Basura, plantas acuáticas, lodo tóxico, mal olor y, ahora, residuos hospitalarios. Éste es el escenario que aguarda a los atletas de los Juegos Panamericanos de 2007, que tendrá lugar en Río de Janeiro durante el mes de julio, cuando la previsión es que haya aumento de flujos y reflujos, que agravan la situación, trayendo más […]
Basura, plantas acuáticas, lodo tóxico, mal olor y, ahora, residuos hospitalarios. Éste es el escenario que aguarda a los atletas de los Juegos Panamericanos de 2007, que tendrá lugar en Río de Janeiro durante el mes de julio, cuando la previsión es que haya aumento de flujos y reflujos, que agravan la situación, trayendo más basura hacia nuestras playas. Ésta es la previsión del biólogo Mario Moscatelli que sobrevoló Río de Janeiro la semana pasada, mostrando los problemas ambientales de la ciudad a periodistas de un diario carioca.
Desde agosto pasado, Moscatelli venía observando un volumen anormal de residuos hospitalarios en la laguna de Tijuca. El aumento de esta basura avivó su curiosidad y lo llevó a investigar las lagunas de Jacarepaguá y Camorim. El problema se agravó cuando encontró material más allá de la barrera de la Superintendencia Estatal de Ríos y Lagunas – SERLA, dispuesta para contener la invasión de las plantas acuáticas. Esta barrera está próxima a Itanhangá, que tiene conexión con la playa de Barra.
«Usted va con su familia a la playa y se encuentra con jeringas usadas, frascos de remedio, tubos de sangre, guantes y otros materiales descartables. Esto es un problema grave. Lo difícil ahora va a ser descubrir a los responsables. Si esto está ocurriendo con la basura sólida, ¿qué están haciendo con el desagüe sanitario, entonces? ¿A dónde está yendo el desagüe contaminado de los hospitales? ¿Están siendo tratados?», pregunta Mario Moscatelli.
Según el biólogo, las autoridades, tanto municipal, como estatal y federal, están ausentes en Río de Janeiro. Nadie se preocupa por un trabajo de gerenciamiento y prevención de la contaminación. Todas las medidas, cuando se toma alguna, son siempre de reacción.
Y concluye:
«Los juegos Panamericanos de 2007 eran mi última esperanza. Después de la declaración del alcalde César Maia de que el medio ambiente es un problema para los Juegos Olímpicos, en 2016, perdí toda esperanza de alguna solución para los problemas de la ecología del Estado.»
Mañana a la noche, el jueves, Moscatelli se encuentra con representantes del Ministerio Público, para entregar parte del material encontrado y hacer sugerencias de solución a corto, medio y largo plazo.
A largo plazo él sugiere un trabajo articulado de todos los niveles del gobierno en las áreas de educación, transporte, vivienda, salud, planeamiento familiar y medio ambiente, con ejecución mínima durante un período de cinco años. La palabra mágica para la solución de los problemas del medio ambiente es: continuidad. Por lo menos durante 20 años los gobiernos tendrán que seguir un planeamiento de políticas públicas para el medio ambiente o Río de Janeiro dejará de ser una ciudad maravillosa.
Traducción: Daniel Barrantes – [email protected]