En 1918, una comisión de expertos se reunió en Berlín para abordar la socialización, pero al final no se socializó nada. ¿Qué puede aprender de esa experiencia la iniciativa «Expropiar Deutsche Wohnen & Co«? [1]
Con su exitoso referéndum sobre la socialización de la cartera de inmuebles berlineses de las grandes empresas inmobiliarias, la iniciativa «Expropiar Deutsche Wohnen & Co» ha conseguido que la socialización de las empresas vuelva a ser objeto de debate político. El nuevo gobierno estatal rojo-verde-rojo de Berlín, presidido por la alcaldesa Franziska Giffey, anunció en el acuerdo de coalición la creación, en sus primeros 100 días de mandato, de una «comisión de expertos para examinar las posibilidades, modos y requisitos de aplicación del referéndum». La iniciativa también va a estar representada en dicha comisión y ya ha declarado en una conferencia de prensa el 21 de enero de 2022 su disposición de principio a participar. Al mismo tiempo, uno de sus portavoces expresó el temor de que la comisión de expertos se convierta en un lugar «en el que se hable mucho sin que se llegue a ningún resultado».
El destino de la primera comisión de socialización alemana, creada tras la revolución de noviembre de 1918, demuestra que estos temores no son infundados. La comisión se reunió en total cuatro meses, pero al final no se produjo ninguna socialización. Los contemporáneos la consideraron como poco más que «polvos tranquilizantes» con los que se debían apaciguar las consiguientes expectativas y aspiraciones de la clase trabajadora, como una «pantalla detrás de la cual no pasa nada».
Sin embargo, esto último no es del todo cierto. De hecho, en la comisión se celebraron animados debates y se elaboraron propuestas para la socialización de sectores enteros de la industria. Las razones de su fracaso merecen un análisis más detallado.