En este ensayo voy a hablar de una parte importante de Marx que a menudo se ignora: su contribución al arte del programa político.
Hay una abundante literatura sobre las teorías y las ideas filosóficas de Marx. Sin embargo, a menudo olvidamos que Marx no solo fue un estratega político, sino que contribuyó a los movimientos políticos existentes. El manifiesto comunista es probablemente la más famosa de estas contribuciones, escrito en medio de las luchas de 1848. Sin embargo, fue el principio de la carrera política de Marx. Si queremos comprender sus contribuciones políticas más ‘maduras’, un documento clave es el Programa del Parti Ouvrier, 1coescrito con Jules Guesde. Este documento no solo es una expresión de las visiones políticas del Marx maduro, sino un modelo para fundamentar la construcción de un programa mínimo-máximo, que en mi opinión es el modelo en torno al cual debe orientarse el movimiento socialista actual.
La razón por la que me centro en esta cuestión no es para realizar un ejercicio de arqueología histórica, sino para arrojar luz sobre cuestiones actuales en relación con la cuestión de un programa político para el movimiento socialista de hoy. En mi opinión, el Programa del Parti Ouvrier se mantiene hasta hoy como un modelo, no simplemente porque fue una contribución de Marx después de sus experiencias con la Primera Internacional y la Comuna de París, sino también porque su estructura mínimo-máximo es superior a otros métodos programáticos comúnmente utilizados por la izquierda socialista en la actualidad.
Uno de esos métodos, que examinaré más adelante, es el programa de transición favorecido por ciertos trotskistas en la publicación estadounidense Left Voice, que criticó recientemente el modelo de programa mínimo-máximo.