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¿Cómo podría afectarnos el posible fin de la neutralidad en Internet?

Fuentes: 20minutos

Tweet El posicionamiento del Gobierno en contra de la neutralidad en la Red ha suscitado una gran polémica entre internautas y empresas centradas en el negocio online. Todo comenzó este miércoles, cuando se hizo público que la Secretaría de Estado de Telecomunicaciones y para la Sociedad de la Información, dependiente del Ministerio de Industria, Turismo […]

El posicionamiento del Gobierno en contra de la neutralidad en la Red ha suscitado una gran polémica entre internautas y empresas centradas en el negocio online. Todo comenzó este miércoles, cuando se hizo público que la Secretaría de Estado de Telecomunicaciones y para la Sociedad de la Información, dependiente del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, ha remitido un documento a la Comisión Europea en relación a una consulta pública sobre Internet abierta y neutralidad de la Red en Europa.

En ese documento, el Gobierno ha señalado que por neutralidad «no debe entenderse de modo estricto en el sentido de que todos los usuarios deban recibir idéntico tipo de servicio».

Pero, ¿qué es la neutralidad de Internet y qué consecuencias tendría la aplicación del modelo propuesto por España? La neutralidad de Internet es un principio que defiende la existencia de una red sin restricciones en el suministro del servicio. Según este concepto, los proveedores están obligados a ofrecer la misma velocidad a toda la información que circule por su red independientemente del origen, el destino o el contenido de la misma. Es decir, no pueden hacer distinciones, por ejemplo, entre el servicio que ofrecen a Google, MSN o The Pirate Bay.

Posibles consecuencias

Existen muchas preocupaciones en torno a los peligros del fin de la neutralidad. Las asociaciones de internautas y las operadoras y organismos estatales tienen visiones muy diferentes de las posibles consecuencias, pero las más repetidas son las siguientes:

– Eliminación de la competencia: Según la Asociación de Internautas (AI), este panorama permitiría que las operadoras diesen prioridad a proveedores de contenido con los que han firmado acuerdos, en muchos casos de exclusividad. De este modo, impedirían el uso de sus redes a empresas que supongan una competencia directa para ellos o para sus socios. Es decir, si un proveedor de Internet firmase un acuerdo comercial con Yahoo podría hacer que los resultados de búsqueda de dicha compañía fuesen mucho más rápidos que los de Google.

La AI asegura que estos casos ya se están dando en los servicios de Internet para móvil. El ejemplo más destacable es el de la empresa de llamadas a través de Internet Skype, que ha sufrido desde siempre limitaciones de operadores y proveedores de servicios en su versión móvil (¿por qué querría una compañía de telefonía móvil permitir que sus clientes llamasen gratis?). Ahora, la compañía ha aprovechado la consulta pública de la Comisión Europea para denunciar la situación. En un documento remitido a la CE, la compañía ha insistido en que se produce «un abuso generalizado que tiene lugar en el actual mercado como el bloqueo o la degradación del tráfico».

Otro caso real de discriminación citado por la AI es el que se da cuando un usuario descubre que no posee Internet pero sí puede ver un partido de fútbol, ambos servicios contratados en un mismo paquete con una operadora.

– Fin a los sistemas de intercambio de archivos: El sector de la telefonía móvil vuelve aquí a convertirse en un ejemplo de lo que podría ser la totalidad de Internet dentro de unos años. En la actualidad no es posible utilizar sistemas de intercambio de archivos en smartphones, una realidad que podría extrapolarse a otros dispositivos en caso de que las operadoras se hicieran con el control del tráfico.

– Internet se parcelaría en paquetes de aplicaciones y servicios: Al usuario básico se le ofrece un paquete básico de email y búsquedas (eso sí, ambos de una empresa concreta con la que su ISP ha firmado un contrato de exclusividad) Si el usuario quiere acceder a otro proveedor de email y/o búsquedas, a datos de audio y/o vídeo, a videoconferencia o a VoIP se le ofrece una tarifa más elevada. Y si quiere hacer todo lo que se hace ahora por Internet, sin restriccción de ninguna clase, se le ofrece la tarifa premium.

En este punto, las opiniones son muy diversas. Las operadoras y el Gobierno ven positiva la creación de ofertas personalizadas. Eso reduciría el gasto de los usuarios menos activos y ayudaría a reducir el tráfico de datos, a menudo excesivo y desaprovechado. Por su parte, la AI ve consecuencias con tintes más ‘apocalípticos’: «La consecuencia evidente en un país como España donde la mayor parte de la población vive con sueldos muy bajos en relación a los precios y tiene que controlar hasta el último céntimo que gasta al mes sería el abandono de Internet, como hoy dia lo conocemos, de una inmensa mayoría de la población».

«En consecuencia -explican-, no sólo los ISPs sino también los productores de contenido verán reducidos sus ingresos de forma drástica. En cuanto a los usuarios, volverían a la era preInternet o se conectarían de forma muy esporádica a la Red. De pronto, la Sociedad del Conocimiento y la Información se vendría abajo.»

– El fin de la innovación: Una de las grandes preocupaciones de los internautas es la posible creación de monopolios que acaben con los pequeños grupos emprendedores. La AI lo explica con un ejemplo: «Un emprendedor crea una aplicación determinada B, que es técnicamente muy superior a otra A ya existente. Si compitieran en igualdad de circunstancias, la aplicación B ganaría de lejos. Sin embargo, una operadora está priorizando a la aplicación A por encima de cualquier otra, en virtud del acuerdo con el proveedor de la aplicación A. En consecuencia, la calidad percibida (no la real) de la aplicación B deja mucho que desear y, en consecuencia, fracasa».

Posiciones en torno a la neutralidad

– Telefónica: La principal operadora del país también ha respondido a la consulta europea. Al igual que el Gobierno, la compañía considera que la defensa de la neutralidad de Internet es importante pero que en ningún caso debe servir para prohibir la creación de servicios diferenciados. El hecho de ofrecer paquetes de diferente calidad y precio, orientados a distintos tipos de usuarios, sirve a las operadoras para gestionar el tráfico y evitar las congestiones.

– Orange: La operadora considera que «lo cierto es que el incremento exponencial del tráfico, ligado al desarrollo de las grandes empresas de Internet, ha obligado a que los operadores tengamos que abordar ingentes inversiones en infraestructuras para evitar el colapso de las redes. Al mismo tiempo, estas empresas de Internet también nos han favorecido a todos, pues su dinamismo en el sector ha repercutido en un crecimiento de las comunicaciones del que también los operadores hemos sacado partido». «Estamos convencidos de que es posible alcanzar una posición que sea beneficiosa para todos y que ofrezca a los usuarios un entorno competitivo y abierto con amplias posibilidades de desarrollo y elección», explica un representante de la compañía a 20minutos.es.

– Asociación de Internautas: La opinión de esta asociación y su reacción al documento remitido por la Secretaría de Estado de Telecomunicaciones y para la Sociedad de la Información se centra en los problemas de neutralidad que, según ellos, ya existen y se ven de forma clara en el área del Internet móvil. Víctor Domingo, presidente de la Asociación de Internautas, ha explicado a 20minutos.es que «el gran problema es que las operadoras den prioridades atendiendo a cuestiones comerciales». Domingo asegura que «el Gobierno se está dejando llevar por el criterio de las operadoras y no por el interés general». Por último ha defendido Internet como un derecho y no como un producto.

Una consulta sin fines legislativos

A pesar de las inquietudes generadas en torno a la neutralidad de la Red, el actual debate promovido por la UE no es más que una consulta cuyos resultados probablemente no se conocerán hasta 2011 y no generarán ningún tipo de modificación legislativa, ya que la vicepresidenta de la Comisión Europea responsable de la Agenda Digital, Neelie Kroes, no es dada «a legislar por legislar», según comentaba recientemente la jefa de gabinete adjunta a la vicepresidenta.