Una coalición de más de 450 organizaciones y movimientos de América Latina y Europa, de la que forma parte Ecologistas en Acción, denuncia la política comercial y de inversiones de la UE en Latinoamérica.
Ecologistas en Acción señala la presión y el poder empresarial en la cumbre UE-CELAC.
Con ocasión de la cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de la UE, de América Latina y el Caribe en Bruselas, Ecologistas en Acción hace una valoración muy negativa de la cumbre y del papel del Gobierno español como Presidencia del Consejo de la UE.
De manera paralela al inicio de la cumbre, activistas de organizaciones de la sociedad civil realizaron el 17 de julio una protesta en frente al Parlamento Europeo para denunciar “los impactos de las relaciones económicas entre la UE y América Latina causantes de destrucción ambiental y violencia”. En la acción, en la que se ha derrumbado simbólicamente “una torre de la codicia” en frente del Parlamento Europeo, condenaron las negociaciones secretas y las maniobras del lobby industrial para que se firme el acuerdo UE-Mercosur.
Según Ecologistas en Acción, la Comisión Europea y el Consejo de la UE, presidido por el Gobierno de España, han promocionado una agenda para la cumbre UE-CELAC “con el único fin de redoblar su influencia colonial en el continente y contentar a los poderes económicos y financieros en la cumbre empresarial”.
Una cita que da continuidad y cimienta la comunicación de la Comisión Europea “Una nueva agenda para las relaciones entre la UE y América Latina y el Caribe”. Según la organización ecologista, “lo llaman nuevas relaciones, pero en realidad se trata de lo mismo de siempre: extractivismo, injusticia climática y social, y violaciones de derechos humanos”.
Ecologistas en Acción considera que en la cumbre ha quedado de manifiesto que la UE está en guerra y subordina todas las políticas a una lógica belicista, algo que se traduce en planes para acceder a recursos energéticos y controlar mercados. Por ello, durante la cumbre la UE ha tratado de arrastrar a los gobiernos de América Latina y el Caribe a la confrontación geopolítica de los Estados Unidos contra China.
En palabras de Tom Kucharz, portavoz de Ecologistas en Acción, la sociedad civil rechaza “la agenda de la UE para la cumbre con la CELAC y sus prioridades centradas en los acuerdos comerciales, el plan de inversión pública en infraestructuras (Global Gateway) y los recursos naturales. Porque, en caso de llevarse a cabo, agravan las desigualdades sociales, la pobreza y la crisis ambiental en ambas regiones».
Un ejemplo es el memorando de entendimiento firmado entre la UE y Chile para profundizar la exportación de materias primas que beneficie a la industria energética, automovilística y digital. “La UE sigue la primacía de la seguridad de abastecimiento a costa de la población de los países exportadores, ignorando los elevados riesgos socioecológicos de la extracción de materias primas. La UE oculta que el 60 % del aumento de la demanda de metales críticos se debe a la industria automovilística”, señala el portavoz ecologista.
Por otro lado, Ecologistas en Acción celebra que la UE no haya conseguido firmar en la cumbre UE-CELAC ninguno de los acuerdos comerciales previstos para esta cumbre ni avanzar con las negociaciones secretas del acuerdo UE-Mercosur, que se prolongan desde hace más de 24 años.
El acuerdo propuesto entre la UE y Mercosur ha sido criticado por varios gobiernos y parlamentos, así como por movimientos sociales, campesinos, ecologistas, sindicatos y ONG de ambos lados del Atlántico, por considerarlo un desastre para la agricultura local, la naturaleza, los trabajadores, los derechos humanos y el clima. Las evaluaciones de varias organizaciones muestran que el acuerdo solo beneficiaría a las mismas multinacionales de automóviles, agroindustria, química, farmacéutica y de servicios que son responsables de la crisis social y ambiental en el mundo.
Sara Bourrehiyi, portavoz de Ecologistas en Acción, ha declarado: “Para responder a los desafíos globales de nuestro tiempo se requiere un cambio radical en las relaciones entre Europa y América Latina que comienza por romper con la lógica colonial de los acuerdos con Chile, México y Mercosur diseñados para blindar los beneficios corporativos, precarizar las condiciones laborales y empeorar la emergencia climática. La política comercial de la UE destruye la agricultura familiar, los servicios públicos, la economía de subsistencia y la industria local en muchos países causando migraciones. Necesitamos políticas que apoyen al campesinado y pequeñas y medianas empresas que produzcan alimentos y bienes y servicios necesarios para las comunidades locales”.