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Sobre el libro de John Perkins

Confesiones de un Gangster de la Globalización

Fuentes: Rebelión

Escuchar la radio me ha protegido un poco del efecto enloquecedor del tráfico en las grandes ciudades. Del trabajo a mi casa normalmente escucho el programa «Democracia Ya» de Amy Goodman. Disfruto la hora completa, o una parte, dependiendo de la longitud de las colas y las circunstancias del trabajo. Diez años de esfuerzo constante […]

Escuchar la radio me ha protegido un poco del efecto enloquecedor del tráfico en las grandes ciudades. Del trabajo a mi casa normalmente escucho el programa «Democracia Ya» de Amy Goodman. Disfruto la hora completa, o una parte, dependiendo de la longitud de las colas y las circunstancias del trabajo. Diez años de esfuerzo constante han hecho de Amy y su programa los campeones de la difusión del pensamiento político disidente en los Estados Unidos. Sobre cuatrocientas estaciones de radio, más un canal de televisión por cable, transmiten noticias y análisis con extraordinaria objetividad e inteligencia. En los Estados Unidos y otros países satisfacen una cantidad cada vez mayor de gente que busca una alternativa a la propaganda del Imperio en los medios comerciales de comunicación. Las entrevistas a los protagonistas de los asuntos políticos candentes del momento me parecen lo más revelador e interesante de sus trabajos. Su sitio en la Internet www.democracynow.com archiva los programa y tiene las noticias en español.

Muchas de las entrevistas que hace Amy, o su intermitente compañero en su estudio Juan Gonzalez, tienen que ver con los recientes actos desesperados del moribundo imperio estadounidense, y la respuesta cada vez más enérgica de los seres humanos que responden rechazando estos actos terribles. Las guerras en Irak y Afganistán, el recién denunciado espionaje a sus ciudadanos, el fuerte rechazo de los modelos neoliberales en América Latina, y muchos otros, son temas diariamente discutidos por pensadores y activistas disidentes. Normalmente estos luchadores se han dedicado ha defender la Tierra de los embates del poder económico, casi desde nacimiento. El miércoles 15 de febrero del 2006, sin embargo, escuché la entrevista a un activista converso, quien autodenomina su papel en el pasado como Gangster de la Globalización: el economista estadounidense, Jonh Perkins, autor del libro «Confesiones de un Gangster de la Globalización». En él John describe su antiguo trabajo para Charles T. Main, una compañía consultora internacional de Boston, en donde se dedicaba a cohercionar a los líderes de países estrategicamente importantes para que aceptaran implementar políticas favorables a las corporaciones internacionales y al gobierno de los Estados Unidos. Después de varios años de haber abandonado ese trabajo, publicó la historia de su conversión a principios del año 2005, convirtiéndose rapidamente en uno de los libros más vendidos del país. Desde hace mucho tiempo se han venido denunciando y combatiendo los métodos que las corporaciones y los gobernantes de los países dominantes usan para chupar la sangre a los pueblos oprimidos, pero escucharlo contar y criticar por uno de los ex-vampiros es sumamente revelador e instructivo.

John explicó que el término Gangster de la Globalización lo acuñaron ellos mismos comparando su trabajo con la manera como opera un hombre de la mafia callejera. El, por ejemplo, visitaba a un presidente recién electo y le hacía una oferta que se pudiera resumir en algo así como «Caramba, felicitaciones, Señor Presidente. Ahora que usted es presidente, simplemente quiero decirle que puedo hacerlo sumamente rico, a usted y a su familia. Tenemos varios cientos millones de dólares en este bolsillo, son suyos si usted juega para nuestro equipo. Si usted no juega para nosotros, en este otro bolsillo tengo un revolver con una bala con su nombre, en caso de que decida cumplir con lo prometido en su campaña electoral y perjudicar nuestros intereses».

John contó que en uno de sus bolsillos estuvo la bala con el nombre del líder panameño Omar Torrijos que le ofrecieron en los años 70, cuando Torrijos hacía mucha bulla exigiendo el Canal de Panamá para los panameños. Torrijos, quien a pesar de no ser precisamente un angelito se sentía comprometido con los pobres, contestó la oferta de John diciéndole «O juegas bajo mis reglas o te vas». Poco después lo asesinaron poniéndole una bomba en su avión.

Otro presidente, Jaime Roldos de Ecuador, insistía en que «El petróleo de Ecuador tiene que servir al interés de los ecuatorianos. Por lo tanto, las compañías petroleras van a tener que pagar una parte mucho mayor a los ecuatorianos, o vamos a nacionalizarlos». John estuvo en su oficina haciéndole la oferta de costumbre. Poco después su avión explotó, tres meses antes que el de Torrijos.

A las pregunta de Amy, acerca de las investigaciones sobre las causas de ambos eventos, John respondió que las investigaciones del F.B.I por supuesto revelaron que ambos casos fueron accidentes, pero las investigacionales locales y varios periodistas internacionales identificaron claras evidencias de las explosiones como causas de ambos siniestros. Normalmente se compra, por 100.000 dólares más o menos, a uno o varios agentes de seguridad para que coloquen la bomba, o miren para otro lado mientras la colocan.

John contó que este tipo de trabajito no tuvo viabilidad logística con Saddam Hussein, y por eso piensa que tuvieron que meter el ejército estadounidense para sacarlo. Aunque Saddam Hussein era un aliado, el Imperio quería una conexión mucho más rentable con Irak. Saddam aceptó los tanques, aviones y las plantas para producir armas químicas, pero no aceptó un modelo económico como el impuesto en Arabia Saudí. Si hubiera aceptado, Saddam todavía fuera presidente. John fué parte del equipo de mafiosos, enviados a solicitud del Ministerio de Economía de Estados Unidos, que le hizo a los jefes Saudís una oferta dificil de rechazar, en los años 70, cuando se estaban saliendo del carril con sus posiciones en la OPEP y con respecto a Israel. Hoy es obvio que allí se hizo un buen trabajo.

John describió a Amy la forma como comúnmente opera el sistema, una vez que el líder acepta las reglas del juego: «Utilizamos muchas técnicas, pero lo más común es que vamos al país con recursos que le interesan a nuestras corporaciones, como el petróleo, y le consegimos un préstamo enorme con el Banco Mundial, o una de sus organizaciones hermanas. Casi todo el dinero va a las corporaciones internacionales, no al país mismo. Corporaciones como Bechtel, Halliburton, General Motors, General Electric, quienes construyen enormes proyectos de infraestructura en ese país: centrales eléctricas, carreteras, puertos, parques industriales, las cosas que sirven a los más ricos, y que raramente llegan a los pobres. De hecho, los pobres sufren, porque el pago de estos enormes préstamos resulta en que los pobres tendrán menos educación, salud, y otros servicios sociales, y el país queda con una deuda enorme, intencionalmente. Detrás vamos nosotros, los Gangsters de la Globalización, y les decimos -….miren, ustedes nos deben mucho dinero. Ustedes no pueden pagar sus deudas, entréguennos unos litros de su sangre. Véndanle su petróleo bien barato a nuestras compañías petroleras, voten con nosotros en la próxima sesion de las Naciones Unidas, o envíen tropas para apoyar las nuestras en un lugar del mundo tal como Irak…..-. De esa manera, hemos construído un imperio mundial, y muy pocas personas lo saben realmente».

En lo que respecta a su historia personal, él mismo relata que lo reclutó la Agencia Nacional de Seguridad de los Estados Unidos, la misma que está hoy en las noticias por el espionaje ilegal a los ciudadanos. Estaba cursando su último año en la escuela de economía de La Universidad de Bostón, cuando lo escogieron, probaron, y asignaron a una corporación, para hacer su trabajo, desde donde no pudiera comprometer a su gobierno en caso de ser denunciado en algún otro país. Igual hacen con espías, matones y todo tipo de empleos que ofrecen las agencias como ésta y la C.I.A. Comenzó como economista y pronto pasó a dirigir un grupo de más de doce personas. Su trabajo era el de organizar y gerenciar la manipulación y el chantaje. Escogían los países, los convencían para que aceptaran los grandes préstamos, tramitaban los préstamos con los bancos, organizaban el reparto de modo que el dinero fuera a a parar a los bolsillos de las corporaciones. El país quedaba con una deuda enorme, y entonces uno de sus empleados visitaba al funcionario y les decía » miren, ustedes nos deben mucho de dinero. Ustedes no pueden pagar sus deudas, entréguenos unos litros más de su sangre».

John contó que un gangster que él conoce personalmente visitó a Gutiérrez, poco después de ser electo como presidente de Ecuador. Ese señor le contó que le ofreció «el dinero o la bala con su nombre». No había pasado un mes cuando circuló en Ecuador una famosa foto de Gutiérrez donde aparecía sentado, estrechando la mano de George Bush. Poco después se olvidó de sus promesas electorales, y empezó a hacer lo contrario de lo que había anunciado. Se arregló con las compañías petroleras. Se les volteó a los indios, a quién les había prometido proteger su tierra en la selva amazónica. La gente enardeció ante la traición, salió a la calle, protestaron y manifestaron hasta que lo hicieron caer. Así que ese trabajito no tuvo buenos resultados, pero el gangster hizo lo que tenía que hacer.

Amy le preguntó a John si creía que había alguna relación entre la guerra en Irak y la onda de rebelión en América Latina. John opinó que Hugo Chávez no hubiera permanecido en la presidencia sin las guerras en Afganistán e Irak. Dijo «Nosotros los Gangsters de la Globalización logramos derrocarlo, pero solo por 48 horas. El tenía el control de PDVSA y era extremadamente popular. Así que pudo recuperarse. De no haber estado en ese momento metidos en Irak, estoy casi seguro de que hubiéramos hecho algo más agresivo, como hemos hecho tantas veces. La resiliencia de Chávez en el poder es un ejemplo para otros dirigentes políticos, como Evo Morales, y para otros movimientos en América Latina, de que las amenazas del gobierno de los Estados Unidos no necesariamente tumban».

Nos cuenta además que en Brasil, Lula ha echado un poco para atrás, pero todavía está aliado en mucho con Chávez, Kirchner y Morales. John Intervino en el Foro Social Mundial en Brasil en febrero del 2005, y se reunió con un alto asesor de Lula, quién le dijo que su libro decía la verdad, pero que era solo la punta del témpano. El asesor le contó que recientemente había descubierto que alguien había tomado fotos de él cuando era estudiante en la universidad, de sus actos relacionados con sexo y drogas. El gobierno de Estados Unidos lo chantajea ahora con eso.

Cuando John le preguntó si Lula estaba siendo también víctima de un chantaje similar, el asesor se limitó a comentar que en estos días nadie llega al poder en Brasil sin estar dispuesto a hacer concesiones a las corporaciones internacionales y al gobierno de los Estados Unidos. El está seguro de que también han fotografiado a Lula portándose mal y cree que los últimos escándalos por corrupción del partido y gobierno de Lula son mensajes de advertencia para que no se descarrile mucho.

John dice que el gangster que le hizo el trabajo a Gutiérrez le contó que estas operaciones también se hacen en Estados Unidos, y le sugirió que los asesinatos de los Kennedy, Martin Luther King y John Lennon, así como los aparentes accidentes aéreos donde fallecieron muchos senadores, han sido mensajes bastante fuertes a los políticos, para mantenerlos por el carril. No quiso revelar el nombre del individuo, quién todavía está en su trabajo de gangster, y está preparando futuros libros en colaboración con otros gangsters que revelarán más detalles de las operaciones mafiosas de las corporaciones.

John conoce al gangster que recientemente visitó a Evo Morales, quién en su primera respuesta dijo que permanecerá firme con el programa que anunció en su campaña electoral. Consideró difícil predecir si Morales resistirá la presión. Los dirigentes indígenas bolivianos le dieron noventa días para que demostrara sus intenciones de cumplir con sus promesas electorales. Recientemente un dirigente indígena importante le advirtió que estaba enviando un mala señal al no estar dando pasos firmes hacia la nacionalización de los hidrocarburos. En el otro bando, varios personajes aliados del poder económico han recomendado calma frente a Morales, por que ven una diferencia entre su discurso electoral, que puso nervioso a muchos intereses, y sus primeras iniciativas en el gobierno. Tal vez, el dirigente indígena y los aliados del sistema ven las mismas señales. En unos meses sabremos hasta donde pudo llegar el gangster con sus amenazas.

El libro en cuestión fué publicado recientemente en español por la editorial Umbrieleditores con el título «Confesiones de un Gangster Económico». El sitio www.johnperkins.org está dedicado a cambiar el destino del mundo, ahora en el sentido correcto