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Teatro-Cuba

Con la casa a cuestas

Fuentes: IPS

En una pequeña aldea del mayor humedal de Cuba, el Conjunto Artístico Comunitario Korimakao apuesta por grandes espectáculos que conjuguen teatro, danza, música, luces, ambientación y vestuario, como si estuvieran en el mejor escenario de una gran ciudad

«Queremos crear la ilusión. Lograr que toda esa gente que nunca ha podido entrar a una sala de teatro, se sienta como si estuviera haciéndolo», dijo a IPS Manuel Porto, un actor que llegó a la Ciénaga (a unos 150 kilómetros de La Habana) para filmar una telenovela, se quedó unos meses con el fin de crear el conjunto y ya lleva allí 14 años.

Las obras combinan el teatro, la danza y la música, se preparan con tiempo y se llevan a los pueblos más apartados de la ciénaga o a zonas montañosas del país. Para Porto la cantidad de público no es definitoria: «Si en un lugar hay sólo 10 habitantes, personas que no tienen la posibilidad de ir a un teatro en sus vidas, se lleva la misma propuesta».

Al principio, cuando llegaban a una comunidad dispuestos a pasar tres o cuatro días durmiendo en el piso y cocinándose en cualquier rincón, la gente les preguntaba si habría baile y dónde estaba la pipa (camión cisterna) de ron. Ahora, «nos preguntan qué llevamos para los niños», comenta el actor y director del Conjunto.

Korimakao, vocablo aborigen que significa hombre que anda con la casa a cuestas, fue fundado el 13 de agosto de 1992, en el corazón de la Ciénaga de Zapata por iniciativa del fallecido comandante de la Revolución, Faustino Pérez, y desde un inicio tuvo seguidores y detractores.

Eran los años más duros de la crisis económica que vivió Cuba la pasada década y no siempre se entendía la necesidad de invertir recursos en proyectos artísticos. Durante mucho tiempo, el grupo funcionó en los locales de una vieja escuela, con las condiciones mínimas para trabajar y vivir.

Con una población estimada de 8.821 personas a finales de 2004 y una extensión territorial de unos 4.520 kilómetros cuadrados, la Ciénaga de Zapata es el municipio de mayor extensión territorial y menor densidad poblacional de Cuba. En un terreno mayormente pantanoso, la población se distribuye aislada.

Más de la mitad del territorio está cubierto de bosques, donde se concentran unas 900 especies florales, muchas de ellas autóctonas, y 190 de la fauna. La Ciénaga de Zapata está declarada Reserva de la Biosfera por la Organización de las Naciones Unidas para la Ciencia, la Educación y la Cultura (Unesco).

Allí, en la comunidad de Pálpite, después del más importante criadero de cocodrilos de Cuba y antes de la playa, los «korimakaos» pasan los días entre el polvo de la construcción, los ensayos de la próxima obra, las clases de superación y las visitas de grupos de estudiantes latinoamericanos que llegan a cualquier hora.

Algunas personas se quejan de que la edificación de la nueva sede obstruye el camino que los pobladores tomaban para ir a botar los carapachos de cangrejos. Otras aún se resisten a esos jóvenes que llegan de cualquier provincia para alterar la vida cotidiana. Pero muchas ven la irrupción del Korimakao como un cambio importante en sus vidas.

«Estoy trabajando en la confección de la plataforma del próximo espectáculo. Me ponen ayudantes, me pagan el trabajo y es un pedido grande, de los que casi nunca se dan en un pueblo pequeño», comentó a IPS Arnaldo Ortega, un carpintero de 68 años que trabaja por cuenta propia.

«Yo no sabía lo que era la cultura. Sólo conocía la televisión», dijo Lázara Ramos, una de las cocineras del Conjunto. «Pepa», como todos la conocen, mira con orgullo los ensayos de su hija adolescente en el tabloncillo de danza y sigue el trabajo de su hermano al frente del grupo de música.

La sede incluirá un anfiteatro para 1.500 personas, biblioteca, salones de teatro, danza y música, área de medios audiovisuales y tres edificios para albergar a los integrantes del conjunto. La vieja escuelita primaria está ahora a sólo unos metros, en una instalación financiada por el gobierno a un costo de más de un millón de dólares.

Tras una visita realizada a la zona por el presidente cubano Fidel Castro en 2001, la construcción de las instalaciones del Korimakao se convirtió en uno de los programas socioculturales priorizados por el país. Cuando esté a plena capacidad, el conjunto será una fuente de empleo en el territorio, con más de 100 plazas para personal de apoyo.

«Hay gente que viene, está unos meses y se va. Yo no pienso dejarlo. Cada día compruebo que las personas que más te agradecen, son los que más te necesitan», dijo Lenia Torres, cantante y tecladista de 26 años que llegó hace cuatro años de Guantánamo, una ciudad a unos 800 kilómetros de Pálpite.

Así, lo que en un inicio se pensó como un movimiento que se nutriría del talento local se ha ido abriendo a aspirantes de todo el país.

Torres va una semana al mes a La Habana a cursar el nivel medio de canto y, como ella, casi todos los integrantes del Conjunto recorren caminos de superación. En la misma sede, se dan clases a los que no han terminado doce grados de enseñanza y cada mes se destina una semana a los estudios de teatro, danza, música y canto.

«Lo que buscamos son las condiciones y no si tienen un título. Se lo damos nosotros. Han llegado jóvenes con problemas de conducta social, ex prostitutas o prostitutos y, si tienen aptitudes artísticas, se les abren las puertas», dijo Porto y aseguró que estos casos se mantienen en total reserva.

«Esperamos que esto sea como una centrífuga y que en unos años ya tengamos nuestros propios profesores y no debamos traerlos de afuera», comentó el actor quien también sueña con promover intercambios de arte comunitario con colegas de América Latina.