Se habla mucho, con razón, de la gran inmunidad de la que gozan figuras y personajes del mundo político, financiero y económico que, a pesar de haber sido condenados por los tribunales, permanecen inmunes a cualquier sanción. El grado de tolerancia hacia tal inmunidad es un indicador más de la baja calidad de la democracia […]
Se habla mucho, con razón, de la gran inmunidad de la que gozan figuras y personajes del mundo político, financiero y económico que, a pesar de haber sido condenados por los tribunales, permanecen inmunes a cualquier sanción. El grado de tolerancia hacia tal inmunidad es un indicador más de la baja calidad de la democracia española.
Pero existe otro tipo de inmunidad, la inmunidad profesional, que ni siquiera se reconoce como censurable. Es cierto que en algunas profesiones como la médico-sanitaria, existe un sistema de sanciones para su mala práctica. Si un cirujano comete un error y, como consecuencia de ello, el estado de salud del paciente queda negativamente afectado, existe la posibilidad de que tal cirujano reciba algún tipo de sanción y sufra un notable descrédito profesional. Pero ello no ocurre en otras profesiones, como en las áreas económicas, situación que se muestra con toda claridad en el caso de los gurús económicos que aparecen y son promovidos por los mayores medios de información y persuasión del establishment. Periodistas y economistas que analizan, pronostican y/o promueven políticas económicas que sistemáticamente han perjudicado el bienestar de la población permanecen inmunes a cualquier sanción o desprestigio. En realidad, a pesar de sus malas prácticas, continúan gozando de enormes cajas de resonancia, provistas por aquellos medios cuya mayor función es reproducir la sabiduría convencional favorable a los mayores intereses financieros y económicos que dominan los medios.
Uno de los casos más notorios de impunidad son los economistas de tendencia liberal (es decir, hablando claro, neoliberal) que, a través de aquellos medios, han estado proponiendo y promoviendo políticas económicas de claro corte neoliberal, como recortes del gasto público, incluyendo el gasto público social, y reducciones en la accesibilidad a servicios públicos de primera necesidad (como sanidad y educación, entre otros), así como reformas laborales que han provocado un gran descenso salarial, políticas todas ellas que han tenido unas consecuencias enormemente negativas para el bienestar de la población y para el estado de la economía. Pues bien, a pesar de la enorme evidencia científica que existe mostrando el desastre (y no hay otra manera de definirlo) que han significado tales políticas, dichos economistas continúan apareciendo en los medios, y continúan recetando las mismas políticas. Hay múltiples ejemplos de ello. Veamos dos de ellos.
El economista del establishment político español
Uno de los economistas más promocionados en España es el economista José Carlos Díez, el columnista en temas económicos de mayor visibilidad en El País, asesor económico de la SER y de La Sexta (tanto en el programa Al Rojo Vivo como en La Sexta Noche). Es asesor en temas económicos del candidato del PSOE, el Sr. Pedro Sánchez, y lo fue antes del Sr. Zapatero, cuando predijo toda una serie de hechos que fueron claramente erróneos, cuando no falsos. Analicemos sus diagnósticos y pronósticos:
En el año 2006 (09.06.2006) pronosticó en El Mundo que «la probabilidad de ver una caída significativa del precio de la vivienda es cercana a cero». En realidad, desde 2007, el precio cayó nada menos que un 36%, según señaló el Instituto Nacional de Estadística. Más tarde, en abril del 2007, en la revista Economía Exterior escribió que «se tiene que contrarrestar el mito de la burbuja inmobiliaria en España», negando la existencia de una burbuja inmobiliaria. Tal diagnóstico y pronóstico habla por sí mismo de su incompetencia. Hubo una burbuja inmobiliaria que se expandió y luego explotó, contribuyendo a la Gran Recesión. Más tarde, en 2009, y para minimizar el impacto negativo de la burbuja, escribió en Cinco Días (22.11.2009) que los precios de la vivienda en 2009 habían ya tocado fondo. Los datos -los testarudos datos- sin embargo, mostraron que tales precios continuaron bajando y bajando. También en 2009 intentó ridiculizar a los que alertamos de las consecuencias negativas de las políticas públicas impuestas (y digo impuestas, pues no tenían mandato popular al no estar en su programa electoral) por el gobierno español presidido por el Sr. Zapatero, escribiendo en Cinco Días que «los escenarios apocalípticos de seis millones de parados, con tasas de desempleo del 25%, están siendo refutados por la realidad». En realidad, el paro alcanzó más tarde no el 25%, sino el 26%, con 6,2 millones de parados. Por si no fuera poco, tal personaje también indicó en Cinco Días (22.11.2009) que el sistema financiero español era sumamente eficiente, diagnóstico que el Presidente Zapatero repitió en una conferencia de prensa en Nueva York, meses antes de que colapsara, mostrando que el sistema financiero español era (y continúa siendo) uno de los más ineficientes en el mundo, habiéndole costado más dinero (en términos proporcionales) al ciudadano español el reavivarlo, que en cualquier otro país de la UE-15, reavivación que ha alcanzado unos niveles de complicidad política escandalosa.
Es difícil encontrar un gurú mediático con mayores errores de diagnóstico y prescripción. Invito al lector a que imagine, por un momento, qué le ocurriría a la reputación de un cirujano que hubiera diagnosticado y tratado a un paciente tantas veces mal como ha hecho el Sr. Díez en sus diagnósticos y pronósticos económicos. Le aseguro que el cirujano habría sufrido un enorme descrédito y raramente hubiera aparecido en los medios. No así con el «experto» en cuestión, que ha hecho tanto daño con las políticas que ha propuesto, basadas en un diagnóstico y pronóstico claramente erróneos. A pesar de los síntomas de tanta incompetencia, nada ha pasado. La SER, La Sexta y El País, entre otros, continúan presentándolo como el gran «experto». Durante la última campaña electoral, dicho «experto» ha sido el experto económico de tales medios, presentando su doctrina neoliberal bajo el nombre de ciencias económicas. Además de ignorancia, este personaje se caracteriza por su arrogancia, presentándose como un científico, promoviendo el ideario liberal de la dirección del PSOE.
Dos ejemplos recientes de este ideario aparecieron, de nuevo, cuando en el programa Al Rojo Vivo de La Sexta, se le preguntó al que es su asesor económico, el Sr. Díez, su opinión como «experto» sobre las propuestas hechas por el candidato de Podemos a las elecciones de la comunidad de Madrid. El supuesto experto lo criticó por proponer políticas redistributivas cuando la prioridad debería ser, según él, el facilitar medidas que estimularan el crecimiento, repitiendo el famoso e incorrecto diagnóstico (lo que también han hecho todos los portavoces de la derecha española -el PP y Ciudadanos en España y CDC y UDC en Catalunya-) de que «para distribuir antes hay que crecer». Tal aseveración ignora que en una economía deprimida, como la española (incluyendo la catalana), las políticas redistributivas, que aumentan la capacidad adquisitiva de las clases populares, son una condición necesaria para incrementar la demanda doméstica y, con ello, el estímulo y el crecimiento económicos.
Tal promoción apareció también nada menos que en la noche del sábado, antes del día de las elecciones (violando, por cierto, la ley que prohíbe cualquier acto electoral el día anterior), cuando La Sexta Noche promovió a este supuesto experto y a su libro. En dicha presentación, el «experto» de ese programa defendió las políticas de recortes del Sr. Zapatero, promovió la reforma laboral (atribuyendo el elevado desempleo a las rigideces laborales) y acentuó un tímido apoyo a la intervención pública, aceptando algunas reformas que antes había denunciado cuando fueron propuestas por Podemos, como es la propuesta de que el ICO debería actuar como un banco público, ayudando a estimular la innovación en las inversiones económicas. Esta propuesta la hicimos el Profesor Juan Torres y yo en el documento que distribuyó Podemos bajo el nombre de Un proyecto económico para la gente, y que el Sr. Díez ridiculizó en El País. Ni que decir tiene que, aunque aceptó que era ahora necesario hacer lo que antes había ridiculizado, no citó el origen de esta propuesta, que fue en el documento distribuido por Podemos. La incompetencia, por regla general, va acompañada de manipulación.
El dominio absoluto de tales gurús económicos neoliberales es casi absoluto, sin que se permitan otras voces críticas a tanto error, falacias y manipulaciones, permitiéndoles una enorme impunidad. La falta de diversidad ideológica de los medios en España, reproduce tal inmunidad, que se da en todas las partes del país, incluyendo en Catalunya.
El gurú económico en Catalunya
Un caso semejante ocurre en Catalunya con el Sr. Sala i Martín, un economista ultraliberal que aparece con gran frecuencia en los mayores medios de información y persuasión en Catalunya. En EEUU, sus simpatías son hacia el Partido Libertario, que es el eje del Tea Party, la ultraderecha estadounidense. En la cadena pública TV3 se le conoce como «el economista de cabecera de la casa», monopolizando un programa que se presenta como «Classe d’economia» (Clase de economía), plataforma desde la cual imparte su ideología neoliberal, que presenta como «ciencia económica». Fiel a esa ideología, ha ido promoviendo todas las recetas neoliberales, tales como reducciones del gasto público, incluyendo el social, la desregulación de los mercados laborales (que debilita todavía más los convenios colectivos), la privatización de la Seguridad Social y de todos los servicios públicos del Estado del Bienestar (escasamente financiados en Catalunya y en España), tales como educación, sanidad y servicios sociales, y una larga lista de recetas del ideario ultraliberal. La evidencia científica ha documentado extensamente el enorme daño que dichas políticas han hecho a la gran mayoría de las clases populares de Catalunya, lo cual no es obstáculo para que este economista continúe gozando de grandes cajas de resonancia, algunas de ellas, como TV3 y Catalunya Ràdio, financiadas públicamente, medios instrumentalizados por los partidos gobernantes de tradición conservadora y liberal.
La pasividad de las fuerzas democráticas ante tanta impunidad
La monopolización de la visión neoliberal de los fórums económicos (tanto en los mayores medios de información como en los medios económicos) es casi absoluta. Y lo que es sorprendente es la pasividad, no solo de las fuerzas democráticas del país (que deberían sentirse ofendidas por esa falta de diversidad), sino también, dentro de ellas, de las izquierdas. En el último programa de La Sexta Noche, los tres periodistas (de los seis presentes) que supuestamente representaban las izquierdas dieron la bienvenida y saludaron la presentación del supuesto «experto», el Sr. Diez, sin ninguna voz crítica hacia tal monopolización del pensamiento económico. Y en Catalunya no ha habido una protesta pública por parte de las izquierdas parlamentarias por la monopolización tan abusiva de un programa, financiado con dinero público, llamado «Clase de economía», por parte de un ideólogo ultraliberal en un medio público pagado por todos los ciudadanos en Catalunya. He detectado un miedo por parte de la clase política de todos los colores a enfrentarse con los medios de comunicación, miedo que también detecto, por cierto, entre los intelectuales, que temen ser censurados o vetados por tales medios, hecho del cual yo puedo dar constancia. Pero el compromiso con la democracia exige una denuncia masiva de este atropello tan claro de la democracia en este país. Hago, desde aquí, en estas líneas, una invitación a la población para que se movilice y bombardee tales medios con denuncias, recordándoles que tanto los medios privados como los públicos utilizan un bien común, cuya función es la mayor razón de su existencia. Es, por cierto, un mandato constitucional, puesto que la tan manoseada Constitución Española (que, por regla general se utiliza por las derechas del país para defender sus intereses) indica explícitamente el derecho y el deber de los medios de información a garantizar la pluralidad, algo ignorado sistemáticamente.
Una última observación
Cuando acababa de escribir este artículo, denunciando, una vez más, el comportamiento antidemocrático de los mayores medios de información, que promocionan descaradamente un punto de vista en las ciencias económicas que está causando un gran daño a las clases populares, leo un artículo en La Vanguardia, que alcanza niveles ya de escándalo. Dicho rotativo, como la mayoría en Catalunya, se ha caracterizado por una enorme hostilidad hacia Barcelona en Comú, alcanzando niveles nunca vistos ni en España ni en los países donde he vivido (Suecia, Reino Unido y EEUU). Tal artículo relaciona a Ada Colau con nada menos que Osama Bin Laden. Sí, ha leído bien, no ya con ETA (como hace la derecha española para perjudicar a las izquierdas españolas), sino con el mismo Bin Laden. ¡Todo un récord! Y el intermediario en dicha relación era Noam Chomsky, el intelectual estadounidense más conocido en el mundo. Resulta que Bin Laden había leído un libro de tal autor, lo cual fue la base para que La Vanguardia presentara a Ada Colau, que ha recibido el apoyo de Noam Chomsky, como relacionada con Osama Bin Laden («Las cartas de amor y odio a Bin Laden», 21.05.2015). El cretinismo y mezquindad a los cuales puede llegar la derecha española, incluyendo la catalana, no tiene límites. Son herederos directos de aquellos que fusilaron y torturaron a los demócratas durante la dictadura. Ahora que ya no pueden hacerlo físicamente, intentan hacerlo mediáticamente. Invito al lector a que se movilice para denunciar tanta desvergüenza.
Fuente original: http://www.caffereggio.net/2015/05/28/como-los-medios-han-estado-promoviendo-el-neoliberalismo-de-vicenc-navarro-en-publico/