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Con aranceles se desata el chantaje imperial

Fuentes: Rebelión

Antes de asumir su nuevo mandato el 20 de enero de 2025, el presidente Donald Trump manifestó y lo ha ratificado en varias ocasiones que como elemento central de su política exterior será la de la «paz a través de la guerra» y en solo varios días esas acciones han quedado demostradas.

Con enorme agresividad se ha lanzado a lograr los objetivos imperiales mediante declaraciones de imposiciones arancelarias a México, Canadá y China si no cumplen sus deseos.

La orden ejecutiva de Trump establece tarifas, a partir del primero de febrero, de 25 % para todos los productos de México y Canadá que entren a Estados Unidos y 10 % para los procedentes de China. En cuanto a México y Canadá, las amenazas han quedado pospuestas por un mes tras conversaciones del mandatario estadounidense con sus pares Claudia Sheinbaum y Justin Trudeau, respectivamente.

México se comprometió a enviar 10 000 efectivos hacia la frontera para controlar la migración ilegal y la posible entrada de fentanilo hacia su vecino, mientras Washington dijo que impediría el envío de potentes armas hacia México que son utilizadas por los cárteles de la droga.

Asimismo, el primer ministro canadiense adelantó que su país reforzará la frontera con 10 000 efectivos y aumentará los recursos para detener el flujo de fentanilo.   

La presidenta mexicana le había respondido fuertemente a Trump cuando señaló «si el gobierno de Estados Unidos y sus agencias quisieran atender el grave consumo de fentanilo en su país, pueden por ejemplo combatir la venta de estupefacientes en las calles de sus ciudades, lo que no hacen, y el lavado de dinero que se genera por esta actividad ilegal que tanto daño ha hecho a su población.

En cuanto a China, país que Estados Unidos observa como el principal competidor económico en la arena internacional, el gigante asiático optó por imponer aranceles del 15 % a varios productos estadounidense que entren en su territorio.

Con las imposiciones arancelarias, la nueva administración norteamericana intenta disminuir la abultada deuda externa que tiene el país y que ya alcanza la cifra de 36 billones de dólares.

Según estimaciones del Comité para un Presupuesto Federal Responsable, los aranceles del 25 % para Canadá y México y 10 % sobre China generarían unos ingresos netos de 1,3 billones de dólares hasta 2035, causarían grandes pérdidas para los países mencionados y también alta inflación a los  estadounidenses por las numerosas mercancías importadas.

El otro frente abierto por Trump es el de tratar de controlar con amenazas y presiones a toda la región latinoamericana y con ese objetivo ha enviado al ultraderechista jefe del Departamento de Estado, Marco Rubio a un recorrido por varios países de la zona.

Rubio inició el periplo por Panamá, bajo la amenaza presidencial de volver adueñarse del estratégico Canal.

El presidente José Raúl Mulino cedió inmediatamente a las peticiones imperiales y canceló el acuerdo de la Ruta de la Seda con China para que la empresa del país asiático, Hutchison Ports deje de operar puertos vecinos de la vía interoceánica y ofreció deportar migrantes a través de un aeropuerto en Darién. Además, la Autoridad del Canal ofreció el paso expedito a buques de guerra estadounidenses.

En el Salvador, el presidente Nayib Bukele ofreció acoger a presos con ciudadanía estadounidense enviados desde Estados Unidos y alojar en sus cárceles a peligrosos criminales. «Ningún país, dijo Rubio, ha hecho nunca una oferta de amistad como ésta (…) Estamos profundamente agradecidos».

Durante el periplo, que también lo llevó a Costa Rica, Guatemala y República Dominicana ofreció «ayudas» económicas por ser gobiernos «amigos» de Estados Unidos y a la par arremetió contra Nicaragua, Venezuela y Cuba los que según planteó «son enemigos de la humanidad y han creado una crisis migratoria».

Como era de esperar, los presidentes de esas naciones inmediatamente rechazaron con todo rigor y sin ambages las calumniosas aseveraciones del secretario de Estado norteamericano.  

El mandatario cubano, Miguel Díaz Canel sentenció: «La desvergüenza una vez más apoderándose de los políticos cínicos de Estados Unidos pues está probado que el éxodo migratorio en la isla es proporcional al endurecimiento de la política de bloqueo de esa potencia norteña. El cerco estadounidense priva al pueblo cubano de los bienes esenciales», y alertó «sobre el peligro para la humanidad del neofascismo impulsado desde Washington».

Seguidamente preguntó: «¿Enemigos de la humanidad quienes resistimos bloqueos sin abandonar la solidaridad con otros pueblos o quienes aplican el bloqueo pisoteando leyes internacionales? Enemigo de la humanidad es el imperio con su apetito expansionista y su inútil pretensión de gobernar al mundo».

Lo cierto es que a la América Latina y al mundo en general les esperan años duros de enfrentamiento con un imperio que lucha por preservar su debilitada hegemonía y que más temprano que tarde tendrá que ceder espacio a la mayoría de los pueblo del planeta.

Hedelberto López Blanch, periodista, escritor e investigador cubano, especialista en política internacional.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.