El 9 de julio se reunieron en el Teatro Imperial de Caracas sobre 400 personas provenientes de todo el país en un acto político cuyo propósito central era hacer un llamado público para la formación de un partido de masas de trabajadores que luche por la revolución socialista en Venezuela. En un país cuya población […]
El 9 de julio se reunieron en el Teatro Imperial de Caracas sobre 400 personas provenientes de todo el país en un acto político cuyo propósito central era hacer un llamado público para la formación de un partido de masas de trabajadores que luche por la revolución socialista en Venezuela.
En un país cuya población está cerca de 24 millones de personas, esto podría parecer inconsecuente–excepto por el hecho de que los convocadores y el grueso de los asistentes constituyen el sector de más peso político en el liderato de la Unión Nacional de Trabajadores (UNT).
La UNT es la nueva confederación de trabajadores que ha avanzado abrumadoramente en lograr el apoyo de crecientes sectores de los trabajadores a partir del fracaso del cierre patronal organizado por la oligarquía venezolana a finales del 2002 y principios del 2003. Ya la UNT cuenta con más de un millón de miembros que han rechazado a la vieja confederación, la CTV, por considerarla corrupta, golpista y patronal.
El acto del 9 de julio fue convocado por una coalición de seis organizaciones militantes entre las que se encuentran: Opción de Izquierda Revolucionaria (a la que pertenece el Coordinador Nacional de la UNT, Orlando Chirino), Opción Clasista de Trabajadores (que reúne a trabajadores de la neurálgica industria petrolera), y el Colectivo Estudiantil ACTIVATE (de la Universidad Central de Venezuela).
Asistieron al evento líderes y activistas sindicales de amplios sectores de la economía venezolana. Varios grupos de trabajadores guiaron por más de nueve horas para asistir al evento. Estuvieron representados el sector petrolero, aluminio y acero, las industrias eléctrica y automotriz, empleados municipales, sectores de la educación, y otros.
El presidente Hugo Chávez se describió recientemente como socialista, lo que ha dado paso a un gran interés por parte de grandes sectores de la población a discutir y entender lo que es el socialismo. La importancia del evento estriba en que mientras Chávez habla en términos generales del socialismo del siglo 21, los líderes de izquierda que convocaron al evento enfatizan que es el poder de la clase trabajadora lo que le dará contenido a ese socialismo.
Orlando Chirino explicó a la concurrencia que «las banderas fundamentales del [programa que se requiere] son el anti-imperialismo, la solidaridad internacionalista, el apoyo a todas las luchas de los trabajadores y el pueblo; la defensa de los derechos de la minorías oprimidas; la lucha por el poder político y la destrucción del Estado capitalista…y que además se proponga como meta la construcción del socialismo sobre bases democráticas, bajo un gobierno de los trabajadores y el pueblo».
Entre los invitados al evento se encontraba Carlos Lanz, director de la procesadora de aluminio ALCASA, que es uno de lo ejemplos más exitosos de cogestión en que los obreros eligen a sus gerentes y en que los trabajadores se reúnen con la comunidad circundante para discutir prioridades de inversión en las necesidades sociales.
Tres días después hubo una reunión organizativa de líderes sindicales en preparación para el Primer Encuentro Nacional Sobre Cogestión Revolucionaria y Desarrollo Endógeno con Control Obrero y Social, que se llevará a cabo del 1 al 3 de septiembre. Estos líderes obreros enfatizan que esta cogestión no tiene nada que ver con la cogestión socialdemócrata, que lo que ellos persiguen es el control obrero de los centros de trabajo.
Desde que el golpe de estado del 2002 trajo a las masas de trabajadores y marginados al activismo político, la dinámica social y política ha ido adquiriendo mayor fluidez. Diariamente, miles y miles de personas están envueltas en procesos y manifestaciones de todo tipo, desde el desarrollo de medios comunicativos alternativos, a las misiones sociales en educación y salud, los Círculos Bolivarianos, las asambleas barriales, etc.
El 11 de julio unos cinco mil campesinos convocados por el Frente Campesino Ezequiel Zamora marcharon en Caracas para exigir que el gobierno tome acción contra los responsables de más de 130 asesinatos de campesinos a manos de sicarios (frecuentemente paramilitares colombianos) contratados por ganaderos y latifundistas conectados a la oposición derechista. Dos días después activistas por los derechos de la mujer se manifestaron frente a la Asamblea Nacional para que se descriminalice el aborto.
Ahora que las masas han irrumpido activamente en la escena política es extremadamente importante el llamado del 9 de julio a la formación de un partido revolucionario de trabajadores que pueda dirigir a la clase trabajadora venezolana a la toma del poder.