General de la OEA, están cumpliendo la tarea que Gaviria y el sustituto de Otto Reich, Roger Noriega, han definido para Quito: aplicarle la Carta Democrática a Venezuela, para avanzar su proceso de destrucción imperialista.

Lo único que no se entiende es que pidieron tan poco dinero. ¡Señores!, tienen que aprender de Ahmed Chalabi y Hamid Karzai. El servicio que ofrecen vale mucho más que unos magros 339,000 dólares.

De hecho, se embarcaron en una estrategia suicida. Porque Washington entiende muy bien que no se respete a la democracia, pero no va a tolerar que no respeten al mercado. Cambien el rumbo, sean flexibles, como el Presidente del Ecuador. El golpe de Estado planeado para el domingo pasado, ha dado lugar a una tregua.

Todos los involucrados en la crisis nacional han decidido no usar el recurso de las operaciones de fuerza mientras no haya pasado la magna Asamblea General. Es decir, la derecha no destituirá a Gutiérrez por mayoría parlamentaria; Gutiérrez ha decidido no dar el golpe; las Fuerzas Armadas están deliberando y el movimiento indígena se encuentra bajo la doble amenaza de la represión y de la cooptación estatal.

Sin duda, será una de las Asambleas Generales más excitantes en la historia del Departamento Colonial de Estados Unidos.