Hace un año, cuando su cotización no llegaba a los 50 Bs/$, el Gobierno venezolano prometió «pulverizar el dólar paralelo». Pero éste ya perforó el umbral de los 100 Bs/$ y la brecha con la tasa Cencoex atiza una demanda artificial. Tanto las empresas que necesitan divisas para importar insumos o bienes para la venta, […]
Hace un año, cuando su cotización no llegaba a los 50 Bs/$, el Gobierno venezolano prometió «pulverizar el dólar paralelo». Pero éste ya perforó el umbral de los 100 Bs/$ y la brecha con la tasa Cencoex atiza una demanda artificial. Tanto las empresas que necesitan divisas para importar insumos o bienes para la venta, como las personas que requieren viajar, estudiar afuera o proteger sus ahorros, demandan divisas y también presionan el paralelo. Y aunque la tasa Cencoex rige para la importación de la mayor cantidad de bienes esenciales, el paralelo es el que se usa como referencia para el cálculo de los precios de venta al consumidor.
En Venezuela, 96% del ingreso en divisas entra por petróleo. El estancamiento de la producción y la caída de los precios amenazan la gobernabilidad económica. ¿Es posible evitar una devaluación en la antesala de un año electoral?. Veamos.
Las distorsiones cambiarias
El régimen de cambios múltiples en el que coexiste la tasa CENCOEX de 6.30 Bs/$, con las tasas de SICAD I = 12 Bs/$ y SICAD II = 50 Bs/$, además de la cotización en el mercado paralelo que rompió la barrera psicológica de los 100 Bs/$, ha generado al menos diez tipos de problemas:
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Desmantelamiento del aparato productivo: el anclaje cambiario impide la corrección oportuna del diferencial inflacionario entre Venezuela y el resto del mundo. Como la inflación aquí es mayor, resulta más barato importar que producir. Así, los productores se transforman en importadores y baja la contribución de la agricultura e industrial al PIB.
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Caída de las exportaciones no petroleras: la tasa de cambio sobrevaluada a la cual los exportadores venden al BCV el grueso de su ingreso en divisas no les alcanza para cubrir los costos domésticos. Esto debilita su competitividad cambiaria y así no se pueden mantener ni mucho menos conquistar nuevos espacios en el mercado internacional.
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Distorsión de precios relativos: Los que logran divisas a la tasa Cencoex tienen una ventaja frente a aquellos que tienen que comprarlas en Sicad 1, 2 o el paralelo. Los productores/comerciantes de mayores costos salen del mercado y así se va consolidando una estructura monopólica que abusa de su posición de dominio imponiendo altos precios.
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Asignación ineficiente de divisas: Cadivi y Cencoex han demostrado su debilidad para lograr una asignación oportuna, transparente y suficiente de las divisas. Los prolongados retrasos castigan la producción y causan crecientes problemas de desabastecimiento y escasez.
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Especulación cambiaria: un régimen de cambios múltiples en el que la diferencia entre los extremos es de 16 veces (6.30 vs 100) es el incentivo perfecto para capturar los dólares baratos y después venderlos más caros, amasando escandalosas ganancias sin realizar ningún esfuerzo productivo.
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Fuga de divisas: la sobrefacturación de importaciones, sobrefacturación de exportaciones y deuda externa falsa o sobreestimada, son los efectos no deseados de un régimen cambiario que estimula la fuga de divisas.
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Déficit de PDVSA: la compañía petrolera está obligada a vender la mayor parte de su ingreso en divisas a la tasa de 6.30 Bs/$, la cual no le rinde para pagar una nómina de más de 140 mil trabajadores, honrar la deuda con contratistas, transferir recursos a las misiones y mantener al día sus pagos al fisco.
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Emisiones de dinero inorgánico: lo anterior ha llevado a PDVSA a endeudarse con el BCV, el cual ha sido obligado a emitir dinero base, creando un serio desequilibro entre el mercado de bienes y el mercado monetario.
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Presión inflacionaria: el crecimiento de la liquidez en un mercado signado por una creciente escasez es un factor propagador de la inflación. Aunque el Plan de Divisas asignó el 80% a la tasa Cencoex para importar bienes prioritarios, cada vez son más las importaciones que se hacen a las tasas de Sicad 1 y 2, lo cual implica costos superiores que de inmediato se trasladan a los precios.
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Fraudes a la Nación: desde las empresas de maletín hasta los «raspacupos», pasando por el contrabando de extracción y los delitos de acaparamiento y especulación, son consecuencia de los incentivos perversos que ofrece la política cambiaria.
Alternativas para enfrentar la caída de los precios
Los sucesos geopolíticos que antes resultaban más que suficientes para disparar los precios del petróleo, ahora no han tenido efecto. Ni la crisis de Ucrania ni el grito de guerra al Estado Islámico han podido recuperar los precios del crudo, y esta probabilidad se aleja ante la desaceleración económica mundial, incluyendo China. En tales circunstancias, no es posible e vitar la devaluación y su costo político en un año electoral a través de un aumento de la exportación de petróleo y una considerable recuperación de los precios en el mercado internacional.
Esta realidad le impone al Gobierno corregir las graves distorsiones que ha generado la prolongación de un régimen de cambios múltiples que luce totalmente agotado. No se trata de eliminar el control de cambios sino de unificar las distintas tasas en un sistema de flotación con bandas, bajo el control del BCV. Esta sola medida sinceraría la demanda de divisas, corregiría el déficit de Pdvsa, haría innecesario su financiamiento monetario, y erradicaría los incentivos a la especulación y corrupción cambiarias. Una vez que se alcance el tipo de cambio de equilibrio, el próximo paso sería lograr una tasa que exprese la verdadera productividad del aparato productivo interno, con el impacto positivo sobre el PIB, las exportaciones no petroleras, la inversión extranjera, los turistas internacionales y la repatriación de capitales.
En buena medida, la reciente decisión que tomó el Gobierno de Venezuela al autorizar a PDVSA vender a cualquiera de los tipos de cambio oficial los dólares que le corresponden al FONDEN en moneda, constituye una devaluación con fines fiscalistas que compensará en moneda nacional lo que el Estado deja de percibir en divisas. Expliquemos la medida.
Impacto cambiario, monetario y fiscal del Convenio Cambiario 30
Según el Convenio Cambiario N° 1, «el BCV fijará de común acuerdo con el Ejecutivo Nacional el tipo de cambio para la compra y para la venta de divisas y lo ajustarán cuando lo consideren conveniente, mediante Convenios Especiales».
El Convenio Cambiario N° 9 aclara que » Las divisas originadas por concepto de exportaciones de hidrocarburos serán de venta obligatoria al BCV, excepto las divisas provenientes de la actividad realizada por Pdvsa, quien venderá al BCV sólo las cantidades necesarias a los fines de atender los gastos operativos y de funcionamiento en el país de dicha empresa y las contribuciones fiscales, por el monto estimado en la Ley de Presupuesto. El BCV adquirirá las divisas al tipo de cambio fijado».
El Convenio Cambiario N° 30 autoriza que «La liquidación de las operaciones de venta de divisas efectuadas por Pdvsa al BCV a los fines de la entrega de bolívares de las contribuciones de la Ley que crea la Contribución Especial por Precios Exhorbitantes del Petróleo, se hará a cualesquiera de los tipos de cambio oficial vigente».
Si alguna lógica tiene esta medida es la de vender a un precio mayor el monto en divisas que se entrega al Fonden en su equivalente en bolívares, para que así el Gobierno obtenga ingresos adicionales que alivien su déficit fiscal. Un dato: por cada millardo del Fonden que se venda en Sicad 2, el Gobierno obtendrá Bs. 50 millardos, en lugar de Bs. 6,3 millardos que obtenía a la anterior tasa de cambio.
¿Cómo funciona Fonden?
El Fondo de Desarrollo Nacional (Fonden) es el instrumento a través del cual el Gobierno ejecuta un presupuesto paralelo, distinto al que anualmente aprueba la Asamblea Nacional. E l Presidente de la República es el único administrador del Fonden, el cual se alimenta de los ingresos que generan los precios extraordinarios del petróleo, por encima de $ 80 el barril.
Pdvsa transfiere una parte de ese excedente en dólares para que el Gobierno pague a contratistas y proveedores extranjeros. Pero como el Fonden también necesita bolívares para hacer pagos en moneda nacional, hay un monto del excedente que el Fonden recibe en bolívares. Por lo tanto, una parte la recibe en divisas y la otra la recibe en bolívares a la tasa de cambio oficial.
Antes Pdvsa convertía ésta última parte a 6,30 Bs/$, pero a esa tasa de cambio tan baja los bolívares rendían cada vez menos. Gracias al nuevo Convenio Cambiario N° 30, Pdvsa podrá vender los dólares del Fonden a una tasa superior y así el Gobierno dispondrá de más bolívares, incluso si convierte menos dólares .
Impacto cambiario, monetario y fiscal
El BCV no puede vender los dólares que compra en Sicad 2 a precios de Sicad 1 o Cencoex, toda vez que esto le causaría enormes pérdidas. Por eso, lo más probable es que los venda a través del mismo Sicad 2. Así podrá recoger el exceso de liquidez que generó al momento de comprarlos. Adicionalmente, para evitar que la masa de dinero correspondiente al pago de aguinaldos y utilidades se vuelque al mercado de bienes y genere una presión de demanda que desquicie la inflación en el último trimestre del año, el BCV reabsorberá esta liquidez ofreciendo a mitad de precio en el Sicad 2, los dólares que cuestan el doble en el mercado, en un nuevo intento de «pulverizar» el paralelo.
El gasto del Gobierno no deja de crecer, la nómina es cada vez mayor y con cada aumento de sueldos, pago de aguinaldos y otros bonos, crecen los desembolsos de la Tesorería Nacional. Como los ingresos del Fonden finalmente los utiliza el Gobierno, el incremento en bolívares que se deriva del Convenio Cambiario N° 30 aliviará el déficit fiscal, más no el déficit de PDVSA. Este Convenio no aplica para las divisas que genera Pdvsa por la exportación de petróleo, ya que lo único que puede vender en Sicad 2 son los ingresos correspondientes a los financiamientos, ventas de activos, dividendos, cobros de deudas y por servicios prestados. Por lo tanto, el ingreso en divisas que Pdvsa percibe por la exportación de hidrocarburos los seguirá vendiendo al BCV a la tasa de 6,3 Bs/$.
Quien sale ganando es el Fonden, toda vez que aumenta sus ingresos al vender a Bs. 50 los dólares que antes vendía a Bs. 6,30. Incluso, Fonden puede recibir más bolívares por una menor cantidad de dólares. Y al convertir menos dólares para darle más bolívares al Fonden, el BCV puede inyectar el resto a Cencoex y Sicad 1 para pagar la deuda pendiente, liquidar las solicitudes aprobadas y así tratar de contener la inflación a través de importaciones a una tasa de cambio barata.
Cazadores de renta al ataque
En un entorno de mucha inflación nadie quiere ahorrar en bolívares, pues su poder de compra se vuelve sal y agua. Cómo viene el pago de las utilidades y aguinaldos, quien quiera ahorrar querrá hacerlo en una moneda o bienes que preserven su valor. Al aumentar los montos a subastar, la demanda que encarece el dólar paralelo se trasladará a Sicad 2 para comprar a mitad de precio lo que el mercado dice que cuesta el doble. Así, lo que en realidad es una devaluación con fines fiscales, quedará registrada en el imaginario de la gente como una revaluación, un abaratamiento del dólar. Cada vez serán más los que participen en las subastas del Sicad 2 para comprar a Bs. 50 lo que luego revenden a Bs. 100 y así ganar el 100% sin tener que realizar ningún esfuerzo productivo. ¡Rentismo puro y duro, pues!
* Más análisis de @victoralvarezr en http://victoralvarezrodriguez.blogspot.com
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