Comentarios al libro Karl Marx: el hombre, el teórico el revolucionario (I)

Sobre el artículo: Marx, el hombre, el revolucionario y el teórico

Para iniciar comentando el texto referido. Existen muchos intentos de mostrar de cuerpo completo a Marx y a su obra teórica y práctica. Todos ellos son esfuerzos titánicos. La incansable labor militante y revolucionaria de Marx y su colosal obra teórica, no hace de esta empresa algo sencillo. Aquí radica la importancia del texto de Sergio Pérez Cortés. Ya que intenta exponer con rigor y de forma contextual la vida y la obra de Marx, y con ello, supera una limitación que se presenta cuando autores buscan redactar una biografía del autor de El Capital.ⁱ

Esto se logra, según mi lectura, porque Pérez Cortés escoge como hilo conductor de su exposición, la lucha y convicciones políticas de Marx. Si “Marx dedicó su vida a la revolución social”. como el autor señala, ⁱⁱ es la militancia revolucionaria lo que explica su vida y su obra teórica: sus cuatro exiliosⁱⁱⁱ; sus debates teóricos con diferentes expresiones políticas tanto reaccionarias como socialistas; su labor como organizador, propagandista y educador del proletariado; las penumbras y miserias familiares que lo llevaron a 14 años de indigencia^iv; los dolores de las pérdidas personales que, como cuenta el artículo, “le trastornaban el corazón y le quebraban el espíritu” pero nunca declinaban su capacidad intelectual^v; los cientos de horas de lectura en el Museo Británico; el odio que generaba en las autoridades y enemigos de clase que lo nombraron como el doctor del terror rojo. Todo ello, me parece, se explican y embonan congruentemente, si se parte de las convicciones políticas y revolucionarias de Marx.

La tesis de que la labor revolucionaria debería ser el punto departida correcto para analizar la obra de Marx, aunque no es la única perspectiva que existe entre los marxologos, es una posición que implica superar lecturas superficiales a las que están acostumbrados algunos biógrafos^vi.

Mostrar a Marx como un revolucionario preocupado por la teoría de la acción política es cardinal para comprender, lo que Pérez Cortés muestra, que la obra teórica de Marx se explica por su materialismo militante, por su preocupación de captar la realidad, lo concreto, para transformarla; para hacer de la acción algo eficaz por medio de la teoría. Cada discusión, polémica y debate, libro y texto, no aborda un problema solo teórico, que se resuelva con especulaciones filosóficas, sino que representa un problema táctico y estratégico de la lucha política. Por ejemplo:

• Si Marx es un demócrata radical que deviene en socialista, es porque en sus discusiones con A. Ruge y los jóvenes hegelianos descubre las limitaciones de la democracia liberal y el republicanismo.

• Si es un socialista que deviene en comunista es porque después de sus discusiones con Weitling y Prudhon, y de conocer a los revolucionarios franceses como E. Cabet, L. Blanc, L. Blanqui, se da cuenta que el cooperativismo, las conjuras golpistas y la estrategia de la insurrección son ineficaces para transformar la realidad burguesa.

• El esfuerzo por demostrar la errada acción política de los socialistas utópicos y los jóvenes hegelianos, llevó a Marx a unir “el radicalismo filosófico alemán con el radicalismo político francés,”^vii sintetizando el materialismo y la dialéctica alemana, con el utopismo francés y la economía política, lo cual no solo le permite construir una nueva concepción del mundo, sino trazar los fundamentos de una estrategia política revolucionaria que, por su agudeza y profundidad, marcó todo el siglo XX, al inspirar la mayoría de las revoluciones de ese siglo.

• Si Marx era un materialista revolucionario y no un utopista idealista, era porque “rechazaba construir una doctrina de lo que debía ser, y optaba por examinar lo que estaba latente en el proceso social.”^viii

• Por ello, Marx pasó de la crítica de la filosofía a la crítica de la política por medio de la economía política^ix, y con ello, a criticar las formas de conciencia por medio de examinar las relaciones sociales de producción.

• Marx aceptó “la necesidad de una revolución burguesa al reconocer la debilidad del proletariado”^x aunque después reconoció que la burguesía es liberal en economía y conservadora en política.^xi

• La distinción que hace Marx entre revolución social y revolución política es para exponer que el derrocamiento de un antiguo poder Estatal y la superación de la vieja sociedad, y por tanto del triunfo de la revolución, requiere de una fuerza material^xii y por tanto de un sujeto histórico que encarne esta fuerza de la historia.

• Las reivindicaciones del internacionalismo proletario y la autonomía obrera expuesta en el manifiesto comunista, incluso la redacción del capital, que tiene por objeto “basar la acción política del proletariado en una concepción científica, y no en reclamos morales ni visiones de iluminados”^xiii implicaba conocer las leyes del desarrollo de la sociedad burguesa para hacer eficaz la acción política por medio de la teoría.

• Como dice el autor, la obra teórica de Marx es un arma para el combate. Y por eso, el autor de El Capital, escribió a Joan Phlipp Becker el 17 de abril de 1867, cuatro días después de dejar el manuscrito en la imprenta, que El capital “es seguramente el misil más poderoso que se haya lanzado jamás a la cabeza de los burgueses (incluidos los propietarios de la tierra)”^xiv

De esta forma, si el marxismo es expresión de una revolución científica^xv es porque estuvo motivada en la convicción irrestricta de hacer la revolución, por medio de captar el desenvolvimiento general de la sociedad para su transformación.

Notas:

i Heinrich, Michael (2020) Karl Marx y el nacimiento de la sociedad moderna. Biografía y desarrollo de su obra. Volumen 1: 1818-1841. Akal. España.

iiPérez Cortés (2021) Marx, el hombre, el revolucionario y el teórico. Una semblanza, en Karl Marx: el hombre, el revolucionario, y el teórico. UAM-ANTHROPOS. México.

iiiIbid., pág. 33

ivIbid., pág. 41

vIbid., pág. 41

viHeinrich, Michael (2020), pag. 27.

viiPérez Cortés. Ibid.

viii Ibid., pág. 44

ix Ibid., pág. 25

x Ibid., pág. 35

xi Ibid., pág. 31

xii Ibid., pág. 31

xiii Ibid., pág. 47

xiv Ibid., pág. 82

xv Ibid., pág. 82

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