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Petrocaribe

Comercio y negocios sin guerras de rapiñas

Fuentes: Rebelión

La celebración del VII Consejo Ministerial de PETROCARIBE reafirmó la importancia de este organismo para el desarrollo de los países miembros mediante el comercio y los intercambios justos, en contraposición con las guerras de rapiña lanzadas por naciones poderosas en varias partes del orbe. Con toda razón, Rafael Ramírez, presidente de Petróleos de Venezuela S.A. […]

La celebración del VII Consejo Ministerial de PETROCARIBE reafirmó la importancia de este organismo para el desarrollo de los países miembros mediante el comercio y los intercambios justos, en contraposición con las guerras de rapiña lanzadas por naciones poderosas en varias partes del orbe.

Con toda razón, Rafael Ramírez, presidente de Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA), puntualizó que tanto PETROCARIBE como la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) «prefiguran un espacio geopolítico de nuestra región que ha contribuido de manera definitiva y sustancial a la superación de los problemas que nos son comunes a los países del Sur».

El presidente nicaragüense Daniel Ortega, presente en la clausura del evento que sesionó durante los días 25 y 26 últimos en Managua, significó que «el convenio promueve el desarrollo en infraestructura de los Estados miembros e importantes programas sociales, todo lo cual apunta al fortalecimiento en la lucha por la independencia y por la soberanía de nuestros pueblos».

Y en realidad, PETROCARIBE ha sido la forma de dotar por primera vez en la historia, a América Latina y el Caribe, de capacidades propias para enfrentar las acciones de las transnacionales en cuanto a producción y comercio del petróleo.

Esa opción de seguridad energética también les facilita mejorar, de cierta forma, los abusos del mercado internacional, que elevan indiscriminadamente el acceso a la energía, a los alimentos y al capital financiero.

Surgido en junio de 2005 por iniciativa del presidente bolivariano Hugo Chávez, el bloque lo integran, Antigua y Barbuda, Belice, Cuba, Dominica, Granada, Guatemala, Guyana, Haití, Jamaica, Nicaragua, República Dominicana, San Cristóbal y Nieves, San Vicente y las Granadinas, Surinam y Venezuela.

La República Bolivariana proporciona a sus miembros crudos y derivados a precios preferenciales, con facilidades de pago e intercambio comercial justo. Igualmente, la mencionada institución facilita créditos y tecnología para desarrollar refinerías en varios países que los hacen más independientes en la obtención de derivados.

Esas naciones reciben petróleo venezolano con un financiamiento que llega a 40 % cuando el precio del petróleo supera los 50 dólares; a 50 % si sobrepasa los 80 dólares y a 60 % al situarse, como en la actualidad, en más de 100 dólares. El plazo de financiamiento es de 25 años y la tasa de interés, solo 1 %.

Datos oficiales señalan que, desde su creación, la región aumentó sus capacidades de refinación, almacenamiento de hidrocarburos y generación eléctrica con inversiones ascendentes a 810 millones de dólares.

Si en 2005 Venezuela suministraba 42 000 barriles diarios de petróleo, como promedio, a los integrantes del bloque, este año la cifra alcanzó 98 000.

¿Qué hubiera sido de esos países con la crisis económica mundial y los precios del crudo rondando y sobrepasando, en los últimos años, los 100 dólares el barril?

El intercambio comercial desde su fundación hasta septiembre último, fue de 14 955 millones de dólares, con facilidades de pago únicas, lo que ha permitido a los países beneficiados resolver 45 % de sus necesidades.

Además, 5 826 de esos millones fueron financiados, lo que protegía a esos países de la situación de inestabilidad y volatilidad del mercado mundial.

Asimismo, ya están en marcha otros ocho proyectos de infraestructura energética con una inversión cercana a los 16 690 millones de dólares.

Ramírez, también ministro venezolano del Poder Popular para la Energía y Petróleo, informó que hay 97 planes de alto impacto social a partir de los fondos proporcionados por ALBA-Caribe y ALBA-Alimentos, con inversiones de 230 millones de dólares en beneficio directo de la población.

Las reuniones de PETROCARIBE, al igual que las del ALBA, se han caracterizado por llevar a la práctica nuevos programas y a la vez, verificarlos en el terreno, muy diferente a proyectos de otras instituciones que se quedan solo en el papel.

En la medida en que pasan los años, este organismo de colaboración solidaria, ensancha su accionar en beneficio del desarrollo de sus pueblos.

Un ejemplo fehaciente en ese derrotero fue que en su VII Consejo Ministerial se les entregó a los jefes de delegaciones asistentes, un proyecto de cuotas de urea perlada que Venezuela suministrará próximamente para incrementar el desarrollo alimentario.

Ese es un fertilizante de origen petroquímico utilizado en la producción agrícola, y según el ministro Ramírez, ya se han dispuesto 100 000 toneladas métricas para ese fin.

Tal decisión marcha acorde con los llamados de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) en torno a la necesidad de que los países aumenten sus producciones agropecuarias en aras de disminuir los graves efectos que provocan en la población los altos precios en los mercados internacionales.

Con razón el presidente Daniel Ortega, en la clausura del evento, definió que PETROCARIBE es un proyecto revolucionario de hermandad y justicia, encaminado a llevar bienestar a todos los pueblos de la región.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.