Mientras la subida del euribor encarece las hipotecas para pisos, el dinero público del BCE incrementa los beneficios de los bancos en el primer trimestre de 2008. Al terminar abril de 2008, el euribor alcanzaba el 4,82 %, su nivel más alto desde diciembre 2000, y el sábado 3 de Mayo subía al 4,95%. Como […]
Mientras la subida del euribor encarece las hipotecas para pisos, el dinero público del BCE incrementa los beneficios de los bancos en el primer trimestre de 2008.
Al terminar abril de 2008, el euribor alcanzaba el 4,82 %, su nivel más alto desde diciembre 2000, y el sábado 3 de Mayo subía al 4,95%. Como saben bien quienes tienen un piso hipotecado, cada subida del euribor significa una disminución de sus ingresos mensuales, porque ese último incremento de Abril significa unos 50 euros más de intereses al mes para una hipoteca de cuantía media. El euribor (acrónimo de Euro Interbank Offered Rate) es el tipo de interés al que los bancos de la zona euro se prestan entre sí; y su media aritmética de los datos diarios de cada mes se toma como referencia para el cálculo de los intereses de las hipotecas.
Fallaron, pues, los pronósticos de bajadas que nos hacían los entendidos. Y prosigue la inacabable crisis financiera y la incertidumbre generada con el destape en Agosto pasado de la crisis de los créditos hipotecarios sin garantías (subprime), inventados y comercializados desde Wall Street; y que entran y salen de la Europa sin fronteras para las finanzas sin que ninguna autoridad comunitaria los controle. Y esa desconfianza entre los propios bancos, que no saben cómo están de verdad las cuentas del otro, agrava las restricciones del crédito y eleva el tipo de euribor.
Por el contrario, el tipo de interés del Banco Central Europeo sigue en el 4 %, que es el coste que pagan los bancos por el dinero que sacan de ese banco central del sistema monetario. Y para que no faltaran créditos en la economía real y con el fin de superar la crisis de liquidez según nos decían, los bancos en la zona del euro se han beneficiado de los préstamos baratos del BCE; como lo han hecho los bancos españoles que, según las reiteradas informaciones de la prensa económica internacional, se ha aprovechado ampliamente de esas facilidades crediticias ofrecidas con dinero público por el Banco de Francfort. Luego, la pregunta es de cajón:
¿A donde han ido las millonadas de euros (y de dólares) que el BCE inyectó en el sistema desde Agosto pasado para aumentar la disponibilidad de dinero en la economía?
Y la respuesta también es de cajón: han engrosado los beneficios bancarios. En esta última semana nos han informado que en el primer trimestre de 2008 el Banco Santander obtuvo un 22 % más de beneficios que en el año anterior. Y el Banco Popular, un 12,1 %. Y algo menos para el conjunto de las cinco mayores grandes entidades. Por tanto, podemos afirmar y afirmamos que el dinero público del BCE ha servido y sirve solamente para mejorar sustancialmente los beneficios de la banca privada, sin beneficio alguno para los ciudadanos. Así de claro.
Y el pasado 2 Mayo, para asegurarles futuros beneficios superando las tensiones de liquidez, por cuarta vez el BCE ampliaba la cuantía a disposición cada quince días de los bancos del eurosistema hasta los 50,000 millones de dólares (sí, en dólares; como en diciembre y en marzo pasados, quizás para cubrir pérdidas subprimes y seguir especulando) y de modo concertado con la Reserva Federal de los EEUU y con el Swiss National Bank, el Banco Central de Suiza, el potente paraíso financiero asociado a la Unión Europea. Porque, aunque nuestros dirigentes no quieren enterarse, estas operaciones con dinero público no se deciden con los votos de nuestras democracias sino con las competencias que se traspasaron a Europa.