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¿Cómo cambia el neoliberalismo nuestra subjetividad?

Fuentes: La Vanguardia

La sociedad actual impone en todos los aspectos del vivir las leyes de la competencia y la exigencia de rendimiento

¿Cómo cambia el neoliberalismo nuestra subjetividad?

 

Freud planteó la estrecha articulación entre -tal como él lo dijo- la psicología individual y la colectiva. Es más, llegó a decir provocativamente que no hay diferencia entre la una y la otra, porque el ser humano lleva en sí la dimensión de lo social, es inconcebible sin la alteridad y el vínculo. La pregunta sobre cómo afectan al individuo ciertas corrientes en las que está inmerso en la época en la que vive está siempre abierta para nosotros. Se ha planteado a veces en una perspectiva histórica, por ejemplo en lo que se llamó historia de las mentalidades, o bien en una perspectiva de actualidad. Y, de hecho, las importantes transformaciones del mundo a las que asistimos nos obligan a hacer este ejercicio con mayor urgencia. Esto no desmiente la absoluta singularidad de cada persona, que es al fin y al cabo lo que más nos importa. Pero para entender lo que nos dicen las personas que se dirigen a nosotros, para captar lo más propio de cada uno, necesitamos conocer, por así decir, la lengua de la época en la que nos hablan. Y no sólo la lengua, como marco simbólico que, además de los modos de decir, constituye el marco simbólico en el que el sujeto se conforma y se orienta, se identifica y se sitúa respecto a los demás. También es preciso conocer algunos funcionamientos de los que es imposible aislarse y que por tanto se imponen, como por ejemplo en lo concerniente la relación con el cuerpo y a los modos de satisfacción permitidos o excluidos, además de los fomentados e incluso impuestos.

Una sociedad como la actual, profundamente estructurada por un mercado generalizado que convierte en mercancía todo lo que toca, que impone en todos los aspectos del vivir las leyes de la competencia y la exigencia de rendimiento, ¿cómo influye en los modos de vida, cómo se inmiscuye en zonas de la intimidad que antes parecían libres de esta clase de influencia? Incluso, ¿cómo perturba lo que Laval llamó la «juntura delicada del sentimiento de la vida»?

En este sentido, una conversación entre sociólogos, filósofos y psicoanalistas tiene todo su interés. Más aún cuando algunos de ellos, como Pierre Dardot y Christian Laval, plantean que uno de los elementos fundamentales de lo que se ha venido en llamar «neoliberalismo» consiste precisamente en una modificación de la subjetividad. Llegando a decir que lo esencial de ese modo de producción es la producción de un sujeto. Esto es lo que justifica el título de un libro, El ser neoliberal (Gedisa), recientemente publicado, que da cuenta de un intercambio acerca de las transformaciones contemporáneas de la experiencia de la subjetividad, que es tanto como decir de la vida del ser de palabra que es el hombre. Este intercambio resulta tanto más fácil por el hecho de que, a lo largo de su obra, Dardot y Laval han recurrido en más de una ocasión al psicoanálisis – particularmente a Lacan – para explicar los mecanismos en juego y los efectos sintomáticos de una concepción del mundo y un modo de funcionamiento cuya eficacia se explica, precisamente, por el modo en que se inmiscuye en y hace uso de los modos de funcionamiento de lo que Freud llamó la pulsión. Así, allí donde autores como Negri y Hardt hablaban de «capitalismo cognitivo», ellos hablarían más bien de un «capitalismo pulsional». Que es un modo de decir que el discurso capitalista sabe explotar la profunda insatisfacción que habita al ser de palabra y los mecanismos adictivos con los que, tratando de colmar ese vacío, acaba haciéndolo cada vez más profundo.

En suma, tomando una expresión planteada hace años por Jacques-Alain Miller, se trataría de pensar las consecuencias de un modo de vida en el que el «plus de gozar» – término que evoca la plusvalía de Marx – está en el «lugar de mando».

Enric Berenguer. Psicoanalista. Autor de «¿Cómo se construye un caso?»

Fuente: https://www.lavanguardia.com/vida/20181207/453401033995/neoliberalismo-subjetividad-competencia-mercado.html