Durante su mandato de dos años y ocho meses, la Comisión de la Verdad de Río de Janeiro (CEV-Río) trabajó para esclarecer las violaciones de derechos humanos durante la dictadura de 1964-1985, en el ámbito del Estado de Río de Janeiro. Esta comisión fue creada por la Ley nº 6.335/2012 para esclarecer las graves violaciones […]
Durante su mandato de dos años y ocho meses, la Comisión de la Verdad de Río de Janeiro (CEV-Río) trabajó para esclarecer las violaciones de derechos humanos durante la dictadura de 1964-1985, en el ámbito del Estado de Río de Janeiro. Esta comisión fue creada por la Ley nº 6.335/2012 para esclarecer las graves violaciones de derechos humanos practicadas por el Estado, en el período entre 1946 y 1988, contribuyendo para efectivizar el derecho a la memoria y a la verdad histórica.
La CEV-Río se dedicó al esclarecimiento de casos de detención ilegal, tortura, muerte, desaparición forzada y ocultación de cadáveres, ocurridos en el Estado, especialmente a partir del golpe de 1964. Y procuró identificar las estructuras, los lugares y las instituciones relacionadas con las sistemáticas violaciones de derechos humanos.
En el informe se documentan las violaciones de derechos humanos cometidas durante la dictadura, dándole centralidad a la memoria de las víctimas y de los grupos sociales alcanzados por la violencia estatal. Denuncia también las continuidades de un pasado que se actualiza constantemente en el presente y evidencia los obstáculos para la efectivización del «Nunca Más».
En el documento se hace un homenaje a los hombres y mujeres que osaron luchar por una sociedad más justa e igualitaria, y, a causa de sus ideales y actuaciones políticas, fueron perseguidos, presos, torturados y muertos por el Estado brasilero. Esas personas arriesgaron sus vidas denunciando las torturas sufridas en dependencias militares y centros clandestinos de detención. Los familiares siguen buscando los restos mortales de sus seres queridos y que, en los últimos 30 años, no ahorraron esfuerzos parta exigir al Estado brasilero la necesaria investigación, responsabilización y reparación de los delitos perpetrados en el pasado.
En el ámbito de contar la verdad sobre los hechos, en el informe se narra circunstanciadamente y señala a los autores de las graves violaciones de derechos humanos investigados. Para la identificación de autorías de las graves violaciones de derechos, identificadas en sus investigaciones, la CNV (Comisión Nacional de la Verdad Brasilera) procedió con extrema cautela, buscando siempre fundamentar a partir de documentos, declaraciones de víctimas y testimonios, inclusive de agentes públicos que participaron de la represión.
En el documento se citan nombres, como el del coronel Paulo Malhães, torturador y asesino confeso de disidentes políticos durante la dictadura militar brasilera. Él participó en varias experiencias, que asociaban tortura física y tortura psicológica. En el documento también se citan nombres de ex-presidentes de la República, ministros del Ejército, la Marina y la Aeronáutica.
Según el informe, las continuidades del pasado dictatorial se revelan hoy en diferentes esferas: en las dificultades enfrentadas por ex-presos y perseguidos políticos para superar las secuelas físicas y psicológicas, causadas por la violencia de Estado; en el silenciamiento impuesto a miles de personas afectadas por la represión y que todavía temen contar sus historias; en la transmisión de los traumas entre generaciones a los hijos y nietos de militantes presos, muertos o desaparecidos; y en la repetición de los patrones de violación de derechos humanos en los tiempos actuales.
«Las secuelas de la dictadura quedan aún más evidentes con la constatación de que gran parte de la población desconoce lo ocurrido en el pasado y con la creciente banalización de las prácticas violentas de las fuerzas policiales, que continúan siendo empleadas contra los más pobres. No por casualidad, las detenciones arbitrarias, torturas, ejecuciones sumarias y desapariciones forzadas crecen exponencialmente en Brasil. Conocer los efectos de la dictadura que todavía perduran es etapa necesaria para conseguir, finalmente, romper con nuestro pasado dictatorial reciente», se resalta en un trecho del informe.
El informe final de la Comisión Nacional de la Verdad (CNV) de Río de Janeiro presenta seis conclusiones incuestionables acerca del período de la dictadura de 1964:
1. El Golpe de Estado de 1964 fue el resultado de una acción articulada entre sectores de las Fuerzas Armadas y fracciones de las clases dominantes.
2. El modelo de desarrollo implementado por la dictadura generó consecuencias nefastas para las clases trabajadoras, tanto en el medio rural como en el urbano.
3. Los actos de violencia del régimen también alcanzaron a aquellos que no se adecuaban a su concepción moral y conservadora.
4. La dictadura institucionalizó el terror de Estado, al contribuir a una compleja estructura para eliminar la oposición política, armada o no, y las organizaciones de izquierda.
5. Las graves violaciones de derechos humanos ocurrieron en estructuras oficiales del Estado, con el planeamiento, autorización y conocimiento de la cúpula militar y política del régimen.
6. Las fuerzas de seguridad fueron remodeladas para servir en la represión y el Estado fue ampliamente militarizado. El legado dejado por el período de arbitrariedades continúa visible y presente todavía hoy.
En el informe se concluye además que las violaciones cometidas durante la dictadura cívico-militar tenían un carácter sistemático y generalizado. Se configuró claramente un cuadro de delitos contra la humanidad y, finalmente, que esas violaciones persisten en el presente.
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Fuente: http://site.adital.com.br/site/noticia.php?lang=ES&cod=88549